domingo, 14 de julio de 2019

LA PENSIÓN EVA. ANDREA CAMILLERI


Camilleri es un escritor extraordinario, de oficio. Con ello me refiero a que, como muchos otros, confieren al hecho de escribir un sentido de “lavoro”, con horarios parejos a los de un oficinista, un proceso continuo y diario en el que unas vacaciones consisten en abandonar a Montalbano para escribir lo que le viene en gana. Eso es lo que nos cuenta en el epílogo de este relato/novelita/pasatiempo/reflexión.

Sin salir del entorno mítico de Vigatà (cada vez estoy más convencida que Camilleri es el Homero del s.XX), traslada la acción al final de la II Guerra Mundial, justo antes del desembarco de los norteamericanos, justo cuando tres amigos, Nenè, Ciccio y Jacolino empiezan con los picores adolescentes, justo cuando se abre un burdel serio y de altura en el pueblo, justo en el momento en que todo empieza.

La pérdida de la inocencia, la iniciación al amor y al sexo (ya sea con primos, vecinos, criadas o amables prostitutas) es un subgénero visitado por casi todos los grandes autores y Camilleri no se resiste a la tentación. Tira de recuerdos mitográficos (nos asegura que no son autobiográficos) para recrear historias de meretrices preñadas de candor, amor, humor, profunda religiosidad, desamparo. Unas veces con nuestros Tres lanceros bengalíes (perdónenme la metáfora pero me posee el espíritu burlón del maestro siciliano) otras, con algunos clientes que representan a la sociedad isleña del período.

Pero no nos engañemos. Camilleri nunca abandona su vertiente crítica y al final sale a la luz de la mano de los “libertadores americanos”: bombardeos siniestros, hambre, violaciones, dispersión de familias, enrolamientos desesperados, amigos que se quedan en cunetas…La guerra, sin adjetivos.
Lo que resta al final de esta delicia es una nostálgica reflexión sobre la amistad, la vida, el tiempo que nunca volverá.

Lo he leído en el siciliano original (hay traducción al español) en el que se percibe la tremenda facilidad para narrar del autor, un don que explota sin caer ni en la frivolidad ni en el descuido literario.
Os dejo un párrafo que simboliza el sentido de este relato. Está en la lengua original, pero creo que se entiende bastante bien:

“Mangiare, viviri e ascutare la rissaca con l’amico arritrovato. Che c’era di meglio nni la vita? La guerra era passata, pareva accusì lontana che forse non c’era mai stata veramente. Vuoi vidiri che se l’erano insognata?”

Ni qué decir tiene que lo recomiendo desde el corazón.

Sybilalibros @YoLibro



jueves, 11 de julio de 2019

ÚLTIMA ISLA. Lafcadio Hearn


El libro que hoy os traigo es una de las maravillosas publicaciones que Errata Naturae nos regala en la curiosa colección Pasajes dedicada a aquellos escritores  de principios del s. XX, cosmopolitas, viajeros y viajados, que narraban sus encuentros con lo que aún quedaba de exótico en un mundo cada vez menos íntimo, en un lenguaje cuya seña de identidad era la poesía.

“Última isla” es un relato especial, a caballo entre la novela de viajes y la aventura, la nostalgia antropológica y el drama. En ella se cuenta la tragedia que sufrieron las poblaciones del Golfo de México a raíz del terrible huracán de 1856, el que levantó el mar a tal altura que engulló varias de las islas del Golfo, entre ellas Última Isla, trasformando por completo el mapa de la costa.
El comienzo del libro nos describe un paraíso de hoteles de lujo que convivían con cabañas de pescadores, barcos contrabandistas y sirvientes huidos de la justicia, con un lenguaje vivaz, embriagador como los penetrantes aromas tropicales, demorándose el autor en puestas de sol de naranjado onírico, el verde húmedo de los bayous y el constantemente cambiante mar, nunca azul.
Este vergel babilónico en lenguas y gentes se verá arrasado por la cólera divina en forma de un monstruoso maremoto. La narración de este es tan terrible y a la par tan hermosa que deja las imágenes de la película “Lo Imposible” como una pálida copia.

