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miércoles, 30 de marzo de 2022

LA REINA BLANCA DE CASTILLA. Régine Pernoud

Aquí os dejo mis impresiones sobre la lectura de la vida de esta regia reina,sin que haya en ello redundancia, porque de carácter y sentido de estado iba más que servida.

Digna nieta de Leonor de Aquitania y honrando siempre a sus padres y a su Castilla natal, su camino corre tan paralelo al de su querida hermana Berenguela de Castilla que asombra: ambas tendrán que bregar solas con un reino hostil y las dos traerán al mundo a dos reyes santos: Berenguela a Fernando III el Santo, y Blanca a S. Luis IX (sí, el mismo al que se invoca cuando se dice "más bonito que un S. Luis").

Una vida apasionante que Pernoud, investigadora de una calidad extraordinaria, que se bate hasta el último rincón del último archivo del mundo conocido, reconstruye a base de las poquísimas noticias que se tienen de ella, generalmente por fuentes indirectas y sonsacando y exprimiendo hasta lo imposible los sucesos y personajes que protagonizaron el s. XIII francés. El continuo y necesario recurso a la complicadísima historia de Francia de ese momento hace que su lectura sea difícil de seguir en múltiples ocasiones, incluso para una historiadora como yo, aunque apasionada por el país vecino, que confiesa haber tenido que echar mano del atlas histórico para situarse. 

Lastra esa profusión de datos de pequeños nobles intentando una y otra vez ganar un palmo de terreno a la corona, no a la investigación, pero sí a la imagen de esa reina que tan mala fama se ganó injustamente entre los escolares franceses que la autora quería reivindicar, quedando muy desdibujada y en segundo plano. Gajes del uso de fuentes indirectas cuando no hay más de dónde sacar. 

Aun así, lo he disfrutado muchísimo, he aprendido bastantes cosas y recordado otras más (una romántica cena en un pequeño y encantador restaurante en la isla de s. Luis en París llamado Auberge de la reine Blanche, precisamente).

Sólo lo recomiendo a gente muy apasionada por la Historia y que tenga una mediana formación en el país galo, de lo contrario se va a perder. 


Para mí, de la autora, mejor la biografía de Leonor de Aquitania; y de la mismas hechuras que esta, la de Berenguela de Castilla de S. Martínez, más asequible por cercanía geográfica e histórica.

Excelente edición de Acantilado, como viene siendo habitual.

Sybilalibros


lunes, 22 de noviembre de 2021

EL UNIVERSO DE GENE TIERNEY. Varios

Eres un preadolescente enamorado. Ella. Intocable, tan lejana como una estrella; pero su brillo deslumbrante tan próximo convierte tu pupila mental en una cabeza de alfiler, que te clavas en el pecho una y otra vez.

Pasa el tiempo, tus veinte años, también. El amor es otra cosa ya, que incluye el cine. Un buen día, ves una peli policiaca y eres ese poli soso fascinado, estupefacto, porque te enteras con él de que Laura vive, no es intocable, el mundo existe; ya, existía antes, quieres decir que el mundo importa. Vuelves a tener trece años y Laura es la belleza, es lo único que has deseado siempre. Laura viva te hace creer que mereció la pena nacer.

 Gene Tierney es Laura, El diablo dijo no, El fantasma y la señora Muir, Que el cielo la juzgue.

 La belleza y el tiempo son enemigos. Siempre gana la guerra el tiempo. El cine y la vida son enemigos, siempre gana la guerra el cine. Lo demás, sólo es la realidad.

La primera foto en estas páginas es de Tierney en su esplendor; la segunda, es ella con sus nietos. A continuación, un breve prólogo amoroso de uno de sus nietos. Después, toda su filmografía, película por película, con textos oportunos de varios autores. Luego, un “índice de conceptos”; textos sobre acontecimientos y personas que fueron relevantes en su vida, con pequeñas biografías de estas. Todo entreverado con fotos maravillosas, claro.

Preciosidad de libro, con los cotilleos y desgracias irremediables sobre su vida privada; pero, principalmente, es un volumen sobre el cine y la belleza. Edita Notorius, en 2020, año orwelliano; escóndanse en un cine.

 

Luis Miguel Sotillo Castro.

