Después de leer los algunos de últimos premiados puedo afirmar que los Goncourt no sólo han bajado el nivel de calidad sino que se han entregado sin presentar batalla a esa vulgar pero potente corriente de la novela actual que podría definirse como "sociología de lo ordinario desde mi tribuna smartphone": escandalosa en apariencia pero de baja resolución literaria.
Es el caso de "Un hombre al margen", premio Goncourt a la primera novela, que cuenta con un punto de partida atractivo y provocador que se va desinflando a medida que la novela se desliza por unos vericuetos que no la favorecen, a mi entender.
El protagonista, Damien North, es un solitario y apagado profesor de filosofía en una mediana universidad francesa. Su vida transcurre entre lo anodino y la rutina hasta que un fallo en su ordenador lo arroja en las fauces del escándalo, pues hay evidencias de que se ha descargado imágenes pedofilas, aunque él se declara inocente. Así se abre el telón de la persecución, los juicios paralelos y la falta de apoyo de compañeros y familiares; un proceso que tendrá consecuencias insospechadas para el protagonista.
Sin embargo, "Un hombre al margen" no es una novela sobre la pedofilia y su monstruoso mercado sino más bien una "excusa" para denunciar a la sociedad del linchamiento mediático en la que vivimos y plantearnos la pregunta de si es posible reiniciar la vida tras pasar por un trauma parecido.
Lo que le interesa al joven autor es mostrarnos las diferentes reacciones que sufre el protagonista durante el proceso, desde el estupor y la altanería del primer momento hasta el abandono de sí mismo, pasando por la sumisión y la duda de si realmente lo hizo.
Dicho así resulta de lo más interesante, pero el desarrollo narrativo no está a la altura, a mi modo de ver, a pesar de un estilo fresco, ágil, inconcebiblemente humorístico en algunos pasajes, pero de poca enjundia y brío, además de tirar por unos derroteros un poco fantasiosos, eludiendo la evidencia palmaria de la que todo lector atento se apercibe. Pero claro,si no,no tendría novela.
No me ha conmovido su lectura ni he empatizado con el desgraciado protagonista y pienso que al autor aún le faltan muchos folios que emborronar para conseguir el verdadero Goncourt (o lo que era este premio).
Eso sí, es breve y se lee rápido.
Dejo a vuestra elección el leerlo. Igual a vosotros sí os parece novedosa y ocurrente.
Sybila @YoLibro
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