martes, 24 de septiembre de 2019

MEMORIAS DE UN PRISIONERO DE GUERRA .Diario de Fernando Blanco White


Napoleón es superior a los borbones españoles política y militarmente. Moralmente, los tres, Carlos IV, Fernando VII y Napoleón son igualmente indignos y dañinos.
En 1808 el pueblo español, descabezado, se rebela contra la invasión francesa. Mientras Carlos IV y Fernando VII compiten en vileza y bajeza ante el destructor corso, la gente se rebela en León, Burgos, Madrid… La Guerra de la Independencia comienza; acabará en 1814, con la marcha de José Bonaparte.

 El sevillano Fernando Blanco White, hermano del más famoso José María, se apunta voluntario contra el francés. Nombrado teniente, será capturado en Somosierra, su primera y última batalla. Permanecerá preso seis años en Chalons-sur-Saône, en la Francia oriental, cerca de Suiza.

 En este diario, escrito en Inglaterra y en inglés, el año 1815,  siguiente a los hechos narrados,  nos cuenta su fuga. Entre el seis de enero y el 23 de marzo de 1814 recorre el camino entre el cautiverio y Londres. Huye de Francia, recorre Suiza, Alemania y Holanda, donde se embarca hacia la capital inglesa, en la que le acogerá su hermano José María.
 Son impagables estas aventuras de lo cotidiano cuando la normalidad ha sido destruida. ¿Dónde comer, dormir? ¿Cómo trasladarse, entenderse, combatir el frío? No sin humor, Fernando nos da sus impresiones sobre paisajes, ciudades, aldeas, tipos que conoce en su caminar por la Europa de la montaña suiza, del Rin, de los canales holandeses. La pequeña historia ayuda a comprender la Historia.

 M.ª Carmen Castro Rodríguez no sólo traduce el diario; lo ordena por capítulos y escribe notas a pie de página pertinentes. También nos ofrece una introducción que hace el texto inteligible para todos. Los mapas de Marina Muñoz Castro ayudan a que el lector acompañe a Fernando sin perderse.
 Editado por Alfar, Sevilla, 2019. 235 páginas llenas de amenidades y curiosidades; sobre una época que nos marca a los españoles hasta hoy.

Luis Miguel Sotillo Castro

ADIÓS, HEMINGWAY. Leonardo Padura


He bebido daiquiris en el Floridita, esquivando cubanos que venden puros en la puerta, con pesadez educada. He tomado ron clandestino a dólar el frasco, en el malecón donde anochece repentinamente, con un cubano veterano de Angola. Prefiero esto último. Leer a Padura es volver a Cuba.

Quinta novela con Mario Conde como protagonista. Ya no es policía en La Habana, pero a petición de un ex compañero investiga un nuevo caso, extraoficialmente. Ha aparecido un cadáver, lleva cuarenta años enterrado, en la finca que fue de Hemingway. Las implicaciones y consecuencias pueden ser tremendas, ¿es posible que Ernesto Hemingway, apodado papa, fuese un asesino?
 El autor comenta en la introducción su relación de amor odio con el autor de El viejo y el mar. Utiliza la novela para indagar en la vida y obra del estadounidense, también en el oficio de escribir; sin convertirla por ello en un ensayo que pudiera aburrirnos, con presuntas densidades o profundidades.  La trama es interesante; con los rasgos de humor y amor, los personajes habituales, incluida la ciudad herida, su mar como un muro. La Habana de Hemingway en 1958 influyendo en la de Conde a finales del siglo XX; este registrando lo que Ernesto tuvo y fue cuarenta años atrás.

 Recomiendo todas las novelas de la serie que he leído, bien editadas, baratas, por Tusquets. Son, por orden de aparición: Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño y esta que comento.

Luis Miguel Sotillo Castro

domingo, 15 de septiembre de 2019

LA CENA DE LOS INFIELES. Beryl Bainbridge.


Chocante. Es la única palabra que se me ocurre para definir este extraño engendro, porque tampoco lo calificaría de novela. ¿Teatro novelado? ¿Película en prosa?

Partiendo de una premisa tan surrealista como una cena formal de parejas organizada por la amante de uno de ellos, con ese anhelado deseo de toda querida que se precie de ser visible, de mostrarse como la verdadera compañera en lugar de la legítima ante los amigos de él, Bainbridge escenifica una farsa cáustica sobre la infidelidad y la hipocresía de la burguesía británica, plagada de situaciones absurdas y conversaciones ridículas.
Pero lo que empieza como una ácida comedia se convierte en rocambolesca tragedia por un giro inesperado en la sinuosa noche, dando lugar a un final tan extravagante como la propia obra.

Tenía mucha curiosidad por leer a esta autora, grandes expectativas por las excelentes críticas y el lugar de honor del que gozaba en las letras británicas hasta el punto de conseguir el título de “Dame”, pero me ha dejado un sabor agridulce. Quizás porque lo que es catalogado como humor negro, para mí ha rayado en lo escabroso en determinadas situaciones. No soy tan sádica.

Es Bainbridge despiadada con sus personajes, maquiavélica, genial en la invención y manejo de situaciones descabelladas. Busca el humor en el antagonismo de personalidades: la acostumbrada flema de la clase media-alta frente a la insensatez de los suburbios. Y tiene un punto de absurdo perverso inspirado (estoy convencida) en Muriel Spark, la otra reina británica del humor siniestro y personajes irracionales.

