martes, 28 de abril de 2020

MONASTERIO. EDUARDO HALFON


Entre las líneas de este libro Halfon recoge una cita de su admirado Thelonius Monk que reza “Un genio es aquel que más se asemeja a sí mismo”.

Cualquiera que haya leído a Halfon se habrá dado cuenta de que es un género en sí mismo: por su estilo, entre la autobiografía y la fantasía, por su palabra verdadera, por su monólogos en perpetua duda metódica, por su desarraigo judío en Guatemala, por la persecución constante de sus raíces que no es sino un viaje al centro de su identidad. Todo ello conforma  una unidad inestable que nace y muere en Halfon.

Como él mismo afirma “toda ficción, en mi opinión, es autoficción”, y en esta ocasión  la ficción le conduce al mismísimo Israel, el centro de todas las preguntas y respuestas, previa excusa de la boda de su hermana con un judío ortodoxo, acontecimiento que convulsiona a toda la familia pues no es integrista. Allí tropezará con un antiguo amor de juventud, Tamara, con la que retomará una relación extraña, como suspendida en el espacio-tiempo gracias a las sales del Mar Muerto. Mientras, el choque con el perpetuo estado de excepción de Jerusalén y las calurosas noches de insomnio le harán recordar/reconstruir la persecución de su abuelo en Polonia por los nazis, generando un paralelismo inconcebible pero posible:
“... un muro es la manifestación física del odio hacia el otro. Una manifestación palpable, concreta, que busca separarnos del otro, aislarnos del otro, eliminar al otro de nuestra vista y de nuestro mundo. Pero también es una manifestación a todas luces inútil: por más alto y grueso que se edifique, por más largo e imponente que se construya, un muro nunca es infranqueable. Un muro nunca es más grande que el espíritu del hombre que éste encierra. Pues el otro sigue allí. El otro no desaparece. El otro nunca desaparece. El otro del otro soy yo. Yo, y mi espíritu. Yo, y mi imaginación”.
“Monasterio” es el deambular por el claustro de la identidad propia, con reflexivas paradas ante los capiteles de la intolerancia religiosa, el exilio cotidiano o el miedo al otro, para al final acabar en el de la reconciliación con uno mismo.
La narración de Halfon sigue los meandros de su mente y adopta un sentido circular (como lo es la Historia judía) que regresa al lugar visitado pero lo reconoce bajo otra luz, al modo de un tema de jazz. En otro autor este viaje sería insufrible, pero en él, gracias a su frase diestra, a su palabra clara y precisa, al particular humor que alienta sus desvaríos, se convierte en  una deliciosa excursión que el lector goza de tal modo que quiere volver una y otra vez a su peculiar mundo.

Me fascinó Halfon en “La pirueta”, me ha encantado aquí, disfruto enormemente con sus escritos y seguiré leyendo todo lo que publique porque somos hermanos en el desarraigo.

Sybilalibros

sábado, 25 de abril de 2020

PERDÓN. Ida Hegazi Hoyer


Tienes la ilusión de que el amor te funde con la persona amada, desapareciendo el yo. Es así, pero no de la manera positiva que tú esperabas; porque el amor es empecinado, no sabio ni sincero. El amor te atiza como un rayo, te fulmina. Destruye tu vida transformándola en otra cosa. Te convierte en un no muerto; no te alimentas de la sangre del otro, lo vampirizas entero, crees, sin saber que es venenoso.
 Así puedo describir esta novela sin contar la historia concreta.

 Se escribe mucho sobre la felicidad social nórdica, de los noruegos en concreto desde que descubrieron petróleo. Un sistema político protector, una geografía y un alma distantes que les facilita regular la inmigración. Son pocos en un país grande. El clima es difícil pero la prosperidad para defenderse sólida. Estuve en una ciudad noruega que era la más feliz del mundo, según un estudio. Claro, los estudios pensados para la prensa, como las estadísticas, los carga el Diablo, quien, según un estudio, es 80% malvado, 18% humorista y 2% no sabe no contesta.

