martes, 24 de septiembre de 2019

ADIÓS, HEMINGWAY. Leonardo Padura


He bebido daiquiris en el Floridita, esquivando cubanos que venden puros en la puerta, con pesadez educada. He tomado ron clandestino a dólar el frasco, en el malecón donde anochece repentinamente, con un cubano veterano de Angola. Prefiero esto último. Leer a Padura es volver a Cuba.

Quinta novela con Mario Conde como protagonista. Ya no es policía en La Habana, pero a petición de un ex compañero investiga un nuevo caso, extraoficialmente. Ha aparecido un cadáver, lleva cuarenta años enterrado, en la finca que fue de Hemingway. Las implicaciones y consecuencias pueden ser tremendas, ¿es posible que Ernesto Hemingway, apodado papa, fuese un asesino?
 El autor comenta en la introducción su relación de amor odio con el autor de El viejo y el mar. Utiliza la novela para indagar en la vida y obra del estadounidense, también en el oficio de escribir; sin convertirla por ello en un ensayo que pudiera aburrirnos, con presuntas densidades o profundidades.  La trama es interesante; con los rasgos de humor y amor, los personajes habituales, incluida la ciudad herida, su mar como un muro. La Habana de Hemingway en 1958 influyendo en la de Conde a finales del siglo XX; este registrando lo que Ernesto tuvo y fue cuarenta años atrás.

 Recomiendo todas las novelas de la serie que he leído, bien editadas, baratas, por Tusquets. Son, por orden de aparición: Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño y esta que comento.

Luis Miguel Sotillo Castro

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Destacado

El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani

 " Yo, igual que ella, carecía de ese gusto instintivo que caracteriza a la gente corriente [...] más que el presente, contaba el pasad...