lunes, 16 de diciembre de 2019

EL CELOSO EXTREMEÑO. Miguel de Cervantes

Leo y releo mucho a Cervantes. No suelo contarlo porque la reacción de la gente suele ser extraña: te miran como si fueras una pedante amargada sin vida social dispuesta a soltarles un discurso. Creo que es por desconocimiento del autor, porque se asocia con la obligada lectura de El Quijote en el bachillerato y el rechazo que ello suponía, amén de la dificultad que conlleva nuestro castellano del siglo de oro para muchas personas.

Y es una pena, porque se pierden un autor amenísimo, divertido, ocurrente a más no poder, nada prolijo como los tostones del XIX, creador de unos personajes tan geniales como auténticos, con un dominio de la lengua... No sigo que me desparramo 😄

Llevo una temporada con poco tiempo para leer, así que echo mano de los audiolibros de la biblioteca pública para mi diaria dosis de "lectura" (el mono lo llevo fatal) mientras realizo otras tareas para las que los clásicos son el complemento ideal (voz humana. De sintetizador para clásicos, un horror).
Y claro, me estoy poniendo tibia con las Novelas Ejemplares, que aunque ya las he leído (algunas en varias ocasiones) me fascinan, sobre todo las que tienen por marco la ciudad de Sevilla como esta del Celoso Extremeño, que nada más por su comienzo, en el que describe al personaje y la Sevilla del XVI con la lengua coloquial de aquel entonces, vale más que cien sesudos ensayos de Historia. ¡Qué maravilla!

Os lo trascribo:
"NO HA MUCHOS años que de un lugar de Estremadura salió un hidalgo, nacido de padres nobles, el cual, como un otro Pródigo, por diversas partes de España, Italia y Flandes anduvo gastando así los años como la hacienda; y, al fin de muchas peregrinaciones, muertos ya sus padres y gastado su patrimonio, vino a parar a la gran ciudad de Sevilla, donde halló ocasión muy bastante para acabar de consumir lo poco que le quedaba. Viéndose, pues, tan falto de dineros, y aun no con muchos amigos, se acogió al remedio a que otros muchos perdidos en aquella ciudad se acogen, que es el pasarse a las Indias, refugio y amparo de los desesperados de España, iglesia de los alzados, salvoconduto de los homicidas, pala y cubierta de los jugadores (a quien llaman ciertos los peritos en el arte), añagaza general de mujeres libres, engaño común de muchos y remedio particular de pocos.
En fin, llegado el tiempo en que una flota se partía para Tierrafirme, acomodándose con el almirante della, aderezó su matalotaje y su mortaja de esparto; y, embarcándose en Cádiz, echando la bendición a España, zarpó la flota, y con general alegría dieron las velas al viento, que blando y próspero soplaba, el cual en pocas horas les encubrió la tierra y les descubrió las anchas y espaciosas llanuras del gran padre de las aguas, el mar Océano."
Y de aquí se sigue trama entre galante y engañosa, moral y costumbrista, para "exiemplo de doncellas virtuosas e maridos celosos".

Perdedle el miedo a Cervantes. Si os cuesta la lengua cervantina (que para mí es el mayor deleite de su lectura), hay ya en el mercado versiones adaptadas, aunque pierden el 80% del valor y el encanto en mi modesta opinión.
Sybilalibros@siyofueralibro

domingo, 15 de diciembre de 2019

GENTE DE LA GENERACIÓN DEL 98. Ricardo Baroja


Todos conocen, otra cosa es leerlo, a Pío Baroja; menos a Julio Caro Baroja, muy pocos a Ricardo Baroja.  Este fue hermano de Pío y tío de Julio. Pintor, grabador, actor, escritor, Ricardo Baroja vivió mucho, siempre curioso y sociable. Para el conocimiento de familia tan productiva, intelectualmente, recomiendo el libro de Julio Caro “Los Baroja”.