 El párrafo anterior viene a cuento de que no conozco literatura más triste que la noruega. En el país de la dicha. Esta novela desoladora merece la pena por bien escrita, por la intriga noble, sin engaños, por momentos memorables. Está escrita en segunda persona, como mensaje dirigido por la amada al amado.

 La autora nació en 1981, veo en un periódico que en Oslo, según otro en las Lofoten; para mí no es indiferente. Es hija de egipcio y danesa, de ahí el exotismo leve de su nombre. Edita Nórdica, una garantía.


Luis Miguel Sotillo Castro

miércoles, 22 de abril de 2020

A TODA VELA. C.H.B. KITCHIN

Este es un relato singular, no tanto en contenido, eterno desde que Austen configurara la sociedad inglesa, pero sí en la forma en la que está escrito, porque sus referencias reclaman un extra de cultura y porque su composición en forma de monólogo interior exige del lector una atención esmerada.
Ambientada en uno de los períodos más sofisticados, divertidos y atrevidos de Europa como es la Belle Époque, lo que confiere a la narración un “charme” especial, “A toda vela” nos cuenta la historia de Lydia Clame, una “Walter Mitty austeniana” que vive en un mundo paralelo donde sus sueños amorosos se cumplen según su ideal y, para su desesperación, sus pesadillas de burguesita hipócrita también. Lydia vive con dos amigas solteras, es económicamente independiente gracias a la pensión que le legaron sus difuntos padres aunque  insuficiente para sus aspiraciones, y aparenta ser una chica moderna que no necesita a los hombres aunque, en el fondo, lo que anhela es un marido solvente y de buen nombre. El destino le gastará una broma malvada y la hará enamorarse de alguien más joven que ella, vanidoso e insolente que picotea entre señoras mayores bien situadas.

Kitchin es un autor minoritario, habitual de ese círculo mágico situado en Bloomsbury  fructífero en genios. Mundano, abiertamente homosexual, ejerció todas las profesiones y ninguna, lo que le proporcionó un bagaje social y cultural ideal para verterlo en novelas cortas (como esta) que son puro divertimento para mostrar su chispeante ingenio y erudición, aparte de la enésima prueba de la capacidad de los británicos para ironizar sobre sus más acendradas costumbres y a la par elevarlas a la canonización literaria de modo que permanezcan en el imaginario de todos los lectores que frecuentan su literatura.
Con una prosa elegantísima, un humor refinadísimo difícil de pillar si no se es habitual del género, Kitchin juega con su pluma a hacerse el interesante con frases lanzadas al azar como dados sobre el tapete complicadas de entender, mientras su puntuación se marca un charleston alocado que puede estresar al lector más templado. 
Tampoco la traducción ayuda mucho: se echan en falta más notas a pie de página, sobre todo de la cantidad de citas de las que hace alarde el autor, interesantísimas, y que ayudarían al que lo lee a extraer todo el jugo a un relato único.
Si bien me dejó un poco descolocada al principio, he de confesar que me ha gustado, por su cosmopolitismo, su “joie de vivre”, su ambientación en los locos años 20, por su distinción y originalidad, sello de Periférica. La recomiendo para quien disfrute de una vasta cultura y de una mente lectora flexible.

Sybilalibros

lunes, 20 de abril de 2020

LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO. Antonio Pigafetta


En el barco de madera sensible, humano. Incapaz de estar quieto bajas por la escalera húmeda y oscura, agarrado al pasamanos. Te encuentras frente a la puerta cerrada de la que no tienes llave. No puedes entrar en la mente de ese hombre que vivió hace quinientos años.