 

martes, 7 de septiembre de 2021

HERO: DAVID BOWIE. Lesley-Ann Jones

Ayer compré el último disco de Bowie, Blackstar. ¡Por fin, casi tres años sin material nuevo! Lo oí dos veces, maravillado.

 Me levanto pronto hoy, desayunaré mientras lo escucho de nuevo. Primero, voy a cargar el móvil. Leo en él: David Bowie ha muerto. No quiero creerlo. Me meto en la cama otra vez. Dormiré; al despertar, me reiré de esta pesadilla. Diez u once de enero de 2016.

 

Hace décadas leí un artículo en un periódico. Decía que un barco navegaba cerca de la costa, tiempos del Imperio Romano. De repente, de tierra llega una voz sobrenatural: EL DIOS PAN HA MUERTO. Imaginen la estupefacción de los navegantes. Así nos sentimos muchos con la muerte de Bowie. Hoy, 2021, aquel periódico es un panfleto penoso, el articulista murió hace mucho. Puede que sólo sobreviva el viejo dios Pan, descojonándose de la naturaleza humana.

 Sigo a Bowie desde 1975, más o menos; yo era un chaval de trece o catorce años. Fascinación perenne.

 En España nunca fue una gran estrella ni vendió mucho, creo. Recuerdo, por ejemplo, que el hoy celebérrimo  single Heroes, en  1977 no gustó mucho aquí; con esa guitarra rara de Robert Fripp que sonaba confusa, más en nuestros voluntariosos radiocasetes. Por ello, no somos conscientes del todo de la gran importancia que tiene en Inglaterra, en otros países y en la música. No lidera ninguna lista de mejores cantantes ni instrumentistas pero, en una encuesta entre profesionales poprroqueros, fue elegido el músico más influyente sobre sus compañeros de profesión.

 La autora de este libro, periodista, conoció a Bowie de adolescente. Tuvo varios encuentros con él a lo largo de los años, más profesionales que estrechos, como ella reconoce. No aprovecha para exhibir una intimidad que no existió, cosa frecuente en el pop. Merece reconocimiento y credibilidad por ello.

También porque  el libro, que aspira a ser biografía definitiva, es equilibrado. Desmenuza tanto la vida profesional como la personal de David Jones, nombre que nunca cambió legalmente por Bowie nuestro héroe. Quien quiera conocer íntimamente a Bowie, no creo que encuentre mejor relato, sin tapar los asuntos feos o dudosos; quien quiera jugosas anécdotas sobre sexo, drogas y Rock and Roll, también las lee aquí. Por supuesto, desfilan las estrellas del pop rock desde finales de los sesenta hasta la actualidad. Leemos testimonios de ellas sobre nuestro protagonista, también de amigos, novias, músicos de estudio, representantes, productores, etc.

Libro interesante para los amigos del rock, imprescindible para los fans de Bowie.

Todo Bowie, aquí, sería un buen lema publicitario. Edición de Alianza Editorial, 2021, 650 páginas. Con fotos, claro. Bowie es sound and visión.

Luis Miguel Sotillo Castro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 1 de septiembre de 2021

URRACA I DE LEÓN. José María Manuel García-Osuna y Rodríguez

Urraca nace en León en 1081 y muere en Saldaña en 1126. No ha cumplido los cuatro años cuando su padre, Alfonso VI, conquista Toledo. Reina de León entre 1109 y 1126; el reino incluye las actuales Galicia, Asturias, Cantabria, León, Castilla, el País Vasco y partes de Castilla La Mancha, Extremadura y Portugal. Las fronteras tiemblan durante el reinado como un flan de sangre. Los enemigos son su esposo Alfonso de Aragón, del que se divorciará, los almorávides y su hermanastra Teresa, cuyo hijo acabará segregando Portugal del reino leonés, hecho que Urraca no vivirá. La relación ambigua, tensa, con el poderoso obispo de Compostela Gelmírez  merece y tiene mucha historiografía.

Se puede considerar su reinado exitoso, en cuanto consiguió no perder territorios heredados de su padre y logró ser sucedida por su hijo, Alfonso VII, en 1135 coronado Emperador en León, sin ser desplazada en vida por él, como hubiese sido el gusto de parte de la nobleza y el clero. Si añado que, viuda de Raimundo de Borgoña, divorciada de Alfonso el batallador de Aragón, tuvo después una vida amorosa e hijos con quien le pareció, el interés crece.

