Una ciudad
milenaria, Damasco, que en sí misma es un zoco desordenado; dos historias que se
entrecruzan en mil revueltas, se detienen en angostos adarves, se esconden en
casas de cien puertas y huyen por callejuelas cómplices, pero sin llegar a
ningún destino porque el principio y el fin es Damasco.
Schami, siguiendo
la más pura tradición oriental, mezcla en su shisha el dulce erotismo de las
1001 noches con el amargo tabaco del exilio para narrarnos la historia de Salman,
un opositor al régimen de los Al Asad huido a Italia, donde ha formado una
nueva familia mientras la suya, la de sus antepasados, vive perseguida en
Siria, el país de todas las religiones donde una cristiana, Aída, y un musulmán,
Karim, van a vivir una historia de amor apasionada en su solitaria madurez.
Con esta jugosa
combinación podría haber resultado un relato fascinante. Sin embargo, con lo
que topa el lector es con una narración caótica, morosa, que se pierde en el
color local para resurgir lúcida a ratos, lo cual es una lástima porque los personajes
son entrañables, la descripción de la vida cotidiana y costumbres sirias son
muy interesantes y porque hubiera sido una excelente forma de aprender la
historia contemporánea de este otrora gran país que desgraciadamente sólo es
conocido por sus apariciones en el telediario sino hubiera pasado de puntillas
por acontecimientos vitales.
Tras todo ese
batiburrillo de tenderete oriental lo único que no es baratija es el Amor como
la única fuerza capaz de derribar dictaduras, la amistad verdadera que se
sobrepone a religión y política; y, por último, la familia como la razón de ser
de un pueblo y una nación.
Añadir que la
condición de exiliado del propio autor está omnipresente durante todo el
relato, si bien tampoco se puede decir que se trate de una autobiografía en
puridad. Rafik Schami, que significa “amigo de Damasco” es seudónimo de Suheil
Fadél, un doctor en Químicas sirio-alemán perteneciente a la más que
minoritaria confesión cristiano-aramea, reconvertido a escritor y defensor de la
paz entre israelíes y palestinos.
A pesar de que me
ha costado terminar las 500 páginas de las que consta (y de las que le sobran
más de 200) me atraen tanto Siria y sus gentes que creo que le daré otra
oportunidad al autor con “El lado oscuro del amor” de la que dicen es su mejor novela.
Sybilalibros @siyofueralibro
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