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miércoles, 25 de mayo de 2022

LA CHICA DE OJOS VERDES. Edna O'Brien

Continuación de Las chicas de campo, del que ya hice reseña, consigue no bajar el listón de la primera historia que nos dio a conocer a esas chicas irlandesas, Baba y Caithleen, que se asfixiaban en el mundo rural pero que finalmente conseguían su objetivo de ser independientes y huir a Dublín. Este libro trata de sus aventuras en la gran ciudad, sus primeros empleos, la estrafalaria pensión en la que viven, pero sobre todo, del amor fou que vive Kate con un extravagante director de cine. La lucha interior de la joven e inexperta protagonista entre si entregarse o no al amado sin pasar por vicaría domina gran parte del libro. 

Vuelve Edna O'Brien a poner su magnífica prosa al servicio de la denuncia del opresor catolicismo irlandés, de unos valores rurales caducos, de la batalla de la mujer irlandesa de posguerra por ser dueña de su cuerpo y su destino. 
Siempre es un placer leer a esta autora que maneja los sentimientos y la palabra como sólo los autores de la verde Erín saben hacer. Muy recomendable


Sybilalibros

miércoles, 19 de enero de 2022

EL ÚLTIMO SEPTIEMBRE. Elizabeth Bowen

Elizabeth Bowen y yo no congeniamos. Nos conocimos en “La muerte del corazón” y, aunque reconocí su talento para la escritura, me produjo cierto desagrado, cierto vacío durante su lectura, cierta frialdad hacia los  sentimientos que narraba. Muchos años después, ante la publicación de su “obra maestra” por Acantilado, decidí darle otra oportunidad, con los mismos resultados desgraciadamente; aunque en este caso vergonzantes por mi parte, pues abandoné a mitad de la partida y no porque no me sedujera el argumento a priori.


Mientras Irlanda está luchando por su independencia del Reino Unido, en la mansión Danielstown sus habitantes dan la espalda a la realidad y  continúan con sus aristocráticas vidas entre partidos de tenis, bailes o recibiendo amigos que conjuren la rutina durante un tiempo. Esta indolencia sólo se ve interrumpida por alguna escaramuza cercana de las guerrillas irlandesas que no consigue afectar al palacete adormecido. La única señal de contienda es la presencia del soldado británico Gerald en pos de su inseguro amor Lois, la joven de la familia que anda a la búsqueda de su propia identidad.


Es una situación extraña y desconcertante, tanto como sus protagonistas, angloirlandeses: gente que no comulga con los anhelos de Eire pero que ve como extraños a los ingleses. 


Según cuenta la autora en el epílogo que incluye la edición de Acantilado, lo que pretendía con esta novela era ilustrar el fin de una época y de una clase social a la que ella misma pertenecía, una ilustración que me ha parecido tediosa y sin enjundia, a pesar de la buena pluma de Bowen, pues dejar que sea la ambientación la que “cuente” y que en el fondo no pase nada puede cansar al lector más paciente.


En un principio disfrutas del bello lenguaje, de las frases evocadoras, de los monólogos interiores y de una atmósfera trasunto del estado de ánimo de los personajes. Pero el juego trivial y el ensimismamiento tienen un límite y 336 páginas es mucho límite. Quizá los lectores amantes de la futilidad como primoroso ejercicio literario encuentren placer en su lectura. Yo acabé exasperada. 

Aun así, si quieren acercarse a esta autora del círculo de Bloomsbury, les aconsejo “La muerte del corazón” editada por Impedimenta. 


Sybilalibros


lunes, 31 de mayo de 2021

EL DELATOR. Liam O´Flaherty

¿Delatarías a un amigo y compañero de armas? ¿Por qué? 

Es lo que se pregunta Liam O’Flaherty en esta opresiva novela ambientada en la Irlanda de los años posteriores a su guerra civil (1922-23), en la que la batalla por la Revolución Obrera toma el relevo a la lucha por la Independencia de Gran Bretaña.

Un delator es despreciable hasta en un patio de colegio, pero como si de un Raskolnikov celta se tratara (para mi desesperación y alborozo de fanáticos de Dostoievski), el autor nos introduce en la obtusa y tortuosa mente del soplón Gypo Nolan en un intento de alegato, mientras deambula por los bajos fondos de un Dublín poblado de terroristas de la miseria, sombras de mujeres que se venden por ese alcohol que las vuelve corpóreas en lo que dura un trago, borrachos de academia, hambre institucionalizada y callejuelas inmundas donde la niebla pesa más que la conciencia. 

Un particular vía crucis báquico que dura una jornada (al igual que el Ulises de Joyce, pero menos plúmbeo) que le conducirá inevitablemente ante el autoproclamado consejo de guerra revolucionario presidido por Dan Gallagher: frío, calculador, iluminado egoísta y un nuevo mesías bolchevique siempre dispuesto a derramar la sangre de sus hermanos por la Revolución antes que la suya propia. 

El agónico proceso durará toda una madrugada y al amanecer…Tendréis que leerlo.