Hubo un tiempo en el que el mundo era inmenso y desconocido en su parte mayor; el ser humano pequeño y animoso. Un tipo creía en monstruos marinos probables, ratas y piojos ciertos; oía historias de náufragos y ahogados, relatos de enfermedad, hambre y sed en la enormidad acuática, viajes planeados para meses que duraban años. Sabía todo esto y se embarcaba. ¿Por qué?
Porque más cornadas da el hambre. Esta es una verdad anterior a las corridas de bravo y a los juegos de toros de Cnosos. Podemos adornarnos, empero, sin faltar a la verdad, con otros motivos: Fulano se embarcaba buscando la prosperidad comercial, el conocimiento, la aventura, por curiosidad. -El hombre padece de curiosidad, no necesita cantos de sirena para avanzar hacia los escollos.- Tal vez huía de la justicia o del sol de justicia que padecen los destripaterrones, los esclavos de piara. Lo cierto es que no faltaban tipos, no por olvidados menos sufridores, a las órdenes del Magallanes de turno. Mi homenaje asombrado a ellos.

El autor de este libro es Antonio Pigafetta, natural  de Vicenza, artificial de Venecia. Participó en los hechos que narra. Esto no quiere decir que sea sincero. Ningunea a Elcano, ni lo nombra. Magallanes es su héroe. Stefan Zweig, gran escritor, historiador aficionado, le da la razón. Lo cierto es que, sin la dirección de Elcano tras la muerte del portugués la vuelta a casa, completando de paso la vuelta al mundo, no habría sucedido. Se le achaca al de Guetaria no volver por la ruta más sensata, causando así más bajas; sucede que debió evitar el camino seguro para eludir a los portugueses, que querían apresarlos. La expedición era española, patrocinada por Carlos I, Portugal estaba en contra. Lo digo por las celebraciones mixtas. El objeto de la expedición era buscar un paso marítimo al sur de América hacia las Molucas, islas de las especias. Hasta entonces, no se había abajado del Río de la Plata. Completar la primera vuelta al mundo fue una gloria no buscada, alcanzada por los 18 hombres que consiguieron regresar a Andalucía “flacos como jamás hombres estuvieron”, según Elcano. Habían iniciado el
 viaje 247, aproximadamente.

Más allá de lo anterior, este es un libro de maravillas, un poco a lo Marco Polo, aunque hablamos de los años de 1519 a 1522; el escrito es de 1524. Los asombrosos indios de Brasil y el Río de la Plata, los patagones, cabo Deseado, estrecho de Magallanes, el Pacífico, las Filipinas, Molucas… nombres geográficos hoy, entonces resonantes de asombro y estupefacción. Isleños que creían los esquifes hijos de las naves grandes; nacían al botarlos y luego sus madres los recogían al costado, para darles de comer. isleños que se consideraban, hasta entonces, los únicos habitantes del mundo, imaginen su pasmo ante los navíos…

 De lo mejor del libro es la pasión de Pigafetta por las palabras. Escribe vocabularios de los indios de Brasil, los patagones, filipinos, malasios; admirados por los lingüistas modernos.

 Leo la edición en español de este “Il primo viaggio intorno al mondo” de Alianza Editorial, en formato digital. Traducción, introducción y notas de Isabel de Riquer, 2019.

Luis Miguel Sotillo Castro

domingo, 19 de abril de 2020

HISTORIA DE DOS CIUDADES. CHARLES DICKENS


 «Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, solo es aceptable la comparación en grado superlativo».

Así comienza “Historia de dos ciudades”. Para mí, el mejor inicio de una novela tras el Quijote y argumento más que suficiente para dejar de lado mi fobia a Dickens adquirida con la tierna edad de 10 años, cuando un familiar decidió regalarme Oliver Twist, pensando que era una buena novela para una niña ya que trataba de niños. Trauma de por vida.

También he de confesar que iba sobre seguro porque ya había leído una, preciosa por otra parte, adaptación al comic de ella y sabía que la historia no me iba a defraudar.

“Historia de dos ciudades” contiene todos los ingredientes para ser un novelón de los que te dejan huella: un aire trágico al estilo Conde de Montecristo, alejado del habitual siniestro en su autor; una ambientación sobrecogedora, un momento histórico álgido como es la Revolución Francesa; Londres y París, una historia bellísima de amores que sobreviven a todos los contratiempos, de traiciones, odios enconados, venganzas despiadadas, espías, un perdón magnánimo y un sacrificio como nunca se ha escrito en una novela (no os cuento nada del argumento en sí porque tendría que desvelar sorpresas y prefiero que las descubráis por vosotros mismos).
 Y sí, también es una desmitificación despiadada de la gloria de la que gozaba la Rev. Francesa desde sus inicios entre los historiadores, contraponiendo la barbarie gala a la sensatez británica, lo cual supone una rareza en la obra de Dickens, dedicada a poner en solfa a la sociedad industrial de su país.

