domingo, 10 de noviembre de 2019

LA NOCHE DE LA USINA. Eduardo Sacheri


“Casi todos los hijos de puta se creen que no son hijos de puta. Se creen buena gente. Hacés lo que querés. Cagás a medio mundo y dormís como un angelito”.
Se puede decir que lo mío con Sacheri fue amor a primera vista, pues ocurrió mientras me dejaba llevar al huerto viendo  por primera vez la película de Campanella “El secreto de sus ojos” que adaptaba una novela suya. Luego le leí cuentitos sueltos y se dejó querer, y finalmente nos declararon escritor y lectora en La Usina.

“La noche de la Usina” es la historia de David contra Goliath en un pueblo perdido de la provincia de Buenos Aires donde han emigrado hasta los yuyos y sólo restan unos cuantos viejos aferrados al mate, a la buena discusión política entre amigos y a los crucigramas. Una noche de larga charla fantasean con la idea de juntar los escasos ahorros de los habitantes de ese desierto e invertirlos en un proyecto que revitalice la economía del pueblo y dé trabajo a la gente. Desgraciadamente, la fortuna sonríe a los canallas y sufren una estafa en pleno corralito del 2001. Pasados los primeros momentos de impotencia y desolación, la rabia los hace reaccionar concibiendo un estrafalario plan para recuperar sus ahorros y de paso, “cagar al hijo de puta que los estafó”.

Y es el momento en el que el surrealismo pampero se desata y uno se la pasa rebién leyendo una novela que hay que dejar fluir porque empieza lenta, muda, casi hasta se detiene cuando sucede la grave tragedia que va a liberar el resto del relato. Una vez pasada, va remontando in crescendo hasta la traca final, nunca mejor dicho.

La trama rocambolesca, a cuyas idas y venidas colaboran unos capítulos breves pero sustanciosos y unos personajes tan únicos como inefables, está plagada de situaciones al borde del descalabro: el lector, que está al ciento por ciento con estos boludos, se la pasa en un continuo “la cagan”. Y no me miréis mal por el lenguaje que estoy usando en esta reseña pues no estoy haciendo otra cosa que poneros a tono con el de Sacheri en su novela. Escrita en un argentino muy coloquial, está invadida de modismos pueblerinos que me han obligado a consultar en varias ocasiones a mi queridísima amiga Laura Bertero para que me aclarara expresiones que en su vida oyeron el castellano (lo que, por otra parte, me ha hecho disfrutar el doble su lectura: por mi afición a las lenguas y por las divertidas charlas por Wasap en horario ciudad del Plata).

Recomiendo con gran alegría esta historia de perdedores a los que sólo queda dignidad, que se levantan y se unen contra el rico “hijodeputa” (imposible darle otro calificativo. Y si os molesta, sabed que lo usan con profusión Cervantes y Quevedo ¿quién soy yo para enmendalles?), para hacer justicia, tema constante en la producción de E. Sacheri. Casi podría definirla como un western de la Pampa impregnado del humor de Fontanarrosa.

ADENDA CINÉFILA: Para los amantes del cine y de Ricardo Darín, deciros que hace poco se ha estrenado su adaptación al cine con el nombre "La noche de los giles". Aún no la he visto pero me dicen que está muy bien.

Sybilalibros@siyofueralibro



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