miércoles, 1 de mayo de 2019

EL PODER DEL PERRO. Don Winslow.


Bienvenidos al infierno donde se trafica con amor, honor, familia, patria, ideales, religión y amistad. Monedas de curso legal: coca, sexo, plata y venganza.

He conseguido salir casi indemne de la tremenda balasera de El Poder del Perro, sólo me ha costado un par de antiácidos tras algún pinche pasaje y más de una noche de insomnio, a repartir entre imágenes de pesadilla marcadas a fuego en mi memoria y esa vieja conocida de los lectores “una página más y lo dejo”, porque el libro engancha más que una raya de coca.

No sé en qué género clasificar esta novela-documental, porque no termina de encajar en los cánones de la novela negra actual, ni es un thriller al uso. Creo que narco-novela sería lo adecuado para una abigarrada trama que deambula en opresivos círculos, como si del calendario de la Piedra del Sol azteca se tratase, por la agónica, sangrienta, asfixiante e interesada lucha de los EEUU contra los señores del narcotráfico, desde los años setenta hasta nuestros días, en ese país mágico donde todo puede suceder y nada es lo que parece: México.
El desfile de personajes es abrumador (muchos reales, otros simplemente enmascarados tras nombres falsos pero identificables) de forma que es difícil no perderse entre tal maraña de gente a ambos lados de la Frontera, esa diosa caprichosa que entrega sus favores según de dónde sople el dinero; pero Winslow ya se encarga de llevarnos de la mano del grupo protagonista: un joven mestizo agente de la DEA como el héroe-cowboy, una prostituta de alto standing como la chica, la familia de narcos Barrera como los malos, el asesino a sueldo irlandés Callan como el outsider y el padre Parada como el cura marxista redentor de indígenas. Identidades que se diluirán, entremezclarán y evaporarán como en una cucharada de “crack” al calor de la corrupción.

Novela de actos y personajes brutales, convulsa, inquietante pero tremendamente adictiva, conjuga la tradición de las historias de espías de le Carré con la violencia descarnada de James Ellroy.
Cuenta también con excelente prólogo de Rodrigo Fresán, director de la colección.

Aunque no apta para estómagos delicados, la recomiendo para aquellos interesados en el eje del narcotráfico Colombia-México, mafia italiana, CIA, paramilitares y teología de la liberación, pues está muy bien documentada. Mucho mejor que cualquier serie de TV: apaguen la tele y lean El poder del perro.

P.D: he leído traducción revisada “made in Mexico” lo cual se agradece: no es lo mismo leer a unos narcos maldiciendo con un “gilipollas” que no te los crees, que oírles un suculento repertorio de pinches, pendejos o chingadas.

Sybila @YoLibro




  

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