lunes, 15 de marzo de 2021

LOS VISIGODOS Hijos de un Dios furioso José Soto Chica

 


LOS VISIGODOS

Hijos de un Dios furioso

José Soto Chica

 

Estudié de pequeño que la Hispania romana fue invadida por los bárbaros suevos, vándalos, alanos y visigodos. Estos últimos eran bárbaros pero, también, reyes de España. ¿Cómo se come eso? Pues algunos seguimos sentados a la mesa para descubrirlo.

 

 Mis lecturas sobre godos son los libros de Jordanes, Procopio  y otros bajo imperiales y bizantinos; san Isidoro, Braulio y otros medievales; Enrique Bradley, Orlandis, Santiago Castellanos y alguno más.

¿Por qué insistir con este de Soto Chica, militar e historiador granadino de 1971? Porque en Historia las preguntas son pertinaces y las respuestas esquivas. Nunca se lee lo suficiente.

 

Las preguntas que este libro contesta: ¿A partir de qué momento los visigodos pasan de ser bárbaros a dirigir un Estado complejo, de población mixta, con cultura y Derecho avanzados? ¿Cúanto debe este Estado a la herencia romana, qué innova el pueblo visigodo? ¿La conversión de los godos arrianos al catolicismo fue decisiva en la formación de España, inevitable? ¿Hasta qué punto fue un lastre la Monarquía electiva, no heredada? ¿Por qué la desgracia de 711 parece un barrido musulmán sin resistencia apenas? ¿Ese Estado derrumbado a sangre, fuego y acuerdos intimidatorios era ya España?

Este no es libro para impacientes que quieren respuestas rápidas. Hasta la página 183, inicio del cuarto capítulo, no entramos en Hispania. Antes, los antecedentes, el origen de los godos, su subdivisión visigoda y sus relaciones con el Imperio Romano. Sé que hay lectores que se cansan de tanta guerra y batalla, de los casi innumerables nombres de pueblos bárbaros que confunden, pero lo encuentro necesario y bien explicado.

 

A mí no me obligaron a aprender la lista de los reyes godos en la escuela, pues lo siento, hubiera estado bien. Memorizar es ir al gimnasio de la inteligencia. Hoy me siento fascinado por algunos de esos nombres, protagonistas aquí, desde Alarico a Rodrigo. Leovigildo y Recaredo, Sisebuto y Suintila no pueden ser más interesantes. Pero no sólo reyes. La complejidad y grandeza del reino se personifica en Isidoro, hispano romano cuya familia pasa de la Cartagena bizantina a la Bética visigoda; amigo de reyes godos, obispo adorable, presidente de concilios, escritor enciclopedista maravilloso. Por cierto, la historia de los Concilios, la documentación que se conserva de ellos, es apasionante.

 

 Libro excelente, usa provechosamente las fuentes y no especula, cuando arriesga opiniones discutibles lo advierte; desde luego, no inventa. Ilustraciones y mapas abundantes y pertinentes, bibliografía amplia y tabla cronológica clara. 562 páginas. Si las notas estuviesen a pie de página y no al final de cada capítulo, me hubiera parecido perfecto. Leo la segunda edición, noviembre de 2020, de Desperta Ferro Ediciones.

 

Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

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