Este libro de Ricardo, aunque tiene algunos textos posteriores, se basa en publicaciones en la prensa de 1935. En ellas, Ricardo Baroja traza semblanzas de personajes de la cultura, desde fines del XIX hasta la República. Divertido y revelador anecdotario de aquel Madrid, bohemio, tabernario, teatral en varios sentidos. No deja de asombrarme que los cafés ganasen dinero con esa clientela a dos velas, tertulianos mucho más habladores que gastadores. Baroja habla de aquello que vivió, no cuenta chismes. Desfilan por aquí, más haciendo eses que en línea recta, más vistiendo como pueden que uniformados, muchos tipos. Los más famosos: Pío Baroja, Valle Inclán, Azorín, Unamuno, Picasso. También Zuloaga, Ramiro de Maeztu, Ciro Bayo. Silverio Lanza, el solitario de Getafe; Anita Delgado, de cómo casó con el maharajá de Kapurtala, teniendo mucho que ver Valle Inclán…

 Además habla el autor de otras personas para rescatarlas del olvido, pues a su juicio merecen fama. Las penurias no recompensadas. No nombra, compasiva y humorísticamente, a las lumbreras literarias consagradas que se avergüenzan de su pasado bohemio. Porque la bohemia solía ser necesidad  y hambre, más que esnobismo y moda. Las buhardillas tienen más moho que poesía; las escaleras de acceso a ellas, menos luz que crujidos fríos, olores pesados, claustrofóbicos  e indefinibles.

 Tomamos aire puro caminando y en caballerías, por las sierras del Guadarrama y Albarracín, lejos de cafés, licores, humos y verborreas. Todo el libro es refrescante, bien escrito, carcajeante por momentos.

 Editorial Juventud S.A. Copyright  de Julio Caro Baroja, 1952. Primera edición en Libros de Bolsillo Z, abril de 1969, 229 páginas.

jueves, 12 de diciembre de 2019

LAS SIETE COLUMNAS. Wenceslao Fernández Flórez


Fernández Flórez nació en La Coruña, en 1885, murió en Madrid en 1964. Un libro suyo le salvó la vida en 1937. En él elogiaba a Holanda, país cuya embajada,  que conocía el escrito,  presionó al gobierno del Frente Popular para que dejase salir de España al escritor, retenido en Valencia.

 A su vuelta a España, declaró a favor del ministro de Gobernación republicano socialista, Julián Zugazagoitia, sometido a un Consejo Sumarísimo. No sirvió su testimonio, fue fusilado el político en 1940.

 Fácil es comprender, con sus vivencias, que sea un pesimista, pero, sobre ello, es un gran humorista, compasivo. Principalmente, un gran escritor. Tiene menos fama de la merecida por su actitud política anti marxista, conforme con el franquismo. Gracias a algunas películas no está totalmente olvidado: “Volvoreta”, “El malvado Carabel” y “El bosque animado” han sido llevadas al cine. Recomiendo también “Las gafas del diablo”, “El hombre que compró un automóvil” y “El toro, el torero y el gato”. Humorismo fino, absurdo en el buen sentido, escritura para disfrutar.

Escribe “Las siete columnas” en 1926. Estas columnas son los siete pecados capitales. Mejor la primera parte que la segunda, donde razona en serio para que todo cuadre. Impagable la relación entre el Diablo y el anacoreta. Títulos de capítulos como “En el que, a pesar de ocurrir muchos graves sucesos, el personaje más interesante es un gusano”, o “De cómo Oliván rechazó un trono y se conformó con un empleo”, dan idea de lo que nos traemos entre manos.

 Es el libro más flojo del autor pero incluso así merece una lectura sonriente. Leo la quinta edición en Renacimiento. No trae fecha, pero el copyright es de 1928 y la editorial quebró en 1931.
 (No pongo la foto de la portada porque esta tiene colores similares a aquellos papeles pintados que se ponían en las paredes hogareñas, sin ninguna letra ni palabra en ella.)

 Luis Miguel Sotillo Castro

jueves, 5 de diciembre de 2019

LA TEJEDORA DE SOMBRAS. Jorge Volpi


Era el primer libro que leía de Volpi, del cual tenía inmejorables referencias y no me ha dejado buen gusto, no por su escritura, que se intuye rica, atrevida y llena de matices, sino por la estructura elegida para contar tan apasionante historia.

Bajo un título ensoñador y absolutamente idóneo para la protagonista (¡qué difícil es intitular bien!) se despliega la convulsa y novelada biografía de Chistiana Morgan, una mujer de mediados del S.XX que luchó toda su vida por escapar del estereotipo asignado a las féminas usando sus mejores armas: la inteligencia y el manejo de los sentimientos, dando un vuelco a las relaciones amorosas establecidas.