 La fama le ha sido adversa en buena medida. Este libro corrige eso, con demasiado ímpetu. Al lío.

  Sine ira et studio. Esta frase de Tácito que  suele traducirse: sin odio ni parcialidad, es un mandato para los historiadores. Este libro lo incumple. Rebosa  ira contra las fuentes medievales sobre el reinado de Urraca, es parcial de esta reina y su Reino, León.

Ruy Ximénez de Rada con su De rebus Hispaniae es vilipendiado por el autor; también Lucas de Tuy y su Chronicon  mundi, del siglo XIII igualmente. Además utiliza el Chronicon Compostellanum, siglo XII, etc. Es decir, el autor ha leído las fuentes y trabajado sobre ellas, lo que se agradece. Pero su falta de comprensión por esos clérigos escritores y sus motivaciones empobrece el trabajo. Los tilda de pro castellanos anti leoneses y antifeministas sin profundizar en los motivos.

 Ira et studio.

Así mismo acude a grandes historiadores, como Claudio Sánchez Albornoz, García de Cortázar, José María Mínguez y más. El autor ha trabajado. Lo malo es la premisa, que la tenga; querer demostrar que Urraca es una mujer moderna y feminista, que el Reino de León merece hoy, siglo XXI, ser autonomía sin Castilla.

La Historia es la narración y comprensión, en la medida de lo posible, de los hechos, no de los deseos; menos la proyección de estos hacia el pasado o el futuro.

 El libro es bonito, por el tipo de letra y las ilustraciones oportunas. Ediciones El Forastero S. L. U. León, junio de 2020. 276 páginas con bibliografía pertinente.

 

Luis Miguel Sotillo Castro.

 

 

 

 

domingo, 17 de enero de 2021

MEMORIAL DE LOS LIBROS NAUFRAGADOS. Edward Wilson-lee

 

La sombra de un padre celebérrimo abriga, protege pero, ¿cómo te sacudes la manta de plomo que te ha echado  encima?

No creo que los hijos de Colón se lo planteasen. Vivieron sin comprender la transcendencia inconmensurable de los actos de Cristóbal Colón. Diego fue un tarambana que se sirvió de los méritos paternos, Hernando, más complejo, merece un libro, este.

 Hernando Colón cordobés de 1488, muere rodeado de sus libros en su casa sevillana junto al Guadalquivir, en 1539. Su madre es Beatriz Enríquez de Arana, su padre un tal Cristóbal. Este pudo desentenderse de Hernando, pues no tenía vínculo legal con la madre; sin embargo, consiguió colocarle de paje en la corte del príncipe Juan, heredero de los Reyes Católicos. La descripción de esta corte es uno de los atractivos del libro que comento. Luego don Cristóbal llevaría a América al mozo de catorce años en su cuarto viaje, 1502. Hernando volvería a la actual República Dominicana en 1509.

 Siempre defenderá Hernando a su padre, pleiteará por el Almirante y sus derechos siempre. Su hermano Diego se quedará la parte del león de la herencia sin resistencia por su parte. El desprendimiento de Hernando sorprendería si no fuera porque es hombre enamorado. Notable cosmógrafo y geógrafo, comenzó un censo y descripción de España, mandando agentes pueblo por pueblo. Una orden del Consejo de Castilla interrumpió este proyecto descomunal. Escribió una vida de su padre reivíndicandolo. Dije enamorado… de los libros.

 Eran muy pocas las bibliotecas particulares a principios del siglo XVI. La gente solía guardar sus libros en cofres o armarios o sobre una mesa. Unas pocas decenas de volúmenes eran muchos. Como el dueño podía llevar de memoria perfectamente la lista de títulos, la colocación de estos no era un problema. Hernando no es que leyese cualquier papel que encontrase por la calle, anticipando El Quijote, es que lo guardaba. “Desde libros, manuscritos y panfletos hasta estampas, folletos, partituras, pósteres de tabernas y un largo etcétera”. Tenía la pretensión de formar una biblioteca universal, total, con una ambición que nos deja perplejos, pues incluso entonces coleccionar todo lo publicado era vaciar el mar retirando el agua con un cubo. Lo intentó. Compró libros por toda Europa. El hermoso título de este, Memorial de los libros naufragados, no es una ocurrencia poética. Se refiere a que, en su afán clasificatorio, anotó los libros que, comprados en Venecia, se perdieron en el mar, al naufragar el barco que los llevaba a Sevilla. Debió ser uno de los mayores dolores de su vida. Hizo fichas, inventó estanterías, para que la gente pudiera buscar y consultar los volúmenes, pues pensaba en los futuros usuarios de su tesoro. Anotó en cada libro el lugar de la compra, el precio, escribió resúmenes de cada uno. Cualquier amante de los libros sentirá gran simpatía por este hombre, una afinidad íntima y melancólica, por lo que se intenta y lo que se logra en esta vida, a veces traspapelada.

