Novela con batallas espaciales, naves volando y disparando entre estrellas y planetas. Me apetecía. Es de 1977, sabor antiguo de la ciencia ficción anterior a la revolución informática de finales del siglo XX. Como en 2001 o en Alien, aquí tenemos una computadora inteligente, parlanchina, capaz de gobernar un navío estelar. El nombre que elige Anderson para este súper cerebro es Atontado, curiosa y significativamente.
Es una novela de guerra, con sus motivos comerciales ypolíticos. Humanos contra otros humanos en alianza con extraterrestres. Hay un buen muestrario de estos últimos, sin abusar. Uno de ellos recuerda al “mapache” que aparece en la peli “Guardianes de la galaxia”.
Leemos: “…ese enorme porcentaje de humanidad que, en realidad, nunca había querido ser libre. La mayoría de esta gente anhelaba la seguridad que los candidatos políticos le prometían. Una minoría más activa deseaba solidarizarse con alguna causa excitante y pensaba que todos los demás debían desear lo mismo.”
Leemos: “No podemos volver a casa y encontrar lo que dejamos atrás en nuestra juventud, quizá esté aún allí, pero nosotros no somos los mismos, ni nosotros ni el resto del cosmos.”
Algo más sobre Poul Anderson, nacido en Pensilvania. El tema del tiempo, cómo pasa y nos destruye; jugar con él, combatirlo, es muy querido para él. Lo demuestra en “La nave de un millón de años” y en “La patrulla del espacio”. De la primera diré que me gustó mucho, aunque las pocas críticas que leo sobre ella son negativas en general. Decir que la idea central de “La patrulla del tiempo” es copiada, no sé si con pago de derechos, por una serie famosa de la televisión pública española.
Leo la edición de EDAF de 1980, 313 páginas.
Luis Miguel Sotillo Castro
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