 Casada pero infeliz, sin que la llama de la maternidad arda en su vientre, Christiana se enamora de su amigo Henry Murray, psiquiatra, también casado. La fogosa y atormentada relación que se establece entre ambos y que arrastra a sus consentidoras parejas, se complicará con la irrupción de un tercero en discordia, nada menos que Carl Jung. A partir de ese momento, será el psicoanálisis el que determine los derroteros de esta demente y descoyuntada historia de amor, celos, búsqueda del ser, sueños, anhelos de trascendencia, descenso a los infiernos del subconsciente y de sexo tan ritual como brutal, bajo el espectro blanco de la ballena-Leviatán de Melville, obsesión de Murray.

La novela, que comienza con el suicidio de Christiana, se construye a base de continuos e innecesarios saltos en el  tiempo que dificultan enormemente su lectura, convirtiendo la ya de por sí compleja trama en un desafío para las mentes más aguzadas.

Creo que el autor no acierta con esta composición para la reconstrucción biográfica de tan potente personaje. Si ha tenido la intención de acomodar el estilo de la narración al comportamiento errático y obsesivo de la protagonista, a las introspecciones del psicoanálisis, como si cada capítulo  fuera una sesión de diván, pienso que ha fracasado en su objetivo, porque la novela carece de cuerpo y sentido. Y es una pena, teniendo en cuenta que el autor, como documenta al final del libro, tuvo acceso a los archivos personales de Christiana Morgan en Harvard, donde trabajaba con Murray, así como a su diario personal y a los dibujos de sus trances, producto de las sesiones con Jung.

Sólo recomendaría esta novela a los muy interesados en el  psicoanálisis, que también tengan nociones sobre antropología, pues si no, se perderán en un remolino de alusiones vacías de contenido.
Creo que tendré que optar por otra obra para apreciar el talento (que lo tiene) de este autor.

Sybilalibros@siyofueralibro


lunes, 2 de diciembre de 2019

SOFÍA O EL ORIGEN DE TODAS LAS HISTORIAS. Rafik Schami


Una ciudad milenaria, Damasco, que en sí misma es un zoco desordenado; dos historias que se entrecruzan en mil revueltas, se detienen en angostos adarves, se esconden en casas de cien puertas y huyen por callejuelas cómplices, pero sin llegar a ningún destino porque el principio y el fin es Damasco.

Schami, siguiendo la más pura tradición oriental, mezcla en su shisha el dulce erotismo de las 1001 noches con el amargo tabaco del exilio para narrarnos la historia de Salman, un opositor al régimen de los Al Asad huido a Italia, donde ha formado una nueva familia mientras la suya, la de sus antepasados, vive perseguida en Siria, el país de todas las religiones donde una cristiana, Aída, y un musulmán, Karim, van a vivir una historia de amor apasionada en su solitaria madurez.

Con esta jugosa combinación podría haber resultado un relato fascinante. Sin embargo, con lo que topa el lector es con una narración caótica, morosa, que se pierde en el color local para resurgir lúcida a ratos, lo cual es una lástima porque los personajes son entrañables, la descripción de la vida cotidiana y costumbres sirias son muy interesantes y porque hubiera sido una excelente forma de aprender la historia contemporánea de este otrora gran país que desgraciadamente sólo es conocido por sus apariciones en el telediario sino hubiera pasado de puntillas por acontecimientos vitales.

Tras todo ese batiburrillo de tenderete oriental lo único que no es baratija es el Amor como la única fuerza capaz de derribar dictaduras, la amistad verdadera que se sobrepone a religión y política; y, por último, la familia como la razón de ser de un pueblo y una nación.

Añadir que la condición de exiliado del propio autor está omnipresente durante todo el relato, si bien tampoco se puede decir que se trate de una autobiografía en puridad. Rafik Schami, que significa “amigo de Damasco” es seudónimo de Suheil Fadél, un doctor en Químicas sirio-alemán perteneciente a la más que minoritaria confesión cristiano-aramea, reconvertido a escritor y defensor de la paz entre israelíes y palestinos.

A pesar de que me ha costado terminar las 500 páginas de las que consta (y de las que le sobran más de 200) me atraen tanto Siria y sus gentes que creo que le daré otra oportunidad al autor con “El lado oscuro del amor” de la que dicen es su mejor novela.

Sybilalibros @siyofueralibro

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