Primer libro que
leo de Mastretta y me ha encantado cómo escribe, aunque la novela se me ha
hecho un poco pesada. Quizá porque el telón de fondo de estos amores
apasionados son los convulsos y confusos vaivenes de la Revolución (debería
decir revoluciones, porque fueron alzamientos y cuarteladas continuos)
Mexicana, finales s. XIX-principios del XX.
El comienzo es
estupendo, te atrapa enseguida la escritura melosa, juguetona y picante como
los personajes, pero la parte central se desinfla, se repite, avanza con la
cachaza propia de los mejicanos y cansa tanta política y tanto general de
saldo. Hay que estar muy puesto en Historia de México para no perderse, máxime
cuando la autora le confiere en ocasiones toda la relevancia al tema, incluso
por delante del turbulento relato de las idas y venidas entre la inteligente y
liberal Emilia Sauri y el rebelde aventurero Daniel Cuenca, abogado de todos
los levantamientos perdidos en tierra azteca.
De hecho diría que
la intención de la autora fue narrar ese momento de agitación en el devenir de
su país recién independizado, usando como excusa los entresijos de ambas
familias poblanas, de espíritu y educación liberal, soñadores de un nuevo país
que volvió a pinchar en el mismo cactus de la corrupción.
Menos mal que al
final del libro retoma el ímpetu del principio y remata brillantemente.
Estilo rico en
metáforas, abigarrado en juegos de palabras. Los personajes, tan telúricos como
la mismísima Coatlicue, cuyos impulsos vitales son los instintos de libertad. Entre
ellos destacaría al boticario Sauri, una joya.
Muy recomendable a
pesar de su longitud.
Volveré a Mastretta. Seguro.
Sybila @siyofueralibro