Hay libros que no pueden/ deben reseñarse si no se quiere cometer un atentado contra su identidad. "La invención de Morel" es uno de ellos.
Pero ¿cómo animar a los lectores a acercarse a él?
¿Lectura obligada? Un oxímoron que agitaría en su tumba a Bioy.
¿Imprescindible? Suena a la pertinaz lista de prensa de los autoproclamados popes de la lectura. Vade retro.
¿Alucinante? Sí, es fantástico en todas sus acepciones, pero se queda corto.
¿Cambiará tu universo lector? Sólo si eres capaz de trasformar el infinito en una isla.
Para mí ha sido una Odisea onírica, un Robinson Crusoe perseguido por la justicia que se enamora de Laura de Preminger en un acantilado, un laberinto de espejos que se burla de La dama de Shanghai, una Máquina del Tiempo que ha renunciado al amor para gobernar sobre morlocks, una Isla Misteriosa donde se juega a demiurgos... Todos los cuentos y ninguno.
Leer a Bioy es cruzar el espejo de Alicia. Espero que vayáis tras el conejo.
Sybilalibros
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