Sé que con esta opinión me voy a granjear enemistades enconadas, pero no puedo traicionarme.
Este es el segundo libro que leo de la autora, en un sincero deseo de hallarle todas las virtudes que ensalzan mis amigos de las redes sociales, pero que no encontré por ningún lado en el primer tropezón que tuve con ella, “Jezabel''.
Esfuerzo, no diré infructuoso, pero sí claramente revelador de que la señora Némirovsky y esta que suscribe no van a volver encontrarse en una librería.
Me acerco a “Suite Francesa”, aclamada por sus fieles como trágica y conmovedora opus magna, con el alma libre de prejuicios pero vuelve a sucederme lo mismo: no me identifico con sus personajes, no me conmueven sus historias salvo la congoja continua que produce la narración de la ocupación alemana en el mismo momento y lugar en el que está ocurriendo y, sí, una vez más, me fascina su ágil y fluida escritura, su elegante prosa con reminiscencias de Stefan Zweig.
“Chapeau” el manejo de los tempos y descripciones durante las dos fases en las que estructura la narración: el desquiciado embrollo de acciones y personajes del primer momento, el de los nazis profanando París, en oposición a la tranquilidad reinventada y rabias contenidas de la ocupación, que deviene tan cotidiana como una nueva hornada de pan.
Le fluye natural la escritura a Némirovsky, pero a mi entender, le fallan los personajes: su tan alabada crítica a la hipócrita burguesía francesa se queda en tópicos y sentimientos tan manidos sobre beatonas insolidarias, esnobs apegados al bon vivant o mezquindades provincianas que más bien parece en algunos momentos comedia de costumbres antes que colapso de Francia, en particular en la segunda parte de la novela.
Finalmente, creo que gran parte del entusiasmo que despierta su obra proviene de la dramática biografía de la autora, que terminó desgraciadamente sus días en Auschwitz.
Aun así, animo a leer Suite Francesa, por cómo cuenta la invasión nazi al corazón de Europa, algo que vivió en primera persona.
La edición de Salamandra aporta además unos suculentos apéndices, notas manuscritas de la autora donde va pergeñando su proyecto de novela. Muy interesante.
Sybilalibros