sábado, 11 de abril de 2020

CUENTOS MACABROS. Edgar Allan Poe


Poe es un personaje de Poe, para su desgracia. Escribe literatura a la vez vivida e imposible; no puede suceder lo que cuenta, eliminando la frontera entre vida y muerte, pero nos parece autobiografía.

 Si te has sentido raro y solo, eso está en Poe. Si has tenido miedo y el corazón desbocado, está en Poe. Si has amado hasta la insania a quien no debes, en Poe. Si te ha perdido el sentimiento de culpa,  Poe. Si te han obsesionado los deseos podridos…

Como supongo que casi todos hemos leído muchos relatos de Poe en distintas ediciones de selección variada, voy a dar el índice de este libro, por si encuentran algún título desconocido: Berenice, El gato negro, La isla del hada, El corazón delator, La caída de la casa Usher, El retrato oval, Morella, Ligeia; traducidos por Julio Cortázar. Contiene esta edición el trabajo sobre la vida y obra de Poe escrito por Baudelaire. Yo no conocía La isla del hada, ha sido una sorpresa agradable. De los demás, mis preferidos son El gato negro y El corazón delator.

 Las ilustraciones de Benjamin Lacombe, parisino nacido en 1982, son la gran atracción original del libro. En color y en blanco y negro, transmiten morbo, claustrofobia y belleza; fieles al texto, imaginativas sin alejarse de Poe, al contrario.
 Libro muy recomendable, por contenido y continente. La edición original es de 2011, leo la décima, de julio de 2019. Tiene una segunda parte, Cuentos macabros volumen II, igual de apreciable.


Luis Miguel Sotillo Castro



domingo, 5 de abril de 2020

LA AMIGA ESTUPENDA. Elena Ferrante


Reconozco que me moría de ganas de leer este primer libro de la saga  “Dos Amigas” porque era un bombardeo constante de opiniones entusiasmadas en las Redes Sociales y los Culturales de prensa se deshacían en elogios con la autora a la que rodea un halo de intriga por firmar con seudónimo. Se vendía como best-seller de calidad pero “mucho ruido y pocas nueces”.
La novela narra la historia de la extraña amistad (más bien enfermiza dependencia) entre dos niñas, Lila y Lenù, de personalidades opuestas: Lila es indómita, rebelde, cruel y manipuladora, pero también inteligente y creativa. Lenù representa la inseguridad, la falta de iniciativa, pero también la responsabilidad y la dulzura.
Asistiremos a sus desventuras en un barrio deprimido del Nápoles de postguerra, desde la infancia hasta la adolescencia, a las difíciles relaciones con sus familias  y vecinos, a sus sueños para hacerse ricas y salir de ese entorno.
Sus andanzas sirven a la autora para pintar un vívido fresco de suburbio napolitano al más puro estilo Neorrealista, donde la miseria se adhiere a los sentimientos, los caracteres se forjan en la violencia de la lava del Vesubio y el dialecto es una frontera social más poderosa que el dinero: no faltan la familia que prospera gracias a la Camorra, el rico pero mezquino usurero que explota a sus propios vecinos obreros, el que destaca de los demás por un uniforme de ujier. Todos aferrándose a la tradición para no perder su identidad.
En resumidas cuentas, un folletín napolitano de argumento trivial y narración superficial, con una pareja protagonista, eso sí, que no deja indiferente. De hecho, la pequeña y salvaje Lila echa para atrás al principio de la novela casi tanto como el opaco estilo de la autora. Ambos se irán suavizando a medida que la Ferrante descargue todo el peso de la novela en los sentimientos, de forma que la lectura se hace tan liviana que se termina en dos días.
Fácil de empatizar, sin mucha sustancia a pesar de las pretensiones de la “pluma misteriosa”, sirve para pasar el rato y, para quien conecte con el culebrón, engancharse a una tetralogía que le mantendrá entretenido un tiempo a la par que le dejará el bolsillo temblando, pues cada libro cuesta 25€ en edición de papel (menos mal que me lo regalaron).

NOTA BENE: Esta crítica afecta sólo al primer libro de la tetralogía. Ignoro si los siguientes mejoran en calidad literaria y argumental.

Sybilalibros

sábado, 4 de abril de 2020

NUESTRO HOMBRE EN LA HABANA. Graham Greene.


Para mí, la más divertida, surrealista y disparatada de las novelas del maestro Greene además toda una declaración de principios como se aprecia en boca del protagonista:
“Me importan un bledo los hombres que son leales a la gente que les paga, a las organizaciones…Ni siquiera creo que mi país signifique mucho. Hay muchos países en nuestro cuerpo ¿no? Pero sólo una persona. ¿Sería el mundo un desastre si fuéramos leales al amor y no a los países?”

