jueves, 16 de mayo de 2019

LAS HIJAS DE ZALMAN. Anouk Markovits


Confieso que soy una fanática de la religión, costumbres e historia judía. Me fascina su literatura, sobre todo sus cuentos y el humor que destilan. Y me encanta descubrir cosas sobre los grupos más cerrados.
Este libro, entre testimonio y autobiografía novelada, nos abre la puerta a una de las comunidades más desconocidas y ortodoxas del judaísmo: la jasídica. 

Sin fantasías, sin críticas, sin rencor; desde el respeto, el amor y la veracidad. La autora, que se crió en un grupo jasídico francés del que huyó ante un matrimonio impuesto, nos narra la historia de dos hermanas cuya familia sufre la persecución nazi en Rumanía y cómo el exilio en Francia altera la percepción de sus tradiciones y las lleva por rumbos diferentes.

Hermosa, muy emotiva, bien escrita y documentada, rica en detalles no sólo de la encorsetada liturgia judía sino también de relaciones humanas que de ella se desprenden.
Se lee en un día porque es cortita y te engancha con rapidez. 

La recomiendo no sólo para los curiosos/ amantes de este pueblo, sino para cualquiera que tenga inquietudes culturales y quiera tener otra perspectiva tanto de la persecución nazi a los judíos como de lo que supone vivir hoy en día en una comunidad ultraortodoxa.

Sybilalibros@YoLibro


martes, 14 de mayo de 2019

LA SIRENA NEGRA. Emilia Pardo Bazán

La fama que doña Emilia, La Coruña, 1851-1921, ha tenido durante décadas ha sido pobre; fama de alas atadas, metida en un cajón con aire rancio, páginas inmóviles. Menos por mujer que por señora anticuada, conservadora y condesa -¡el colmo!- ha sido poco leída; atrapada por la etiqueta Naturalismo, esa cosa que suena a convencional y antigua, sólo perdonada a Zola, que como francés goza de buena propaganda. Por suerte, hoy se la lee más, reconocida como feminista, capaz de escribir correspondencia picarona. ¿Frivolidad? Evidentemente, la consideración de las figuras literarias es tan social y política como de buenas o malas letras.

Novela “La sirena negra” del Madrid de 1908, con excursión al mar gallego. Bien escrita, se lee con agilidad mientras se disfruta el vocabulario rico. Tiene un protagonista curioso, quizá psicótico; obsesionado y morboso, seguro. Mientras sus andanzas y la sociedad madrileña son tratadas con ironía, todo va bien. Se estropea al final, cuando doña Emilia se pone tremenda y didáctica. Lo que venía como sátira de usos y costumbres llega a lección moralista. Es como si la autora hubiese empezado la escritura como diversión y la acabase con la seriedad extrema del abatimiento, por algún motivo que desconocemos.

La recomiendo sólo después de “Los pazos de Ulloa”, “La madre naturaleza”, “Insolación”, “La tribuna”, “Un viaje de novios”; también sus cuentos, principalmente los de ambiente gallego.

Leo una edición electrónica. Los que gusten de este medio, pueden leer todo lo citado gratis en ebook, correctamente editado. 

Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

lunes, 13 de mayo de 2019

TRES NOCHES. Austin Wright


Bienvenidos a un ensayo literario revestido con ropajes de thriller psicológico o cómo un autor puede vampirizar a un lector a través de la escritura.

Edward y Susan se conocen desde la infancia pero no congenian. Llegada la universidad, se reencuentran y se redescubren sexualmente; se casan y se divorcian pronto, aparentemente porque Edward abandona estudios y trabajo para ser escritor, aunque está tan bloqueado que apenas emborrona lamentos autobiográficos.
15 años después, Susan, nueva y felizmente casada, madre de tres hijos, recibe el manuscrito de una novela de Edward, “Animales Nocturnos”. Durante tres noches en las que su marido está ausente, se entrega con voracidad adúltera a la lectura del relato escalofriante sobre el mal encuentro en un viaje nocturno por carretera del pacífico y medroso profesor de matemáticas Tony Hastings y familia. Mientras lee, la crítica Susan acecha al estilo literario de Edward en busca de antiguas limitaciones a la par que se siente asaltada por constantes alusiones a la breve convivencia con Edward que la empujan a cuestionarse el pasado y su vida actual.

 “Tres noches” es un ejercicio de metaliteratura, alabado por autores de la talla de Saul Bellow o McEwan, en el que el terror psicológico es una lupa bajo la que analizar el matrimonio, los celos, la venganza o el fracaso vital amén de una reflexión sobre la extraña conexión entre escritor y lector.

