“¿Por qué escribimos? Porque no podemos limitarnos a vivir.”
“Trepo por el lateral de un volcán tallado en el hielo, con el calor que emana del pozo de devoción que es el corazón femenino.”
1977, tenemos 16 y 15 años. Mi amigo trae una cinta de casete –Mira qué tía más molona. Es Patti en blanco y negro, chaqueta al hombro, en la portada de “Horses”, fotografiada por Robert Mapplethorpe. Empieza el álbum con “Gloria”: “Jesus died forsomebody’s sins but not mine”… Mi amigo morirá a los treinta, de la droga. Como tantos. Incitados a consumir por los popes progres del rock, la prensa, la literatura, la política. “El que no esté colocado que se coloque”. Pocos mea culpa he visto.
Patti publica este libro en 2017, con 70 años. Antes leí el estupendo “M Train”. Aquí vuelve a viajar, a Francia e Inglaterra esta vez; siempre con su cámara fotográfica, su mirada atenta, su relación comprensiva, devota, con la vida y sus pequeñeces esenciales. Toma infusiones, come poco, indaga mucho; sobre los horrores cometidos por Stalin en Estonia, Albert Camus, Simone Weil o una joven patinadora sobre hielo vista en televisión. La curiosidad bien aprovechada.
Las 56 páginas centrales del libro contienen el relato “Devoción”. En las anteriores y posteriores, reflexiona sobre el proceso de la escritura. Una maga que se sincera desvelando sus trucos. 119 páginas en total, sin índice, lamentablemente. Libro ilustrado con fotos pertinentes, la mayoría de la propia Patti. Editorial Lumen, primera edición, mayo de 2018.
Luis Miguel Sotillo Castro
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