Ambientada en la Cuba de 1958, a finales de la dictadura de Batista en la que militares, contrabando y espías de toda calaña campan a sus anchas, Mr. Wormold, un pusilánime, mediocre y arruinado vendedor de aspiradoras inglés que necesita un dinero extra para pagar los caprichos de su hija acepta trabajar para el MI6 como espía. Como carece de habilidades para el oficio, finge que los indescifrables planos de una aspiradora corresponden a los de una bomba atómica. Esto desencadenará un continuum de situaciones absurdas que, sin embargo, incardinadas a la peligrosa situación de la isla, acaban poniendo en severo riesgo al protagonista y a su hija. La farsa termina siendo una siniestra realidad.
Esta rocambolesca premisa sería increíble si no fuera por el contexto en el que se desarrolla la novela. No lo olvidemos: plena Guerra Fría, los soviéticos lanzan el primer Sputnik, pruebas norteamericanas de bombas atómicas en el Pacífico, la guerrilla de Fidel Castro se atreve a secuestrar al automovilista Fangio…Un clima de psicosis colectiva por guerra inminente que desata una alocada carrera nuclear en la que todos los estados quieren llegar el primero a la meta.
Y es lo que aparece reflejado en la novela, aparte de una mordaz crítica a la ineptitud del servicio secreto británico, la Cuba de Batista, la de la corrupción a gran escala, el remolino caribeño que atraía a toda la canalla del planeta donde era bien recibida. Greene había visitado Cuba en varias ocasiones (luego lo haría más veces para sus largas charlas con Fidel) y conocía de primera mano lo que se estaba cociendo.
Humor negro y sarcasmo para denunciar la paranoia de la época, mucho trasiego de alcohol (comme il faut!) y unos personajes irrepetibles: volvemos a encontrarnos aquí con los antihéroes de Greene, esos tipos oscuros y anodinos que en tiempos revueltos se ven impelidos por su propia impericia a tomar grandes decisiones. A su lado, un personaje siniestro extraordinario que brinda al lector una de las escenas más memorables de la literatura con una desquiciada partida de damas cuyas fichas son botellitas de whisky y bourbon: Segura, el capitán de la policía cubana enamorado de la hija de Wormold. Perversión en estado puro.
Muevan ficha y jueguen esta partida porque lo van a pasar muy bien, no van a querer soltar este libro cuya acción no para un segundo, deja sin respiración mientras que las frases de sus protagonistas quedarán en su memoria para siempre.
ADENDA CINÉFILA: Al año siguiente de escribir la novela, Graham Green realizó el guión para la película que dirigió Carol Reed y protagonizaron un impagable Alec Guinnes y una guapísima Maureen O’Hara, y que se rodó en Cuba recién subido al poder Fidel Castro, que se hizo fotos con todo el elenco.
Sybilalibros

viernes, 3 de abril de 2020

LA COLA DE LA SERPIENTE. LEONARDO PADURA

Cuenta Padura en la nota final que este libro nace de un trabajo sobre la comunidad china en Cuba (¿quién lo iba a decir? ¡Chinos en Cuba!) cuando trabajaba como periodista en un diario de su patria, dando lugar incluso a un documental televisivo. Le fascinaron tanto las tradiciones chinas en un lugar tan alejado física y culturalmente del imperio asiático, le conmovió tanto el sentimiento de desarraigo de esta comunidad que decidió escribir un relato de Mario Conde con el material recogido, aunque fuera de la serie propiamente dicha del policía. Más tarde, cuando el éxito de la serie estaba más que asentado (y nos tenía ganados a todos sus lectores) la editorial le propuso reelaborar el relato para incluirlo en la serie.
Así surgió esta novelita corta, sin grandes pretensiones, con un caso policíaco de poca monta. Pero lo que le falta de enjundia argumental lo suple con gracia y picardía. He llorado de risa leyendo a los chinos hablar cubano tal y como los transcribe Padura, con la manera políticamente incorrecta (¡Gracias a Dios!) en la que el Conde, en su naturalidad cubana se relaciona con ellos y he aprendido un montón de cosas curiosas sobre San Fan Con y la santería de la Isla (bendito sincretismo).
Si estáis con el ánimo decaído, sin ganas de leer como yo, os recomiendo este libro (y cualquiera de la serie del Conde).
180 paginitas que se pasan en un santiamén y consiguen evadirnos de la pesadilla apocalíptica que estamos viviendo.
Sybilalibros

lunes, 30 de marzo de 2020

BROOKLYN FOLLIES. Paul Auster.


No me da vergüenza confesarlo: le tenía una fobia desmedida al señor Auster.
En parte por ser un autor tan mediático, en parte por ese aura de profeta de la “gauche divine” que dicen los franceses, de autoridad moral en el compromiso social norteamericano.

Pero como para opinar con fundamento hay que probar, dejé a un lado mis recelos y me decanté por esta joyita que me aseguraron amena y de fácil lectura, bastante alejada de sus tótems como Trilogía de Nueva York.

He de decir que me ha sorprendido y encantado su capacidad para construir personajes estrambóticos (muy neoyorkinos), antihéroes y perdedores con más empaque que John Wayne; su habilidad para convertir lo estrafalario en rutinario, lo anecdótico en cotidiano. Y sobre todo, lo que más me ha gustado es su facilidad para la fabulación. Con ello me refiero a la destreza para encadenar una historia con otra, como si se trataran de matrioskas rusas, de forma que cada personaje que aparece en escena aporta tal bagaje que desestabiliza y enreda el hilo argumental, lo cual es fascinante y entretenidísimo para todo lector que ame que le cuenten cuentos (y yo me encuentro entre ellos).

Sólo le encuentro un pero y es el remate de las distintas historias. Lo que iba camino de ser una novela crítica, de escépticos supervivientes que sueñan con el “Hotel Existencia” (¡qué hallazgo literario!) vira hacia un romanticismo políticamente correcto, hacia el positivismo de la tragedia, privándola así del regusto ácido que la hubiera situado en otro nivel.

Aun así, no dejen de sumergirse en la escritura-río de Auster, donde la acción fluye como un torrente, con meandros vivaces de conversaciones que tocan todos los palos, desde la literatura hasta la política, pasando por el desamor, en una estupenda traducción (algo que se agradece y revaloriza la narración).
Auster escribe con entusiasmo compulsivo y ello se contagia al lector, convirtiendo la lectura en un momento de placer.

Absolutamente recomendable. Me uno desde ya al club de admiradores de este autor.

Sybilalibros

Destacado

El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani

 " Yo, igual que ella, carecía de ese gusto instintivo que caracteriza a la gente corriente [...] más que el presente, contaba el pasad...