“Pero el destino no tendría la reputación que tiene si se limitara a hacer siempre lo que parece que va a hacer”
Una fábula a la strogonoff, un
cuento de hadas en samovar,”El príncipe feliz” bajo las nieves de Moscú, Jeeves
en una copa de vodka. Todo eso y más es “Un caballero en Moscú”.
Amor Towles ha cogido a
Phileas Fogg, lo ha rebautizado como Aleksandr Rostov, le ha concedido el título de conde y lo ha embarcado en un viaje
de 30 años alrededor del mítico hotel
Metropol de la capital rusa del cual tiene prohibida la salida bajo pena de
muerte por unos versos antirrevolucionarios. En lugar del fiel Passepartout, le
ha dado como compañeros de viaje a un maître francés y a un exigente chef. Y como
no podía faltar la dulce dama, goza de la admiración de una pequeña
bolchevique de 6 años con la curiosidad y el descaro de Tom Sawyer.
Con estos mimbres consigue una
novela encantadora, entrañable, emocionante sin salir de las dependencias del hotel,
por las que deambulan diversos
personajes que renuevan el relato con cada aparición. De fondo, como un rumor
obsceno que no consigue ahogar al exquisito concierto de la orquesta del bar del
hotel, los distintos momentos de la
Revolución Rusa se suceden, desde la exaltación cruenta hasta la sordidez del
estalinismo que sólo apreciamos por los groseros huéspedes que frecuentan el
Metropol en esa época.
Muy bien escrita, con un
estilo sobrio y elegante, A. Towles mantiene el interés constante, te
reconcilia con el género humano y lo que es mejor, logra que te enamores perdidamente
del Conde Rostov que hace de su vida un empeño viviente de la máxima de
Montaigne: “No dejes que las circunstancias te dominen. Domínalas a ellas”
Absolutamente recomendable
para lectores de buen gusto que aún crean en los cuentos de hadas, para los
exiliados en su propia patria, para los que la amistad sea el motor de sus
corazones.
Sybilalibros@siyofueralibro
No hay comentarios:
Publicar un comentario