El día después de la furia celestial desciende el relato hacia la grandiosa pequeñez del Hombre en la figura de Feliu, un pescador español temerario que desafía al mar para salvar a una niñita que flota aferrada al cuerpo inerte de su madre. Él y su mujer la criaran como una hija a la que llaman Chita (de Conchita), título de la novela en inglés.

Desconocía por completo a este autor y me ha dejado boquiabierta cómo maneja el lenguaje, la musicalidad de sus palabras, la exquisita sensibilidad para reconstruir una historia íntima ante la potencia de las fuerzas de la naturaleza a partir de los relatos de los habitantes de la zona.

Lafcadio Hearn, nacido en Grecia pero ciudadano del mundo, es el tipo de escritor hijo del colonialismo del s. XIX, viajero, culto, curioso y amante de las culturas diferentes a la europea. Es renombrado sobre todo por sus obras dedicadas a la mitología japonesa, de la que era un profundo conocedor. De hecho, se hizo ciudadano japonés y cambió su nombre por el de Yakumo Koizumi. Su prosa elegante, inspirada y delicada para con esos detalles que suelen pasar desapercibidos es un regalo para todo lector sin prisas, de paladar educado, que ame el viento en la cara y los verdes horizontes.
Leer “Última Isla” ha sido como ponerse una caracola en el oído y escuchar a la Historia susurrándonos en la voz multilingüe del bayou.

Deseando leer sus obras dedicadas a Japón.

Sybilalibros@YoLibro



miércoles, 10 de julio de 2019

ALTA FIDELIDAD. Nick Hornby

Un tipo quiere ser feliz, ni más ni menos. Es fácil, sólo tiene que seguir un camino marcado, lógico. Debe cruzar un río, la felicidad está al otro lado. No hay puente, pero sí un camino de piedras para pasar sin mojarse. Una y otra vez, nuestro amigo, el protagonista de esta novela, resbala en la misma piedra y se empapa hasta las caderas.
Lo veo con simpatía y alguna indignación: ¡Cómo se puede ser tan bobo! Lo que me enfada de verdad es que soy como él, en algunas cosas. Es torpe, encantador a veces, patético; egoísta y desprendido al tiempo.
Empezamos con recuerdos en Londres, años setenta; adolescencia, primeros escarceos amorosos de nuestro héroe. Como varón, puedo decir que describe bien los miedos y deseos de la edad imposible, entre la niñez y la adultez. Luego nos iremos al presente, en los noventa.
Usted también disfrutará de este libro, aunque no haya sido un eterno adolescente rockpopero. Por eso es una gran novela. Muy buenos diálogos de londinenses creíbles en los años noventa, cuando el Rock ya era viejo y estos, sus devotos irredentos, peterpanes treintañeros, incapacitados para volar.
De canción a canción, entre amores y amistades, nuestro hombre bracea para no hundirse en las aguas mansas, grises, de la vida cotidiana. Los días duran mucho más que una canción de Elvis Costello, sin ninguna necesidad.
Novela totalmente recomendable, de 1995. 280 páginas musicales, divertidas, chuscas, profundas, leves; fragmentos tarareados de una vida.
Hay deliciosa película protagonizada por un impagable John Cusack que recomiendo vivamente.

Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

sábado, 6 de julio de 2019

CENSURA EN EL MUNDO ANTIGUO. Luis Gil

El libro comienza con tres prólogos de otras tantas ediciones; escritos en 1960, 1984 y 2007. En ellos habla de la triste autocensura, de cómo durante el franquismo la gente debía saber leer entre líneas. Plantea la cuestión de si se puede desarrollar una
actividad profesional honrada y rigurosa bajo una dictadura. La respuesta es sí. Más polémico es lo siguiente. Afirma que buenos profesores fueron apartados, preteridos para posibles ascensos,
durante la transición. La excusa, que habían trabajado bajo el franquismo; la verdad, que se hizo para dar cabida en las élites universitarias a gente más joven, menos preparada pero con contactos políticos.

La manipulación de la literatura es tan antigua como su creación y difusión. El señor Gil nos cuenta cómo, en busca de prestigio, ciudades que no habían participado en la guerra de Troya,
manipulan La Ilíada para incluirse en el catálogo de las naves aqueas. Desde entonces, los autores han sido perseguidos o lisonjeados, al albur de las necesidades políticas, religiosas, propagandísticas de los poderosos. Poetas, filósofos e historiadores en la mesa del príncipe o en la picota. Libros, a veces sus autores, en el lecho de Procusto. ¡Qué antigua es la quema de libros!

