viernes, 29 de noviembre de 2019

CANCION DULCE. Leila Slimani


Fenómeno editorial del año, premio Goncourt 2016, miles de lectores ¿Qué tiene este libro?

Un thriller psicológico de calidad, un tema tan cercano como con quién dejamos nuestros hijos cuando vamos a trabajar; una escritura fresca, ágil, alejada de los plúmbeos thrillers nórdicos; un ritmo constante, intrigante “ma non troppo”, que te mantiene pegada a las páginas hasta el final. De hecho, me lo terminé a las 6 de la mañana, como en los viejos tiempos, porque no podía soltarlo. ¿Duro? Sí, pero no escabroso y sin casquería.

Pero esta novela no es sólo el relato de un abyecto crimen infantil. Es la historia de una obsesión devoradora, de la agonía de la soledad, del grito desesperado de ayuda en una sociedad sorda, de la urgencia de ser alguien; en definitiva, de la necesidad de ser desesperadamente necesitado.

El marco donde se desarrolla es algo habitual en la sociedad occidental: pareja joven interracial con hijos que encarna los valores pequeño-burgueses, incluidas jornadas laborales titánicas por mor de una carrera de éxito, se ve obligada a delegar en una desconocida el cuidado y la educación de su prole, con gran suerte para ambas partes pues Louise resulta una cuidadora tan dedicada y amorosa que pronto se convierte en un miembro imprescindible de la familia. Lo que nadie sospecha es que el milagro para solución de los problemas se transformará  poco a poco en una trampa.

Leila Slimani, periodista y escritora, ejemplifica la integración y la diversidad cultural en la Francia actual donde los hijos de las colonias han dejado atrás la fase “pied noir” para devenir en ciudadanos franceses  de pleno derecho sin abandonar sus raíces magrebíes. Y este libro le sirve de vehículo para criticar a la sociedad francesa progresista que al final cae en los mismos valores pequeñoburgueses que desprecia a la par que trasluce su feminismo militante (“La maternidad es una cuestión política” ha afirmado en alguna entrevista).

Extraordinariamente editada por Cabaret Voltaire y traducida por Malika Embarek López, es una buena novela aunque para mi gusto le falta profundidad, poso escritor, al menos para el Goncourt obtenido. Creo que la academia francesa, para evitar quedar anquilosada y seguir vendiendo, se ha subido al carro de la plaga de novela negra que nos invade y para no desprestigiarse demasiado, ha escogido uno de buena factura y rabiosa actualidad pero sin calado literario.

Pecata minuta para un relato absolutamente recomendable, que te atrapa desde el minuto uno y consigue que te identifiques con la historia sin sentirlo.

Sybilalibros@siyofueralibro





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