jueves, 1 de julio de 2021

CASTIGO. Ferdinand von Schirach

 Paseo en Berlín, por la agradable, ancha,  Avenida de los tilos. Un tipo en patinete, circulando fuera del carril que le corresponde, atropella a una señora. Un español que vive allí me asegura que al sujeto se le va a caer el pelo. En Alemania la ley es rigurosa y se aplica. Esa creencia, supersticiosa, en la eficacia alemana. Alemania se recuperó de la Segunda Guerra Mundial por las ingentes ayudas que recibió. Ni terminó de pagar su deuda por provocar la Gran guerra, ni fue penalizada por empezar la segunda.  Creo que los vagos y los subvencionados somos los europeos del sur.

 Este libro, como el excelente Crímenes, del mismo autor, nos cuenta que en todos lados cuecen habas, o codillo germano. Nos habla de la administración de justicia alemana. En principio, esta es razonable, pero el hombre, en Múnich y en Puerto Hurraco, es indomable en su egoísmo, tan a menudo criminal.

En Alemania te pueden nombrar escabino por cinco años. Significa que te pueden llamar a participar en juicios penales como “juez” asesor. Me parece una locura, como la institución del jurado. Cosas que se hacen para dar la impresión de una Justicia del pueblo, democrática. En el primero de estos relatos vemos lo funesta que puede ser esta idea, bienintencionada, claro.

 Tenemos doce relatos, basados en la experiencia del autor, muniqués de 1964, abogado penalista. El atractivo de su escritura radica, más que en el conocimiento del sistema judicial, en su capacidad de profundizar en los motivos de nuestros actos. A menudo, mejor que la anécdota criminal que leemos, es la biografía íntima que von Schirach es capaz de ofrecernos de varones y mujeres obstinados, desamparados, en lucha consigo y la sociedad.

Edición correcta de Salamandra de 2019, de un año antes es el original en alemán. 167 páginas de grano sin paja.

 

Luis Miguel Sotillo Castro.

 

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