Leemos sobre la censura, motivos y métodos, en la Grecia de los tiranos, también en la democrática; en la Roma republicana, también en la imperial; en el bajo imperio que persigue cristianos, en el imperio romano cristiano que persigue a los paganos.
Desde Hesíodo a Justiniano. Mil doscientos años de historia apasionante, triste y gloriosa de las letras. ¿Cuánto hemos perdido, de coétaneos de Tucídides, de Virgilio, de Agustín, por la labor censora, destructiva del hombre, además de por su incuria? No lo sabemos; en este libro pensamos sobre ello, aprendemos.

Leo la edición de Alianza de 2007, 478 páginas.
Luis Miguel Sotillo Castro

jueves, 4 de julio de 2019

JUNTOS, NADA MÁS. Anna Gavalda


No se me ocurre mejor presentación para este libro que la de festín de buen rollo, con lo que ya valdría para apuntarlo rápidamente en lista interminable.

Pero es que además es una novela tierna, trágica, diferente, vital, con unos personajes tan entrañables que te los querrías llevar a tu casa para siempre.
La habilidad de Gavalda está en dejarlos a su aire, sin ponerles cortapisas, permitiendo que se tropiecen con la realidad, fracasen o se hundan; no los juzga ni censura, ni los protege. Pero sí los ama.

¿De qué va esta novela? Pues ni más ni menos de lo que expresa el título: Juntos, nada más. Es decir, de tres personas que por una apuesta del destino acaban viviendo juntos en un piso destartalado, noble pero venido muy a menos, tanto como su cuestionado propietario, Philibert.
En principio, lo único que tienen en común Franck, Camille y Philibert es el desarraigo familiar: los tres han sufrido infancias desgarradoras, han crecido sin amor en familias disfuncionales y su madurez hace aguas por todos lados. Cada uno afronta sus carencias con respuestas que los aíslan aún más de la sociedad: Philibert tartamudea compulsivamente, se comporta como un felpudo  y es incapaz de encarar la realidad.
Camille se autocastiga arrancando de sí lo único que la hace feliz y ser persona, la pintura, mientras va añadiendo capas a la coraza impenetrable que ha construido a su alrededor. En cambio el expansivo Franck combate todas sus frustraciones con una gran agresividad verbal y un mal llevado desprecio hacia las mujeres.

El catalizador de estos espíritus afligidos es el piso de Philibert, suspenso en el limbo de una herencia, donde la convivencia que se ha autoinvitado por capricho del azar irá sanando heridas y abriendo puertas. Y en este espacio que no es de nadie pero sí de todos es donde Gavalda da muestras de su genialidad en el uso de los recursos narrativos: son fantásticos los monólogos interiores de los protagonistas, sobre todo los de Franck; es deliciosa la manera de Camille de expresar sus sentimientos, a través  de esbozos y pinturas que va regalando a todos, ella, que no es dueña de nada, ni de su propia vida ni  su destino; ambientes y situaciones se construyen a base casi exclusivamente de diálogos, estando prácticamente ausentes las descripciones, algo que me encanta, aunque a algún lector tal esquematización puede que lo descoloque. Pero lo que más me gusta es el humor ingrávido que recorre toda la novela, porque podría haber caído en los tópicos de la convivencia, pero lo que hace es reconstruir a las personas desde la sonrisa tierna, incluso en los momentos más trágicos, que los hay a montones.

Finalmente, alabar la fantástica traducción del francés coloquial plagado de modismos, sobre todo en el personaje de Franck.

Hay película con Audrey Tautou que, aun siendo encantadora, recorta bastante argumento y situaciones más dolorosas, para quedarse casi en una fábula amable donde los personajes pierden consistencia.

Novela francesa, francesa, llena de sentimientos, todo un fenómeno en el país vecino. Para leer de un tirón en esa fabulosa bañera de patas de león del s. XIX de Philibert.
Recomendación con triple signo de admiración.

Sybilalibros@YoLibro

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