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lunes, 3 de enero de 2022

EL MAESTRO DEL JUICIO FINAL. Leo Perutz

Viena, 1909. La Secesión está en plena efervescencia mientras el imperio austro-húngaro se resiste a morir, aferrado a los elegantes cafés, a los cosmopolitas salones y a ese mosaico de culturas y lenguas que lo conforman y que acabará sepultándolo.

En casa de un actor en declive, Eugene Bishoff, se reúne un variopinto grupo de amigos, representantes de las profesiones más distinguidas, aunque no más pudientes, para tocar un trío de Bramhs y de paso, ablandar a su anfitrión para que les regale un recitado de Shakespeare que levante los ánimos ensombrecidos por la pérdida de brillo en el barniz imperial.


Shakespeare, tan “demodé” como el propio actor, cede el paso a una excitante historia narrada por Bischoff sobre dos hermanos, unidos por sucesivas muertes en cuartos cerrados que apuntan a suicidio salvo porque los testigos al otro lado de la puerta oyen dos voces distintas en los momentos previos al fin. La inexplicable solución enciende la conversación, que sólo se verá interrumpida por el sonido de un disparo: el actor se ha “suicidado” en su despacho cerrado mientras se preparaba para el recitado. Todos los invitados estaban lejos del lugar salvo el Barón von Yosh, que escuchó las dos voces antes de encontrar el cadáver. La lógica le señala como el asesino, pues conocen sus amores con la esposa del actor y es incapaz de explicar qué hacía allí, mostrando un estado de confusión lamentable. En ese momento von Yosh inicia una frenética carrera por las bellas calles vienesas en pos de un culpable que demuestre su inocencia antes de que la policía y sus amigos lo atrapen. 


Planteado así el argumento, el lector podría pensar en un intrigante relato detectivesco al estilo de los clásicos Lerroux o Conan Doyle, pero en manos de Perutz la historia alza el vuelo y trasciende su primera intención para abrir la puerta a la fantasía y el miedo como fuerzas creadoras del arte con mayúsculas, siguiendo la estela de Hoffmann o Poe.


“¿Qué sabemos realmente de los otros? Cada uno de nosotros lleva dentro de sí su propio Día del Juicio Final”


nos plantea el autor, y convierte su narración en una alegoría de la condición humana, un truco de ilusionismo ambientado en viejas leyendas judías que seduce con falsos culpables, misterios irresolubles y libros peligrosos. Para la puesta en escena, elige al barón von Yosh, nuestro narrador y culpable, un militar de carrera aficionado a los narcóticos, como era la moda al uso en la época, lo que convierte el relato en una nube fascinante de extrañas percepciones, entre el sueño y la realidad, que provocan en el lector esa duda deliciosa de la que hará buen uso más tarde el maestro Hitchcock. 


La prosa elegante de Perutz, su habilidad natural para describir situaciones y caracteres, hacen de esta novela un modelo de excelencia, donde estructura, ideas, personajes y discurso conforman un engranaje perfecto, a pesar de (o gracias a ) los inesperados giros de la trama.


Creo que he aportado suficientes argumentos para que os acerquéis a esta joya, pero si todavía tenéis dudas, la mejor manera de eliminarlas es leyéndolo, porque es ameno, inteligente, curioso, distinto, no paran de pasar cosas y encima está maravillosamente escrito. Es Perutz, no hay mejor argumento.


Sybilalibros

jueves, 22 de noviembre de 2018

LA BALADA DE IZA. Magda Szabó


Me encanta tropezarme con autores desconocidos por el gran público, sobre todo los que provienen de países que estuvieron tantos años tras el telón de acero porque tienen tantas historias que contar y de una manera tan diferente a la acostumbrada europea occidental que siempre me sorprenden. O será que los leo con los ojos y el corazón de una niña: sin prejuicios, simplemente dejándome llevar.

Es el caso de esta sensible e inteligente autora, compatriota húngara del mediático Márai pero menos promocionada, a saber por qué (algo que, por otro lado, me alegra. El estar alejada de la tendencia dominante le da cierto caché que también pasa a sus lectores de alguna manera).

“La balada de Iza” es una historia de incomprensiones y silencios, de egoísmos encubiertos de generosidad, de vacíos dejados por los seres queridos que pretenden llenarse con material prefabricado, de choque entre las tradiciones del pueblo y las asépticas relaciones impuestas desde el Partido en la capital.

Iza es una reputada doctora cuya madre, que vive en una casucha de un poblado atrapado en tiempos pasados, acaba de enviudar. Con la más racional de las intenciones se la lleva a vivir con ella a su funcional pero inanimado apartamento de Budapest. Las continuas ausencias de Iza por su entregado trabajo, su estricto carácter, que ya la alejó desde niña de la ternura de su madre y la falta de contacto humano de la gran ciudad provocan en la anciana un desamparo tal que enferma de melancolía, lo que empuja a las protagonistas a tomar decisiones que las enfrenta a todo lo callado durante años.

Con esta trama tan sencilla como universal compone Szabó, más que una novela, una lección de humildad y humanidad, con unos personajes tan sinceros, tan de andar por casa que te atrapan al primer renglón y no puedes dejar de leer una vez empezada.
Contribuye considerablemente a esta conexión la fluida, natural y delicada escritura de la autora, gran observadora de caracteres, que entiende que una taza desportillada o una funda de almohada hecha de remiendos dicen más que seis páginas de elaboradas descripciones psicológicas. Sus palabras se deslizan por los personajes y el paisaje con un ritmo pausado, íntimo, casi secreto hasta que, abruptamente, se precipitan en la parte final del relato, en una cascada imparable de angustia reprimida y reproches liberados del terror.

Enlazado con lo anterior, no quería dejar de mencionar dos cuestiones cuando menos sorprendentes de esta novela.

Una se refiere a su título original, Pilátus, es decir, el Pilatos de la tradición cristiana como símbolo de la cobardía e inhibición de responsabilidad. Cuando leáis el libro, lo entenderéis. ¿El porqué de un título en castellano tan distinto? Lo ignoro, probablemente se deba a estrategia editorial.

Y la otra es la llamativa ausencia (casi total) de cualquier referencia política, teniendo en cuenta que fue escrita en 1963, bajo la dictadura comunista o quizás por ello: durante la época de opresión estalinista sobre Hungría, desde el 1949 al 56, el gobierno prohibió la publicación de las obras de Szabó por su libre pensamiento y porque su marido estaba estigmatizado por el régimen. Cuando lean a Szabó, lean entre líneas, porque los personajes y la historia representan mucho más que un conflicto madre-hija.

Recomendable no sólo por lo que representa de conocimiento de otras literaturas largamente silenciadas sino por la extraordinaria sensibilidad de la autora: si no sufren en silencio con Etelka es que no tienen sangre en las venas.

Finalmente, dar las gracias a Mondadori por traducir a esta autora y darla a conocer en España.
Sybila @YoLibro

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