Mi amor por Irlanda y el ávido deseo de conocer a sus bardos literarios me llevaron hasta este autor a través (enésima vez) del cine, ya que uno de mis directores favoritos, John Ford, dirigió una  película basada en esta novela, bastante desconocida hoy en día por tratarse de un proyecto personal y poco agraciado del realizador, pero que en su momento tuvo gran acogida, ganando incluso varios Óscar, tanto para Ford como para Víctor McLaglen. Viendo a este actorazo, una no puede más que reconocer que la precognición existe porque, cuando se lee el brutal retrato de Gypo Nolan, ese gigante de músculos desordenados y mirada huidiza, ES McLaglen, aunque el libro se escribiera 10 años antes que la película. 

 Disfruta el autor describiendo ambientes, gestos y acciones tan detalladas que rayan en un puntillismo literario exasperante en ocasiones. Se le perdona por los excelentes retratos psicológicos de los personajes, a los que a veces moldea toscamente en barro y otras, los perfora como un taladro. Es como si Dostoievski se hubiera trasladado a Irlanda. 

Es una novela compleja, comprometida, de denuncia social y muy interesante para conocer el espécimen autóctono de socialismo nacionalista, ya que O´Flaherty, socialista vocacional que llega a militar en las filas del comunismo, narra esa época convulsa, sin escribir IRA pero señalándolo, en la que las traiciones, purgas y luchas intestinas de la organización terrorista eran la Guinness diaria con la que se desayunaba la recién creada República de Irlanda.

A mí me ha enseñado, removido, angustiado y finalmente gustado, a pesar de que uno de los personajes que mejor representan la idiosincrasia de la verde Erín esté ausente: el humor. Supongo que se debe a la intención política del autor. 

La recomiendo para los amantes de Irlanda, de su Historia, de sus escritores, de sesudos autores rusos y para desmontar la imagen bucólica que tenemos de este bello país.

ADENDA: No se pierdan el estupendo prólogo de Antonio Rivero Taravillo.

Sybilalibros


martes, 17 de marzo de 2020

LAS CHICAS DE CAMPO. EDNA O´BRIEN.


Que la primera novela de Edna O´Brien fuera un escándalo y conmoviera los cimientos de la tradicional y católica Irlanda nada más publicarse no tiene nada de extraño, habida cuenta de que lo que narra poco tiene que ver con la  bucólica Eire de bardos, leyendas, sano humor y camaradería. O al menos, no en el modo del tópico al que estamos habituados.

Chicas de campo es el relato de dos vidas entrelazadas: la de la ingenua y tímida Caithleen, procedente de una familia campesina muy venida a menos, cuyo desamparo la empuja hacia la compañía  de la tan insoportable como resuelta Baba, perteneciente a una desequilibrada familia burguesa adinerada en desvaríos. Su historia parece abocada a una más de las existencias anodinas que se apagan en el mísero y cada vez más despoblado mundo rural de la Irlanda de posguerra.
 Sin embargo, un hecho va a sacudir la urgente necesidad de independencia de las jóvenes que se materializará en el Eldorado de Dublín, donde pensiones de extraños trashumantes, amores a cambio de diversión o un par de medias, fracasos y decepciones traerán la añoranza de la inocencia perdida, aquella de los días de colegio, contacto con la naturaleza, diversiones rústicas, de internados claustrofóbicos, del encuentro con el primer amor.

Chicas de campo es novela de iniciación, en ocasiones a trompicones y alocada como Baba, en otras, balbuciente e insegura como Cait, donde el paso de la infancia a la madurez se hace de manera brusca y traumática con el único bálsamo de un amor clandestino.

Es novela de concienciación, la de la situación de las mujeres irlandesas sometidas a sus maridos y a los dictados de la Iglesia Católica, que las encerraban en el único papel de madres y esposas; de reivindicación de la Mujer, de las que quisieron escapar a este destino abrazando el consuelo de la infidelidad, o huyendo hacia la capital, Tierra de Promisión, donde se había instalado el s. XX y los valores tradicionales quedaban diluidos en el aire contaminado del progreso; las más, soportando su infelicidad por cuestión de Fe.

Pero sobre todo es novela de ganas de vivir, de rebeldía, de intimidad de sentimientos y de sexo desinhibido, algo que, en la ultracatólica Irlanda, le valió a la autora la proscripción e incluso la quema de libros.
No olvida, finalmente, O´Brien la tradición celta, que asoma en personajes peculiares, ocurrentes, mezquinos y vividores retratados  admirablemente; en tonadas tradicionales, en internados conventuales de estrictas monjas, en ese alcoholismo endémico, azote de la isla y sus mujeres así como en la inevitable emigración.

Un estilo limpio en la narración, ágil en el diálogo e íntimo en la descripción completa la excelencia de la historia y hace de este libro toda una lección magistral en un debut literario, que, no en vano, supuso el reconocimiento internacional e inmediato para su autora, situándola en el nivel de Eudora Welty o Flannery O’Connor, expertas también en el universo femenino del profundo Sur, de quienes se reconoce deudora Edna O´Brien.

