Hablan dos tipos paseando por Madrid. Pregunta uno: ¿Crees que tendremos una guerra? Responde el otro: No hombre, no; la cosa está mal, pero, ¿una guerra? ¡Estamos en pleno siglo XX!
La acción transcurre en julio de 1936. La
novela es Las buenas intenciones (1954), de Max Aub. También me gusta mucho su
La calle de Valverde (1961). Sé que su obra más prestigiosa es la serie de seis
novelas llamada El Laberinto Mágico; no la he leído, sí me interesa.
Para
situarlo políticamente, porque la anécdota es importante además, diré que para
la Exposición Internacional de 1937, como agregado cultural en la embajada
española republicana en París, Aub encargó a Picasso una obra; sería el
Guernica.
Leer
de un tirón estos relatos mínimos no es aconsejable. Se cansa uno de la
repetición. Debemos descansar de todo, también del ingenio.
Más
que estas greguerías siniestras, me gusta el trabajo de Pedro Tejada Tello. No
deja aspecto de la vida y obra de Aub sin tratar. De hecho, de las 453 páginas
del libro, sólo 165 son los crímenes ejemplares, el resto es un estudio
imprescindible para los seguidores de Max Aub.
El
libro es precioso, por el tipo de letra, la numeración en rojo y las
ilustraciones de Pedro Arjona. Edita Reino de Cordelia, en 2020.
Termino
este comentario ya, porque no hay que
ser pesado:
“Lo
maté porque me propuso un ciclo de conferencias en Madrid. Lo enterré en el
jardín”.
Luis
Miguel Sotillo Castro.
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