Fenómeno
editorial del año, premio Goncourt 2016, miles de lectores ¿Qué tiene este
libro?
Un thriller
psicológico de calidad, un tema tan cercano como con quién dejamos nuestros
hijos cuando vamos a trabajar; una escritura fresca, ágil, alejada de los
plúmbeos thrillers nórdicos; un ritmo constante, intrigante “ma non troppo”,
que te mantiene pegada a las páginas hasta el final. De hecho, me lo terminé a
las 6 de la mañana, como en los viejos tiempos, porque no podía soltarlo. ¿Duro?
Sí, pero no escabroso y sin casquería.
Pero esta novela
no es sólo el relato de un abyecto crimen infantil. Es la historia de una
obsesión devoradora, de la agonía de la soledad, del grito desesperado de ayuda
en una sociedad sorda, de la urgencia de ser alguien; en definitiva, de la
necesidad de ser desesperadamente necesitado.
El marco donde se
desarrolla es algo habitual en la sociedad occidental: pareja joven interracial
con hijos que encarna los valores pequeño-burgueses, incluidas jornadas
laborales titánicas por mor de una carrera de éxito, se ve obligada a delegar
en una desconocida el cuidado y la educación de su prole, con gran suerte para
ambas partes pues Louise resulta una cuidadora tan dedicada y amorosa que pronto
se convierte en un miembro imprescindible de la familia. Lo que nadie sospecha
es que el milagro para solución de los problemas se transformará poco a poco en una trampa.
Leila Slimani,
periodista y escritora, ejemplifica la integración y la diversidad cultural en
la Francia actual donde los hijos de las colonias han dejado atrás la fase
“pied noir” para devenir en ciudadanos franceses de pleno derecho sin abandonar sus raíces
magrebíes. Y este libro le sirve de vehículo para criticar a la sociedad
francesa progresista que al final cae en los mismos valores pequeñoburgueses
que desprecia a la par que trasluce su feminismo militante (“La maternidad es
una cuestión política” ha afirmado en alguna entrevista).
Extraordinariamente
editada por Cabaret Voltaire y traducida por Malika Embarek López, es una buena
novela aunque para mi gusto le falta profundidad, poso escritor, al menos para
el Goncourt obtenido. Creo que la academia francesa, para evitar quedar
anquilosada y seguir vendiendo, se ha subido al carro de la plaga de novela
negra que nos invade y para no desprestigiarse demasiado, ha escogido uno de
buena factura y rabiosa actualidad pero sin calado literario.
Pecata minuta
para un relato absolutamente recomendable, que te atrapa desde el minuto uno y
consigue que te identifiques con la historia sin sentirlo.
Sybilalibros@siyofueralibro