Sin embargo, debo confesar que me ha costado conectar con los protagonistas, Tony y Susan (que así es como se llama la novela en inglés, en un juego retorcido que pone en el mismo plano real al personaje de ficción y a la lectora). Sus personalidades carentes de atractivos, sus mediocres existencias en el ya trillado “american way of live” no han ayudado. Menos mal que en el último tercio del libro despiertan del letargo y hacen que la lectura de este libro haya merecido la pena.

Siendo una buena novela, con un inicio potente y violento y un desarrollo apagado como el ánimo del protagonista, creo que es la última parte, en la que un agobiante final, auténtico “tour de force” narrativo, construido casi exclusivamente a base de diálogos, desconcertantes y absurdos a veces que por momentos me recordaban al encierro de “Cayo Largo”, la que la hace interesante.

A pesar de mi falta de conexión y emoción (quizás no era el momento de su lectura), la recomiendo vivamente por el buen hacer literario y por el relato de un suplicio por el que cualquiera es susceptible de pasar.

Sybila @YoLibro


miércoles, 8 de mayo de 2019

LIBRO DE BUEN AMOR. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita.

Juan Ruiz, de Alcalá de Henares, vive entre 1283 y 1350. Un arcipreste es un sacerdote que tiene a su cargo varias parroquias por delegación del obispo. Nos lo imaginamos, en el siglo XIV, con un buen pasar, sin los apuros que sufría a menudo el clero bajo.
Hita es un municipio de La Alcarria, nunca muy poblado, pero de situación estratégica durante la Reconquista. Se apodera de él Alfonso VI en 1085, el año de la recuperación de Toledo. Para entender el entorno de Buen Amor y sus influencias, sabemos que en el siglo XIV Hita tenía barrios judíos y moros y que producía vino en abundancia.
Escrito en torno a 1340, reinando Alfonso XI, es un texto clave de nuestro idioma. Si en Mío Cid la lengua tiene la belleza espontánea de la niñez, en Buen amor tiene algo de adolescente desgarbado, mas entrañable y llena de promesas; caminando hacia la plenitud de Jorge Manrique.

Como gran clásico de la literatura que es, Libro de Buen Amor –nombre recomendado por Menéndez Pidal en 1898, pues los manuscritos conservados de la obra de Juan Ruiz carecen de título- nos da lecciones. Una, que en la Edad Media se escribía con humor, sátira, crítica, lo que contradice el tópico oscurantista. Otra, que la verdadera seguridad en uno mismo lleva a la modestia. El arcipreste cree poder, nada menos: “Dar leçión e muestra de metrificar e rrimar e de trobar”, mas al final del libro da permiso para que cualquiera amplíe o corrija su texto, con la sola condición de que lo haga bien. Eterna lección de humildad para los junta palabras.
La Celestina y don Quijote asoman en estos versos, como fantasmas que serán realidad gozosa en el futuro.
Compré barata esta edición de 1977. Tengo el número 720 de la tirada de 2000. Son tres volúmenes. El primero con un estudio sobre la época de Manuel Criado Val e ilustraciones de Eduardo Vicente, hombre este cuya biografía marcada por la guerra conviene leer. El segundo con el poema, ilustrado con iluminaciones hermosas del libro de la montería, del siglo XIV. El tercero un facsímil del códice de Toledo; una edición fotografiada, mejor dicho, del manuscrito de finales del XIV. 

Termino este comentario, porque, copiando a Juan Ruiz:
Quiero abreviar la predicación,
Que siempre me pagué de pequeño sermón.

Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

lunes, 6 de mayo de 2019

MÁSCARAS. Leonardo Padura

Policial, el tercero tras "Pasado perfecto” y “Vientos de Cuaresma”, con el detective Mario Conde; habanero de 1955, como el autor. Es un policía típico del género: bebedor, con problemas amorosos, tiene relaciones tensas con la superioridad, comprende y se deprime con el mundo que lo rodea, compadece a algunos delincuentes siendo implacable con otros, básicamente honrado. ¿Dónde está la originalidad que hace atractivo al libro? En el lenguaje y el entorno. El español de Cuba es muy rico, refrescante para el lector peninsular. La acción transcurre en La Habana del 89, el año del derrumbe soviético.
No leemos discursos contra el régimen, pero vemos cómo es. Una Habana hermosa en descomposición moral y arquitectónica, los privilegios de los buenos servidores del partido único, la busca generalizada para ganar el sustento, la vida culpable, oculta y denigrada de los homosexuales. Cómo se las apañan los defensores, o al menos disculpadores españoles del castrismo, para a la vez declararse defensores de los gays es algo para comentar en otro sitio, pero que llama la atención al leer esta novela.

Para mí, que estuve en La Habana, es un aliciente añadido conocer algo del callejero citado. El Malecón, las calles que desembocan en él como ríos lentos y sofocantes, el cementerio de Colón, etc.
Novela corta, 233 páginas, amena, recomendable. Edita bien y barato Tusquets. Escrita en 1995, leo la 9ª edición de febrero de 2017.

Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

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