Para los que nos hemos quedado con ganas de más de esta inteligente autora, Errata Naturae promete la progresiva publicación del resto de sus obras en español.

Sybilalibros





sábado, 15 de junio de 2019

LA TUMBA DEL TEJEDOR. Seumas O’Kelly


A nadie le amarga un dulce, y menos si es un bombón relleno de whisky irlandés como este breve relato, capaz de aunar en 77 páginas parte de la Historia de Irlanda.

Los amantes de la cultura irlandesa ya conocemos esa capacidad innata que tienen sus autores de hacer Literatura con mayúsculas de una idiosincrasia particular. Seamus O'Kelly no escapa a esa condición. Apenas conocido en España, este periodista, dramaturgo y poeta de la quinta de J. Joyce es renombrado en su país tanto por sus relatos como por su compromiso con el Sinn Féin a través del periódico Nationality. Su obra es tan breve como su vida y de ella destaca la divertidísima "La tumba del tejedor", la única editada en español por Sajalín. 

La trama, surrealista donde las haya: Mortimer, el tejedor de un pueblecito irlandés ha muerto. El hecho de hallar el lugar donde le corresponde enterrarse en el laberíntico cementerio de Cloon na Morav (El prado de los muertos), cuyo mapa sólo residía en la mente del finado, se convierte en una Odisea celta de la mano de los únicos que podrían recordar su paradero: dos ancianos que se aferran a esta última oportunidad de demostrar su utilidad a la comunidad y que no dudan en prolongarla con discusiones genealógicas tan enredadas como la turba que pisan, sin importarles lo más mínimo los sentimientos de una paciente viuda o la prisa de los enterradores. 

Viejos, pero no vejez; muertos, pero no extintos; un cementerio que constituye un Gotha repleto de aristócratas de oficios; viudas con luto de primavera; discusiones tan eternas como las piedras y volátiles como el whisky. 
Y humor, mucho humor negro.

Finalmente, un guiño para cinéfilos. Leedlo, y sabréis de dónde extrajo J.Ford la idea para una escena de "El Hombre Tranquilo".

Mil gracias a Sajalín por editarnos estas joyas en castellano.


Sybilalibros@YoLibro

domingo, 25 de noviembre de 2018

LA SOLITARIA PASIÓN DE JUDITH HEARNE. Brian Moore.


Tristeza, soledad infinita, sueños rotos, locura, alcohol, religión: Un tranvía llamado deseo en Belfast podría titularse esta maravillosa novela en la que Moore describe prodigiosamente la tortura de un alma solitaria, sus interiores y recovecos, la pugna interna contra los prejuicios adquiridos que minan su ser.

“La solitaria pasión de Judith Hearne” es la historia de una de las marginaciones más dolorosa y a la par más inspiradora para la literatura como es la de la solterona: estigmatizadas por la sociedad por no darle hijos, culpables de que haya hombres solos, monjas sin anillo al cuidado de familiares enfermos que les pagan su vocación muriéndose en la ruina, la solterona se convierte en una carga para la familia y sus escasas relaciones.

En un sombrío y encogido Belfast de posguerra, Judith Hearne, fea y en esa edad indeterminada en la que la mujer si no es oronda matrona es escuálida mística, pobre pero respetable, fiel cumplidora de unos preceptos católicos que no la consuelan y una carga lastimosa para sus únicos amigos que la sufren cada té de domingo, intenta sobrevivir a su destino en casas de huéspedes de paredes alcahuetas donde sueña, entre suspiros ahogados en la botella de whisky, con el brillante caballero que la rescate del dragón de la soltería.

Cuando menos se lo espera, su Dios amenazador se apiada de ella y trae a su pensión a un expansivo comerciante norteamericano sin pensar que su aparición desatará las más bajas pasiones entre los moradores de esa cueva de leprosos del amor.

Extraordinaria tanto en el sentido literario como el humano, “La solitaria pasión de Judith Hearne”, que podría haber sido una cargante novela de dramas desmandados, es una obra magistral gracias a la pluma fina, inteligente y elegante de B. Moore que trata a su protagonista con exquisita dulzura, incluso con toques de humor, pero sin ahorrarnos la vileza de su adicción a la par que  nos muestra  los perfiles de los restantes personajes en pequeños pero definitorios gestos, componiendo un cuadro del que es difícil apartar la mirada.

Leyendo libros como este, una entiende por qué B. Moore es considerado un maestro de las letras británicas, genio que hizo extensivo a los guiones cinematográficos como el de “Cortina rasgada”  rodado por Hitchcock al emigrar a los EEUU y es admirado por otro maestro como Graham Greene.

Más que recomendable, lectura obligada. Máxime cuando la edición de Impedimenta y la traducción de Amelia Pérez de Villar son impecables.

NOTA CINÉFILA: Existe película de 1987 protagonizada por los inmensos Maggie Smith y Bob Hoskins, pero desgraciadamente no he tenido ocasión de verla, así que no puedo dar opinión. Pero me da el pálpito que a pesar de contar con tan buenos actores, difícilmente habrán conseguido plasmar el hálito que se respira en las páginas de Moore.



Sybila @YoLibro

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