Tomad asiento en un pequeño velador parisino, pedid un café y acompañadlo con este exquisito y dulce bocado de apenas cincuenta y nueve páginas con el que nos deleita, una vez más, Periférica.
lunes, 8 de marzo de 2021
EL LIBRERO DE PARÍS Y LA PRINCESA RUSA. Mary Ann Clark Bremer
jueves, 4 de marzo de 2021
FALCONER. John Cheever
Es un Edmundo Dantés de
chupa y esquina; un Abate Faria travestido de Arzobispo.
Es brutal como un cielo finito
tras una reja oxidada y tierna como una mirada hurtada a un carcelero.
Es la libertad en prisión
y la celda en tu hogar.
Es el amor verdadero, ese
que sólo se alcanza al tomar el hábito
de rayas y el estigma de un número en el pecho.
Es el Ave Fénix,
escribiendo otra resurrección con su pluma encendida mientras la sumerge en el
tintero de la confusión.
Falconer es Cheever,
poeta del cainismo de suburbios, y Cheever es Falconer en busca de la redención
a través de la escritura.
Qué difícil es expresar
la ascesis de un alma torturada con un lenguaje tan auténtico, natural, limpio
de metáforas oscuras. Cómo, con la frase precisa y el tono ausente de
grandilocuencias, nos seduce para enrolarnos en el bando de los perdedores.
Y en 240 páginas. Genios
de esta categoría, pocos.
Mi recomendación es ¡LEAN
A CHEEVER! Cualquiera de sus obras, y será la decisión literaria más
inteligente que hayan tomado en sus vidas lectoras.
ADENDA: No se pierdan el
excelente epílogo de Rodrigo Fresán, llave maestra para acceder al universo
Cheever.
Sybilalibros@YoLibro
miércoles, 3 de marzo de 2021
TODOS NUESTROS AYERES. Natalia Ginzburg
“Todos
nuestros ayeres”
(bello título) nos cuenta la historia de dos familias en una ciudad del Norte
de Italia antes y después de la guerra: una rica y la otra medioburguesa. El modo
de vida despreocupado prefascista, salpicado de absurdos problemas y discusiones
banales, donde los coqueteos amorosos conducían a peligrosos flirteos
políticos, convulsiona con el estallido de la II GM. Las muertes de miembros de
ambas familias arrastran a los supervivientes a un vacío de sueños rotos cuando
no a un exilio más abrumador que la nada, extrayendo de cada uno su verdadero
ser, o quizás el loco que llevaba dentro y no lo sabía.
Ginzburg ofrece una visión de la 2 GM en Italia
distinta, una vez pasado el primer momento de ira de “Y eso fue lo que pasó”,
su novela de 1947, al borde mismo del fusil. Aquí nos habla desde la distancia
de un pueblucho de los Abruzos, desde la clandestinidad, desde la cooperación
fascista, desde la soberbia de los ricos, desde la ingenua revolución de los
pobres, desde la cotidianidad de la pastilla de jabón hasta el novio tras la
reja, desde un inconcebible humor en la miseria. Pero siempre como ella
escribe, sin juicios de valor, dejando a sus personajes a su albedrío, con
elegancia, con sabiduría ancestral.
La biografía
de Ginzburg está siempre en el trasfondo de sus novelas: librepensadora, hija
de intelectuales antifascistas, casada con Leone Ginzburg, cofundador de la prestigiosa
editorial Einaudi, sufrirá la persecución de Mussolini por ser judíos y contrarios
al Duce. Empujados con sus hijos a un destierro siempre alerta en esa estepa
siberiana italiana que son los Abruzos, el hostigamiento acabará con la prisión
y tortura hasta la muerte del marido en la tristemente famosa cárcel de Regina
Coeli.
Mientras lees “Todos
nuestros ayeres” percibes entre líneas el desarraigo, el miedo a ser diferente,
la desolación y, sobre todo, una tristeza muy íntima que Ginzburg traslada a sus
personajes, sus seres queridos.
De todas las obras
que le he leído es la que más me ha gustado. Sigo sintiendo esa afinidad
confortable cuando la leo que me hace sentir en casa.