La imparable trama que arrastra al lector de un lado al otro del Canal de la Mancha no sería tan formidable sin una galería de personajes inolvidables como ese epítome de la eficiencia flemática inglesa que es el sr. Lorry, Madame DeFarge, la araña que teje su sangrienta tela o mi favorito, Sidney Carton, el abogado entregado al ascetismo del alcohol y a la autodestrucción. Se le añaden unos secundarios que son la salsa de la narración, como es habitual en Dickens.

Los que hayan leído a este autor encontraran su prosa más viva, plena de detalles imprescindibles para el armazón del relato y consagrada a revelar los sentimientos de los personajes de manera que el lector sufre y se alegra como una ménade desatada. Si tuviera que definir esta novela diría que es puro corazón.

Si no han leído a Dickens porque, como a mí, les parece denso, morboso, obstinadamente decimonónico, les diría que por un momento aparten sus prejuicios y lean esta novela porque van a disfrutar como nunca.
Os dejo con la primera palabra clave para adentraros en esta historia: “Resucitado”.

Sybilalibros

viernes, 17 de abril de 2020

POLICÍA . Jo Nesbo

La novela negra es el nuevo libro de caballerías. Dashiell Hammett escribió La llave de cristal, Amadís de Gaula, espejo en el que supieron mirarse los mejores: Cain, MacCoy, Himes. El género ha degenerado en las últimas décadas, convirtiéndose en literatura de psicópatas sádicos y detectives invencibles; dragones con bisturís en lugar de uñas contra santos Jorges descreídos, armados de alcohol, soledad y pistola.

 Cuando comenzó la novela policial, el público se vio sacudido. No se escribía antes con la corrupción política, los bajos fondos, la violencia física y moral en primer plano. La gente creía en un mundo con injusticias, claro, pero decente en general. Tenía valores. Hoy, la indecencia de los representantes públicos, la maldad criminal en gente de cualquier condición, son cosas que se dan por sabidas. De ahí que el novelista actual se crea obligado a ir un paso más allá, para lectores que se creen desengañados y sabios. ¿Cómo? Amplificando el sadismo, la viscerología, el sexo violento explícito, la drogadicción minuciosa y demás males humanos hasta la auto parodia. ¿Cómo? Maltratando al público, ofreciéndole pistas faltas, mareándole con giros sorprendentes, poniendo a prueba la credulidad y buena fe del desocupado lector.
La novela negra es el nuevo libro de caballerías. Espero, ojalá, el Don Quijote de la Mancha correspondiente.

Policía es la décima novela con Harry Hole de protagonista. Cae en los defectos arriba dichos, con otro añadido. Nesbo deja demasiadas cosas abiertas cuando finaliza sus novelas; supongo que lo hace para que el lector desee leer la siguiente. A mí, la impresión que me queda es que no hace novelas redondas, independientes. Todo es el mismo relato interrumpido cada equis páginas, diez entregas ya. Sin embargo, voy leyendo cada una.
 La adición se debe a que escribe bien, siento simpatía y antipatía real por los personajes, sabe pintar detalles, como el del viejo que acude solo a la cancha de tenis, esperando compañero de partido que sabe no llegará; el patetismo de la soledad. Esto es mérito de Nesbo. Además, conozco Oslo; es un placer añadido haber pisado algunas de las calles nombradas, reconocer edificios de la ciudad.
 Novela entretenida, en suma, sin llegar al nivel de los clásicos del género. Ustedes mismos.

