¿Quién no ha deseado cambiar los acontecimientos pasados para reconducir su vida? Úrsula Todd, la protagonista absoluta de esta novela tiene el desconcertante don de morir y volver a vivir cambiando la historia a mejor, o sea, el deseo de cualquier humano que se precie de serlo.
Úrsula nace muerta en una fría noche de invierno de 1910 para volver a nacer viva en las páginas siguientes porque el médico ha llegado a tiempo. El lector no entiende nada, pero continúa, intrigado, para asistir al crecimiento de la protagonista en la gran casa familiar de la campiña inglesa junto a sus hermanos, entre muertes y renacimientos que cambian la vida de los suyos, borrando todo mal recuerdo. Úrsula no es consciente de lo que le ocurre, sólo sabe que puede hacer algo para evitar las desgracias que le ronronean desde el subconsciente. Para los suyos sólo es una niña especial, hipersensible. Desconocen que su destino, incluso el de la Historia del s. XX, está en sus manos.
Dicho así, parca y esquiva sinopsis por mor del secreto argumental, parece un relato de ciencia-ficción emparentado con el Dr. Who y otros viajeros del tiempo, pero realmente tiene poco que ver con ese género pues lo que construye de manera admirable Atkinson es un tiempo circular alrededor del cual se suceden distintas novelas que forman parte del mismo océano curvo que las contiene a todas: Úrsula.
Así encontramos la novela de saga familiar, la novela histórica, que recorre los principales hitos de la historia británica durante el s.XX, entre los que destacaría de manera notable el período del terrible “blitz” londinense durante el cual Úrsula es voluntaria del servicio de rescate de personas, y la novela de reencarnación a la occidental, el alma máter del argumento y por lo que se ha hecho mundialmente famoso este libro, aunque lo menos interesante desde mi punto de vista, porque sencillamente no me lo creo, a pesar de ser una entusiasta de los viajes en el tiempo. El problema no está en la manera de contarlo, extraordinaria, sino en el enfoque dado por la autora al carácter de su protagonista: el lector nunca sabe hasta qué punto Úrsula es consciente de su don, si lo provoca o le viene cuando está en una situación límite. Esa nube de confusión, tejida adrede a mi parecer, que en un principio empica a la lectura va restando credibilidad a medida que pasa el tiempo para perderla totalmente durante el episodio del nazismo (soy de las que piensan que cualquier fantasía incrustada en la Alemania nazi deviene en espectáculo de barraca de feria).
La estructura repetitiva, necesario y exigente juego narrativo donde la autora derrocha maestría, se vuelve cargante y hace que la novela vaya a menos argumentalmente, a pesar de su buen oficio. De hecho, es la prosa elegante, clara y cuidada de Atkinson la que salva al libro de caer en la serie B.
Por lo demás, es una lectura curiosa, entretenida, recomendable para aquellos que tengan una lógica menos exacerbada que la mía y no sean alérgicos a la archiultramega usada/manida/repetida ucronía nazi como esta que les escribe.
Sybilalibros