Os animo a acercaros
a su obra; Lumen la tiene muy bien editada. Si conectáis con ella, tendréis una
amiga para toda la vida.
Sybilalibros
jueves, 25 de febrero de 2021
EL SENTIDO DE UN FINAL. Julian Barnes
A Barnes le gusta deconstruir recuerdos para construir historias, esparcir las cenizas de información para que el lector reviva, cual Dr. Frankestein, el alma que subyace escondida en el dolor latente. Y por eso me fascina cada libro suyo que leo.
Hay quien tacha “El sentido de un final” de sinsentido, de
poca enjundia, de divertimento menor. Pero a mí me ha parecido todo lo
contrario, una joya en miniatura.
Narrada en primera persona por Tony Webster, un inglés
apaciblemente acomodado en su sesentena al que las preguntas dejaron de acosar
hace mucho tiempo, es un ejercicio de memoria que nos retrotrae a sus años
adolescentes, en los que el grupo de amigos es la verdadera familia y admitir
uno nuevo y además brillante, supone una apuesta arriesgada que tardará 40 años
en cobrarse en forma de una carta de su antigua novia Verónica en la que le
lega una herencia inesperada. Mientras indaga en los porqués, Tony reconstruirá
su pasado desde un ángulo diferente al que estaba cimentado.
La verdadera historia de lo que sucedió está fragmentada en
la mente de Tony y por ende en la del lector, que tiene que dejarse guiar por él,
sentir por sus engañosas emociones mientras intuye otra realidad que nuestro
protagonista no se atreve a mirar, cuando el mundo era de un grupo de chavales
arrogantes con todas las respuestas gracias a la Filosofía que convivía con los
colores psicodélicos de los 60/70.
Recomiendo disfrutar de esta novela y cualquier otra de
Barnes, un autor asombroso y fuera de lo común, no sólo por lo que cuenta sino
por cómo lo cuenta. Su estilo claro, preciso, con un fino humor que no abandona
incluso en las situaciones más difíciles hace que la lectura se deslice por las
palabras como en un tobogán de ingenio y clase. El cariño con el que dibuja a
sus personajes, lo indulgente que se muestra con sus debilidades sin esconderlas
genera la inmediata conexión con el lector, que se los lleva a casa para seguir
charlando con ellos una vez terminada la novela.
“El sentido de un final” nos dice que ni los acontecimientos
históricos, ni las ideologías, ni los grandes argumentos filosóficos son los
arquitectos de nuestro pasado sino las emociones que dan vida a los recuerdos:
“La historia son las mentiras
de los vencedores, pero también las mentiras con que se engañan a sí mismos los
vencidos”
¡Leed a Barnes! Escritor con mayúsculas que también brilla
en este libro sobre el Tiempo, tema constante en su obra.
NOTA BENE: Tiene adaptación cinematográfica protagonizada por
el extraordinario Jim Broadbent y Charlotte Rampling que, a servidora, adicta y
adepta del cinema británico, gustó mucho.
Sybilalibros
miércoles, 24 de febrero de 2021
EL GRUPO. Mary McCarthy
Ambientada en la Gran Depresión, cuenta la salida al mundo adulto de un grupo de chicas recién egresadas de la prestigiosa y moderna universidad de Vassar (donde por cierto estudió la autora), cada una de diferente extracción social y con unos valores familiares que se van a ver trastocados (o no) por el sentimiento de pertenencia a una institución y a una generación especiales, aquella que decidió poner a trabajar sus estudios, aunque no lo necesitaran.
He de decir que es un libro que necesita paciencia al
principio, pues la escena inicial en la que se van presentando Kay, Dottie,
Helena, Lakey, Libby y las demás acapara demasiadas páginas a mi modo de ver,
con gran cantidad de datos que confunden al lector. Una vez pasado este ecuador
primero, la narración corre fluida gracias a una prosa vibrante, plagada de
momentos íntimos y de diálogos que invitan a la reflexión.
Mary McCarthy se me ha revelado como una autora que
derrocha inteligencia, cultísima, dotada de una gran lucidez a la hora de
analizar la sociedad de su país, los EE. UU., un referente en la esfera del
pensamiento crítico y, por si fuera poco, amiga de la gran filósofa judía
Hannah Arendt.
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