Luis Miguel Sotillo Castro

sábado, 11 de abril de 2020

LOS HERMANOS ASHKENAZI. Israel Yehoshua Singer


Israel Singer vivió entre 1893 y 1944; como otros grandes escritores heridos por el nazismo, Joseph Roth, Stefan Zweig, no alcanzó a ver la caída de Hitler. Judío polaco, usa el yiddish como lengua literaria. Este idioma es el propio de los judíos ashkenazis, de Europa central y oriental. El yiddish se basa en el alemán del siglo XIII, con influencias de la región en que estuviesen los judíos, por ejemplo eslavas; se escribe con alfabeto hebreo. Desde 1934 Israel vivió en Nueva York, a salvo de genocidas.

 Los gemelos Simja y Yánkev Ashkenazi nacen en Lódz, capital de la  industria textil polaca. Su padre Abraham llegó a Lódz cuando era un pueblo y contribuyó a su crecimiento asombroso. Polonia ha sido una víctima, durante siglos, de sus vecinos rusos y alemanes, culminando el horror con la apisonadora impía de soviéticos y nazis. Esta novela empieza casi mediado el siglo XIX. Alemanes y judíos rivalizan en la naciente industria de los telares y el comercio, bajo el despotismo del Zar, capaz de exterminar a la nobleza polaca rebelde. La novela alcanza los tiempos de la Gran Guerra y la revolución soviética. El retrato de Lenin el maquinador anticipa la tiranía que impondrá.

 Revolución industrial y lucha de clases. Hablamos de una industria crudelísima para el obrero, indiferente a su sufrimiento; este va y viene sin reposo de la fábrica a la vivienda indigna, pasando por la taberna adormecedora.  Obrero que se considera aliviado si trabaja sólo catorce horas al día. En el reposo del domingo o la inacción del Sabbat, le va la supervivencia. En este ambiente, el judío ortodoxo malvive marginado, acosado y acusado. El judío próspero e industrioso busca un reconocimiento social que, en las malas, se revela ficticio e inestable. El judío concienciado socialmente será encarcelado por el Zar, vapuleado por unos y manipulado por otros. Porque para tiranos tradicionales y revolucionarios socialistas, un judío siempre es un judío. Y lo ha de pagar.

 Yánkev Ashkenazi es hombre razonable, judío descreído pero respetuoso con sus mayores piadosos, encantador en el trato. Simja, que se hace llamar Max, es un monstruo egoísta. Será malvado con propios y extraños. Su autoestima enfermiza es peor que el odio por uno mismo. Hombre de pasiones tan poderosas como mezquinas. La relación entre los gemelos no admite, para mí, la comparación que hace la crítica con Caín y Abel; la encuentro más compleja, no arquetípica.

 Tiene la novela una colección larga de personajes bien construidos, varones y mujeres. La creación de personajes femeninos complejos y matizados, pese a su irrelevancia política, su enclaustramiento social, es un acierto entre muchos de la novela. No entraré en detalles para no eternizarme. No puede describirse un mundo en página y media; para ello, la lectura del libro.
 Lo recomiendo entusiasmado. 679 páginas en Acantilado. El glosario de palabras arameas, hebreas y del yiddish es tan oportuno como apasionante.


 Luis Miguel Sotillo Castro
  



CUENTOS MACABROS. Edgar Allan Poe


Poe es un personaje de Poe, para su desgracia. Escribe literatura a la vez vivida e imposible; no puede suceder lo que cuenta, eliminando la frontera entre vida y muerte, pero nos parece autobiografía.

 Si te has sentido raro y solo, eso está en Poe. Si has tenido miedo y el corazón desbocado, está en Poe. Si has amado hasta la insania a quien no debes, en Poe. Si te ha perdido el sentimiento de culpa,  Poe. Si te han obsesionado los deseos podridos…

Como supongo que casi todos hemos leído muchos relatos de Poe en distintas ediciones de selección variada, voy a dar el índice de este libro, por si encuentran algún título desconocido: Berenice, El gato negro, La isla del hada, El corazón delator, La caída de la casa Usher, El retrato oval, Morella, Ligeia; traducidos por Julio Cortázar. Contiene esta edición el trabajo sobre la vida y obra de Poe escrito por Baudelaire. Yo no conocía La isla del hada, ha sido una sorpresa agradable. De los demás, mis preferidos son El gato negro y El corazón delator.