Obra desconcertante, retorcida, ilógica, tremenda, magnífica, desagradable e incómoda, en la que no cesan las sorpresas: cada movimiento de los congregados en esa casa de las afueras de Londres es imprevisible. Extraordinaria en el sentido más literal.
Les diría que prueben, lean y opinen. Es una “rara avis”, no deja indiferente y seguro que tendrán una suculenta discusión “afternight”.

Sybilalibros@YoLibro




NO MIRES AHORA Y OTROS RELATOS. DAPHNE DU MAURIER


Comienzo cada libro con expectación incorregible; unos pocos, sabiendo que la felicidad lectora está asegurada. Es el caso de Du Maurier. Recomiendo sus novelas La posada de Jamaica, Rebeca, Mi prima Raquel. En ellas, la maldad y la realidad son movedizas; la tranquilidad y las certezas, una ilusión. Esta inquietud, productora de curiosidad y gozo intelectual, también está en sus relatos.
 Este libro contiene cinco, rondando cada uno las 45 o 50 páginas.

 “No mires ahora”. Probable cuento de fantasmas. ¡Cuánta literatura, de viajes y de ficción ha generado Venecia!  Allá donde viajamos, encontramos lo que somos. Un matrimonio busca ahogar su desgracia  en la laguna veneciana, las islas y la ciudad que fueron de los Dogos. Tras el lujo y el brillo palacial, el Sol jugando feliz en las aguas del Gran canal, encontrarán los oscuros puentecillos sobre canales estrechos de agua negra.

 “El manzano” Ya fue reseñado en el cometario al volumen “Los pájaros”, que también lo contiene.

 “No después de medianoche”. Desastre en un entorno idílico, Creta. Como en el caso del cuento veneciano, el contraste entre ambiente exterior edénico  e infierno interno del protagonista te agarra.

“El estanque”. No se puede describir mejor, poesía dura, la llegada a la adolescencia desde la infancia, el abandono inexorable de esta.

 “Las lentes azules”. Aunque sorprendente, quizás el relato más flojo. Sólo es muy bueno.

 Edición de La biblioteca de Carfax; leo la primera, febrero de 2018. Estupenda, muy apropiada la portada. 247 páginas.

Luis Miguel Sotillo Castro

miércoles, 11 de septiembre de 2019

ZAZIE EN EL METRO. Raymond Queneau


Pocas cosas hay más francesas que la baguette, los quesos y el costumbrismo debarrio parisino. Y Zazie.

Zazie es el epítome del fresco descaro parisiense: desvergonzada, precoz y procaz, más testaruda que una mula, capaz de acabar con la paciencia del santo Job, de cambiar el horario a Kant y de hacer negar a Dios tres veces al Papa de Roma.

Ejemplo vivo del incordio infantil, sus preguntas impertinentes y sus impetuosas ocurrencias arrastran al bueno de su tío Gabriel y al resto de los personajes que osan cruzarse en su decidido camino de viajar en metro a toda costa a pesar de la huelga a un fin de semana delirante.

Escrita por Raymond Queneau en 1959, Zazie es un juego (pero serio, como todos los juegos) de Patafísica, esa “ciencia”  cuya norma es precisamente no seguir las normas  y que en literatura se plasmó en nuevas estructuras y en retorcer el lenguaje con el fin de epatar al lector. La Patafísica nació del Surrealismo y contó con miembros tan ilustres como Boris Vian, Joan Miró, Jean Genet y hasta el mismísimo Umberto Eco. Y la pequeña Zazie es la alumna aventajada del Colegio por no seguir las normas ni las convenciones sociales.

La gracia del relato reside en el uso del argot parisién de barrio, los juegos de palabras enrevesados, los experimentos lingüísticos y una estructura aparentemente caótica pero que una vez terminado resulta circular. Y en los disparatados personajes, obviamente.

Estas características hacen casi intraducible la obra (desde ya recomiendo su lectura en francés con un buen diccionario coloquial si se domina esa lengua) sin perder identidad, pero la traducción que hizo Sánchez Dragó para la edición de Marbot, que es la que ha leído esta reseñadora, es, sorprendentemente, fresca y bastante atinada, con inestimables notas aclaratorias a los diálogos más intrincados, lo cual se agradece y se elogia.

En Zazie nada es lo que parece: ni su tío es sereno, ni el gendarme es policía, ni el guía turístico sabe algo de París, ni la viuda  es tan alegre, ni el tabernero es tan cínico…Lo único real es la carga de profundidad que se lanza desde la apabullante y destructiva lógica infantil a la línea de flotación del mundo de las apariencias de los adultos.

¡No dejéis de leerla! Es un soplo de aire fresco, un divertimento con grandes posos de sabiduría y humanidad, un jolgorio para el lenguaje y el recorrido turístico por París más estrafalario que podréis hacer nunca.

Louis Malle hizo una adaptación al cine con el bueno e impagable Philippe Noiret como tío Gabriel. Pero yo prefiero el libro.

“Amusez-vous bien”

Sybilalibros@YoLibro

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