Cuenta Padura en la nota final que este libro nace de un trabajo sobre la comunidad china en Cuba (¿quién lo iba a decir? ¡Chinos en Cuba!) cuando trabajaba como periodista en un diario de su patria, dando lugar incluso a un documental televisivo. Le fascinaron tanto las tradiciones chinas en un lugar tan alejado física y culturalmente del imperio asiático, le conmovió tanto el sentimiento de desarraigo de esta comunidad que decidió escribir un relato de Mario Conde con el material recogido, aunque fuera de la serie propiamente dicha del policía. Más tarde, cuando el éxito de la serie estaba más que asentado (y nos tenía ganados a todos sus lectores) la editorial le propuso reelaborar el relato para incluirlo en la serie.
Así surgió esta novelita corta, sin grandes pretensiones, con un caso policíaco de poca monta. Pero lo que le falta de enjundia argumental lo suple con gracia y picardía. He llorado de risa leyendo a los chinos hablar cubano tal y como los transcribe Padura, con la manera políticamente incorrecta (¡Gracias a Dios!) en la que el Conde, en su naturalidad cubana se relaciona con ellos y he aprendido un montón de cosas curiosas sobre San Fan Con y la santería de la Isla (bendito sincretismo).
Si estáis con el ánimo decaído, sin ganas de leer como yo, os recomiendo este libro (y cualquiera de la serie del Conde).
180 paginitas que se pasan en un santiamén y consiguen evadirnos de la pesadilla apocalíptica que estamos viviendo.
180 paginitas que se pasan en un santiamén y consiguen evadirnos de la pesadilla apocalíptica que estamos viviendo.
Sybilalibros
No hay comentarios:
Publicar un comentario