 Las ilustraciones de Benjamin Lacombe, parisino nacido en 1982, son la gran atracción original del libro. En color y en blanco y negro, transmiten morbo, claustrofobia y belleza; fieles al texto, imaginativas sin alejarse de Poe, al contrario.
 Libro muy recomendable, por contenido y continente. La edición original es de 2011, leo la décima, de julio de 2019. Tiene una segunda parte, Cuentos macabros volumen II, igual de apreciable.


Luis Miguel Sotillo Castro



domingo, 5 de abril de 2020

LA AMIGA ESTUPENDA. Elena Ferrante


Reconozco que me moría de ganas de leer este primer libro de la saga  “Dos Amigas” porque era un bombardeo constante de opiniones entusiasmadas en las Redes Sociales y los Culturales de prensa se deshacían en elogios con la autora a la que rodea un halo de intriga por firmar con seudónimo. Se vendía como best-seller de calidad pero “mucho ruido y pocas nueces”.
La novela narra la historia de la extraña amistad (más bien enfermiza dependencia) entre dos niñas, Lila y Lenù, de personalidades opuestas: Lila es indómita, rebelde, cruel y manipuladora, pero también inteligente y creativa. Lenù representa la inseguridad, la falta de iniciativa, pero también la responsabilidad y la dulzura.
Asistiremos a sus desventuras en un barrio deprimido del Nápoles de postguerra, desde la infancia hasta la adolescencia, a las difíciles relaciones con sus familias  y vecinos, a sus sueños para hacerse ricas y salir de ese entorno.
Sus andanzas sirven a la autora para pintar un vívido fresco de suburbio napolitano al más puro estilo Neorrealista, donde la miseria se adhiere a los sentimientos, los caracteres se forjan en la violencia de la lava del Vesubio y el dialecto es una frontera social más poderosa que el dinero: no faltan la familia que prospera gracias a la Camorra, el rico pero mezquino usurero que explota a sus propios vecinos obreros, el que destaca de los demás por un uniforme de ujier. Todos aferrándose a la tradición para no perder su identidad.
En resumidas cuentas, un folletín napolitano de argumento trivial y narración superficial, con una pareja protagonista, eso sí, que no deja indiferente. De hecho, la pequeña y salvaje Lila echa para atrás al principio de la novela casi tanto como el opaco estilo de la autora. Ambos se irán suavizando a medida que la Ferrante descargue todo el peso de la novela en los sentimientos, de forma que la lectura se hace tan liviana que se termina en dos días.
Fácil de empatizar, sin mucha sustancia a pesar de las pretensiones de la “pluma misteriosa”, sirve para pasar el rato y, para quien conecte con el culebrón, engancharse a una tetralogía que le mantendrá entretenido un tiempo a la par que le dejará el bolsillo temblando, pues cada libro cuesta 25€ en edición de papel (menos mal que me lo regalaron).

NOTA BENE: Esta crítica afecta sólo al primer libro de la tetralogía. Ignoro si los siguientes mejoran en calidad literaria y argumental.

Sybilalibros

sábado, 4 de abril de 2020

NUESTRO HOMBRE EN LA HABANA. Graham Greene.


Para mí, la más divertida, surrealista y disparatada de las novelas del maestro Greene además toda una declaración de principios como se aprecia en boca del protagonista:
“Me importan un bledo los hombres que son leales a la gente que les paga, a las organizaciones…Ni siquiera creo que mi país signifique mucho. Hay muchos países en nuestro cuerpo ¿no? Pero sólo una persona. ¿Sería el mundo un desastre si fuéramos leales al amor y no a los países?”