 

 Edward Wilson-Lee describe bien esta época excitante de España,  renovadora del mundo. Cae en algunas simplificaciones, pero no es este un libro de Historia y hace bien en no profundizar demasiado. Sabe que no puede abarcarse todo, aunque admiremos a los hombres que, como Hernando, lo intentan. El primer tercio del libro habla de Cristóbal Colón principalmente, lo que puede impacientar a los buenos conocedores del Almirante, al leer cosas ya sabidas. 658 páginas. Leo la edición electrónica de Planeta, 2019. Por las ilustraciones y mapas, recomiendo la edición de papel.

   Nada queda de la biblioteca hogar que Hernando construyó en Sevilla, junto al río frente a Triana. Sus huesos, polvo enamorado como polvo oloroso de libro viejo, más lo que resta de sus libros, una quinta parte de los quince mil que atesoró,  pertenecen a la catedral hispalense, sede de san Isidoro, otro curioso y compilador universal.

Su ex libris: Don Fernando Colón, hijo de don Cristóbal Colón, primer Almirante que descubrió la India, dejó este libro para uso y provecho de todos sus prójimos, rogad a Dios por él.

 Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

 

 

 

 

 

jueves, 24 de septiembre de 2020

JOSELITO EL GALLO. Paco Aguado

 

Me fascina el rostro de Joselito, Gallito, cuando posa serio o con sonrisa leve. El misterio de la Gioconda humilla ante un lance sonriente de José con la rodilla doblada. En las pocas fotos en que ríe me parece otra persona. Para mí es un enigma esa faz hija de payo torero y gitana bailaora.

 Vivió deprisa y marcando una época, como Alejandro. Claro que exagero, la literatura taurina tiende a la exageración. Las críticas de las corridas van del elogio desmedido a la denigración del torero, un día elevado a los altares, al siguiente enterrado bajo el albero ardiente del infierno. Antiguamente los críticos eran venales, cobraban más de los toreros que de sus medios. En este libro asistimos al espectáculo de la soberbia de Gregorio Corrochano, crítico de ABC. Más que dejarse sobornar, que también, quería mandar en el toreo, desde su columna. Pese a ello, da gusto leer sus reseñas; sólo Antonio Díaz Cañabate escribe de toros mejor que él.

 Paco Aguado nos cuenta en este libro la vida y obra de este joven legendario. José Gómez Ortega nació en 1895 y lo mató un toro en 1920, con 25 años recién cumplidos. No tuvo la protección mediática e intelectual de la que disfrutó su amigo y rival Belmonte. Este trianero cayó en gracia en el mundo de la cultura, diríamos hoy, señaladamente a Valle Inclán, símbolo de la modernidad en su época; José, tan centrado en el toro, fue menos listo en ese sentido. Pese a ello, es un mito, una referencia en lo suyo. Recuerdo un programa de televisión en los ochenta. Mercedes Milá, entonces periodista prestigiosa, le pregunta al joven José Miguel Arroyo cómo se ha atrevido a llamarse en el toreo Joselito: ¡Pero tú sabes quién era Joselito! Estaba en el plató Antoñete y se le saltaban las lágrimas. El toreo es así.

 

Los cuadros estadísticos, bibliografía y fotos hacen necesario este libro para todo aficionado a la fiesta terrible, hermosa, cruel, secular, litúrgica, abominada, adorada, eterna, a punto de morir.

Ediciones EL PASEO EDITORIAL, 2020. Este libro es una ampliación del original de 1999. 423 páginas antes de los apéndices con los que suma 497.

Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

 

 

  

 

lunes, 10 de febrero de 2020

BOWIE. Una biografía. María Hesse, Fran Ruiz

Tendría yo unos trece años cuando descubrí a Bowie. Su imagen
impactante en revistas como Popular 1, sus canciones en emisoras
de radio minoritarias, las portadas de sus discos. Una buena
distracción de entonces era ir a las tiendas de discos a ver
portadas, raramente podía comprar. Conservo desde entonces el Lp
Aladine sane. Han pasado cuarenta y cinco años. Él nunca supo
que yo lo consideraba mi amigo íntimo, que seguía su carrera, sus
publicaciones, ilusionado.
Cuando una mañana invernal de 2016, apenas despierto, me
enteré de su muerte -el día anterior había comprado Blackstar, su
última obra de arte-, volví a la cama. Esperaba despertar más tarde
y que hubiese sido una pesadilla. Los días siguientes quedó claro
que se había ido, porque los medios españoles le dieron tratamiento
de estrella, lo que nunca habían hecho. Necrofilia con vestimentas
teñidas de hipocresía chillona.
Es este libro amoroso por el texto de Fran Ruiz, bello por las
ilustraciones de María Hesse. Nos cuenta la vida de Bowie a
grandes rasgos, de manera poética; va dirigido al corazón, no a las
vísceras del cotilleo. Se agradecen el cariño, el respeto, la alegría
nostálgica y la emoción. Imprescindible para los fans de Bowie,
interesante para los que sientan admiración o curiosidad por él
desde la lejanía.
Leo y miro la segunda reimpresión de LUMEN, noviembre de 2018;
167 páginas enamoradas y bienhumoradas.

Luis Miguel Sotillo Castro

jueves, 5 de diciembre de 2019

LA TEJEDORA DE SOMBRAS. Jorge Volpi


Era el primer libro que leía de Volpi, del cual tenía inmejorables referencias y no me ha dejado buen gusto, no por su escritura, que se intuye rica, atrevida y llena de matices, sino por la estructura elegida para contar tan apasionante historia.

Bajo un título ensoñador y absolutamente idóneo para la protagonista (¡qué difícil es intitular bien!) se despliega la convulsa y novelada biografía de Chistiana Morgan, una mujer de mediados del S.XX que luchó toda su vida por escapar del estereotipo asignado a las féminas usando sus mejores armas: la inteligencia y el manejo de los sentimientos, dando un vuelco a las relaciones amorosas establecidas.

 Casada pero infeliz, sin que la llama de la maternidad arda en su vientre, Christiana se enamora de su amigo Henry Murray, psiquiatra, también casado. La fogosa y atormentada relación que se establece entre ambos y que arrastra a sus consentidoras parejas, se complicará con la irrupción de un tercero en discordia, nada menos que Carl Jung. A partir de ese momento, será el psicoanálisis el que determine los derroteros de esta demente y descoyuntada historia de amor, celos, búsqueda del ser, sueños, anhelos de trascendencia, descenso a los infiernos del subconsciente y de sexo tan ritual como brutal, bajo el espectro blanco de la ballena-Leviatán de Melville, obsesión de Murray.

La novela, que comienza con el suicidio de Christiana, se construye a base de continuos e innecesarios saltos en el  tiempo que dificultan enormemente su lectura, convirtiendo la ya de por sí compleja trama en un desafío para las mentes más aguzadas.

Creo que el autor no acierta con esta composición para la reconstrucción biográfica de tan potente personaje. Si ha tenido la intención de acomodar el estilo de la narración al comportamiento errático y obsesivo de la protagonista, a las introspecciones del psicoanálisis, como si cada capítulo  fuera una sesión de diván, pienso que ha fracasado en su objetivo, porque la novela carece de cuerpo y sentido. Y es una pena, teniendo en cuenta que el autor, como documenta al final del libro, tuvo acceso a los archivos personales de Christiana Morgan en Harvard, donde trabajaba con Murray, así como a su diario personal y a los dibujos de sus trances, producto de las sesiones con Jung.

Sólo recomendaría esta novela a los muy interesados en el  psicoanálisis, que también tengan nociones sobre antropología, pues si no, se perderán en un remolino de alusiones vacías de contenido.
Creo que tendré que optar por otra obra para apreciar el talento (que lo tiene) de este autor.