Ambientada en la Cuba de 1958, a finales de la dictadura de Batista en la que militares, contrabando y espías de toda calaña campan a sus anchas, Mr. Wormold, un pusilánime, mediocre y arruinado vendedor de aspiradoras inglés que necesita un dinero extra para pagar los caprichos de su hija acepta trabajar para el MI6 como espía. Como carece de habilidades para el oficio, finge que los indescifrables planos de una aspiradora corresponden a los de una bomba atómica. Esto desencadenará un continuum de situaciones absurdas que, sin embargo, incardinadas a la peligrosa situación de la isla, acaban poniendo en severo riesgo al protagonista y a su hija. La farsa termina siendo una siniestra realidad.
Esta rocambolesca premisa sería increíble si no fuera por el contexto en el que se desarrolla la novela. No lo olvidemos: plena Guerra Fría, los soviéticos lanzan el primer Sputnik, pruebas norteamericanas de bombas atómicas en el Pacífico, la guerrilla de Fidel Castro se atreve a secuestrar al automovilista Fangio…Un clima de psicosis colectiva por guerra inminente que desata una alocada carrera nuclear en la que todos los estados quieren llegar el primero a la meta.
Y es lo que aparece reflejado en la novela, aparte de una mordaz crítica a la ineptitud del servicio secreto británico, la Cuba de Batista, la de la corrupción a gran escala, el remolino caribeño que atraía a toda la canalla del planeta donde era bien recibida. Greene había visitado Cuba en varias ocasiones (luego lo haría más veces para sus largas charlas con Fidel) y conocía de primera mano lo que se estaba cociendo.
Humor negro y sarcasmo para denunciar la paranoia de la época, mucho trasiego de alcohol (comme il faut!) y unos personajes irrepetibles: volvemos a encontrarnos aquí con los antihéroes de Greene, esos tipos oscuros y anodinos que en tiempos revueltos se ven impelidos por su propia impericia a tomar grandes decisiones. A su lado, un personaje siniestro extraordinario que brinda al lector una de las escenas más memorables de la literatura con una desquiciada partida de damas cuyas fichas son botellitas de whisky y bourbon: Segura, el capitán de la policía cubana enamorado de la hija de Wormold. Perversión en estado puro.
Muevan ficha y jueguen esta partida porque lo van a pasar muy bien, no van a querer soltar este libro cuya acción no para un segundo, deja sin respiración mientras que las frases de sus protagonistas quedarán en su memoria para siempre.
ADENDA CINÉFILA: Al año siguiente de escribir la novela, Graham Green realizó el guión para la película que dirigió Carol Reed y protagonizaron un impagable Alec Guinnes y una guapísima Maureen O’Hara, y que se rodó en Cuba recién subido al poder Fidel Castro, que se hizo fotos con todo el elenco.
Sybilalibros

viernes, 3 de abril de 2020

LA COLA DE LA SERPIENTE. LEONARDO PADURA

Cuenta Padura en la nota final que este libro nace de un trabajo sobre la comunidad china en Cuba (¿quién lo iba a decir? ¡Chinos en Cuba!) cuando trabajaba como periodista en un diario de su patria, dando lugar incluso a un documental televisivo. Le fascinaron tanto las tradiciones chinas en un lugar tan alejado física y culturalmente del imperio asiático, le conmovió tanto el sentimiento de desarraigo de esta comunidad que decidió escribir un relato de Mario Conde con el material recogido, aunque fuera de la serie propiamente dicha del policía. Más tarde, cuando el éxito de la serie estaba más que asentado (y nos tenía ganados a todos sus lectores) la editorial le propuso reelaborar el relato para incluirlo en la serie.
Así surgió esta novelita corta, sin grandes pretensiones, con un caso policíaco de poca monta. Pero lo que le falta de enjundia argumental lo suple con gracia y picardía. He llorado de risa leyendo a los chinos hablar cubano tal y como los transcribe Padura, con la manera políticamente incorrecta (¡Gracias a Dios!) en la que el Conde, en su naturalidad cubana se relaciona con ellos y he aprendido un montón de cosas curiosas sobre San Fan Con y la santería de la Isla (bendito sincretismo).
Si estáis con el ánimo decaído, sin ganas de leer como yo, os recomiendo este libro (y cualquiera de la serie del Conde).
180 paginitas que se pasan en un santiamén y consiguen evadirnos de la pesadilla apocalíptica que estamos viviendo.
Sybilalibros

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