Sybilalibros@siyofueralibro


viernes, 2 de noviembre de 2018

CONFESIONES DE UN ACTOR. Laurence Olivier


Leer biografías tiene algo de cotilleo, de ventana indiscreta. Nos damos el derecho de hurgar en la vida de la persona investigada, sin pensar en su opinión al respecto. Sin embargo, cuando el autor de la biografía es el propio sujeto radiografiado, el escrúpulo da paso al asombro.

¿Por qué se desnuda un hombre ante gente que no conoce?
Olivier lo hace. Cuenta su vida personal, íntima, detallando, venciendo el  pudor.  También su salud, sus ideas. Tres matrimonios, el segundo con Vivien Leigh, gozoso y desgraciado, puro amor. Nace en 1907, hijo de un clérigo tacaño. ¿Se rebela contra su padre para dedicarse al espectáculo? No. La primera sorpresa del libro nos demuestra, una vez más, que la vida es compleja;  Laurence se hace actor por mandato de su padre, tan conservador y riguroso.
Recuerdo las memorias de Alec Guiness. Apenas habla de cine, una fuente de ingresos para él y poco más. Su vida era el teatro. La de Olivier también, pero este sí nos cuenta cosas de sus películas, desde Cumbres borrascosas hasta Marathon man; de sus apariciones televisivas, Retorno a Brideshead y otras. Esto, más sus comentarios sobre las estrellas de Hollywood, dan amenidad al libro.

El teatro. Siempre me ha parecido la profesión de actor dificilísima, imposible si no viera sobre las tablas a estos fenómenos. Olivier detalla sus éxitos, su gusto por las novedades y los autores nuevos; aunque Chejov  y, sobre todo, Shakespeare, están en su alma y su trabajo, una vez y otra. Los entresijos de la profesión, también como empresario y director, ocupan muchas páginas interesantes. Lo más sorprendente, y avala mi idea de la dificultad del oficio, es su confesión sobre el padecimiento de pánico escénico, lo sufrió durante cinco años ¡cuando tenía más de cincuenta!

 Caballero, Lord, reverencia las instituciones británicas, Churchill como ideal político.
 No se cansa de alabar y agradecer la amistad. Con lo que podemos decir que su vida es: su profesión, sus amores, sus amigos. Lo cuenta admirablemente, lo leemos siempre interesados.

 El original es de 1982, leo una edición de Planeta de 1983. 270 páginas ilustradas con dos bloques de fotos, trae también cronología y la obra del hombre.

Luis Miguel Sotillo

martes, 16 de octubre de 2018

LIMÓNOV. Emmanuel Carrère

Narcisista, idealista, agónico, apasionado, fortísimo. Incapaz para la moderación, es amigo de los extremos. Hay tipos así, verstrynges los llamo yo, que pasan de la extrema derecha a la extrema izquierda, o viceversa,  sin tocar la idea de ser demócratas.


 Limónov nos resultaría exagerado, inverosímil  como  personaje novelesco, pero resulta que existe, vive, este ucraniano de 1943. Carrère nos cuenta su vida y anti milagros, picaresca con vodka en lugar de vino,  en este libro biográfico histórico que se lee como una novela. Lo único admirable en Limónov es la fuerza de voluntad, la capacidad de resistencia. Por lo demás, me resulta desagradable, como poco. Diré como ejemplo definitivo que entre Stalin  y Solzhenitsyn  se queda con el padrecito de los pueblos… masacrados. Y no es el único.


 Lo mejor del libro es la descripción de, la reflexión sobre una época, un país apasionante, Rusia, que tanto ha padecido y ha hecho sufrir.

 El comunismo. Rusia ayer y hoy, de Stalin a Putin, pasando por Gorbachov y Yeltsin. De la atrocidad soviética a las mafias que se enseñorean de una tierra inmensa, pues se pasa del control absoluto de la sociedad por el partido comunista al libertinaje sin frenos legales democráticos en tiempos de Boris Yeltsin.


 Libro apasionante, sobre un hombre y su tiempo, que es el nuestro. Las cárceles rusas, los apartamentos lujosos de Nueva York. El hambre, el caviar a cucharadas. París, los altiplanos asiáticos despoblados. Sodomía en el barro, llevar del brazo una tía por la que te envidian. Sarajevo sitiada, una agradable casa de campo. Todo esto y más, es Limónov.


 Editorial Anagrama, leo la decimocuarta edición, de marzo de 2018, la original es de  2011. 396 páginas que atrapan.

 

Luis Miguel Sotillo Castro


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