domingo, 20 de septiembre de 2020

MAPAS EN UN ESPEJO. Orson Scott Card

 

Nacido en 1951 en Richland, Washington, Card ataca lo que tiene de doctrina, pseudo religión, la lucha contra el caliento global. Está en contra del matrimonio entre homosexuales. Como mormón, ejerció su misión de dos años en Brasil. Partidario del partido Demócrata en una ocasión pidió votar al Republicano. Esté de acuerdo con él o no, a menudo no, cuenta con mi simpatía, por espíritu libre sin miedo a la pelea.

 Ganador reincidente de Hugos y Nébulas, los premios más prestigiosos de la ciencia ficción, es autor prolífico donde los haya en el relato y la novela, tras los pasos de un Asimov o un Robert Silverberg. Su fama más allá del género sci-fi se debe a “El juego de Ender”, llevada al cine, que se extiende en una serie de novelas discutibles, como toda “saga”. Las sagas de verdad son las medievales nórdicas.

 “Mapas en un espejo” es una agrupación de sus relatos hasta 1990. Hasta aquí, normal. Si digo que son casi mil páginas, me revuelvo en el asiento; si añado que cuenta cómo ideó y escribió cada uno de los relatos, me levanto y aplaudo. En estas explicaciones habla de sí mismo, sus creencias, convicciones, dudas; proceso creativo, en suma. Dice del mundo editorial y la aventura de publicar, de los colegas de profesión. Es un curso interesantísimo, de propina, para aprendices de escritores.

 “Criadero de gordos”, “Juegos de carretera”, “Un largo viaje para matar a Richard Nixon”, “Ojo por ojo”, “Carne de rey”, “Sagrado”, “El juego de Ender” (Fue relato corto antes que novela) y “Autoestop” son cuentos que elevarían el nivel de cualquier antología.

  Hay ediciones por separado de los cinco libros que contiene este volumen. Esta con todos juntos la encontré barata en una librería de viejo. Uno recorre las estanterías de este tipo de librerías, agarrándose aquí y allá sobre el suelo mundano, como Tarzán de liana en liana; canturreando, por lo bajini, entre muertos y vivos impresos no se grita.

 Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

 

 

domingo, 13 de septiembre de 2020

EL UNICORNIO. Manuel Mujica Lainez

En este libro leemos la frase: "Las letras son el mejor de los bálsamos."

Mujica nació en Buenos Aires en 1910, vivió hasta 1984. Periodista, crítico y novelista de éxito. Recomiendo sus novelas “Los ídolos”, “Bomarzo” y “El gran teatro”; también sus obras “Misteriosa Buenos Aires” y “Un novelista en el Museo de Prado”. Estos dos títulos últimos aparecen por ahí clasificados como libros de cuentos o relatos; será mejor decir que son libros deliciosos e inclasificables.

 La Edad Media está de moda en Twitter, escaparate de maniquíes parlantes. Mucho ignorante satisfecho da por sabida esta época de mil años con cuatro tópicos denigrantes. Oscuridad, falta de higiene, ignorancia e Inquisición. Algunos inasequibles al desaliento la reivindican. Para mí la contemplación de cualquier templo románico o gótico, la lectura del romancero, Mío Cid y mil etcéteras me convencen de que la mala fama de la Edad Media sí es oscuridad intelectual.

 Para Mujica es un período mágico, fabuloso. Un mundo violento y supersticioso, sí, como el actual; pero prodigioso, caballeresco e intenso. Seres evanescentes ante la mirada llenan los cielos, en los bosques oscuros hadas cuchichean y ríen, caballeros gastados llevan, como si tal cosa, cuernos de unicornio en sus equipajes.

 Mujica muestra un conocimiento exhaustivo de la época. Esta es la de Saladino y Balduino IV, el rey leproso de Jerusalén; es decir, finales del siglo XII. No hay manera de pillarle en fallo o incongruencia alguna. Por suerte, estando sobradamente capacitado, no nos endilga una novela histórica, sino fantástica, imaginativa, delirante, poética; anclada fuertemente en la Francia de los trovadores y el Oriente de las cruzadas.

 El lenguaje de Mujica es rico y brillante como un tesoro descubierto en Tierra Santa.  Nos deslumbra sumergiéndonos con tanta fuerza en los amores imposibles como en las batallas perdidas. No olvidemos que en las batallas ganadas alguien pierde. Por eso sólo malvados y sandios  desean la guerra.

La novela es larga como el vuelo de un hada apresurada; impactante, como el grito de Melusina, la protagonista inmortal del relato.

 Si no se deciden por este libro, por mi impericia en alabarlo, porque no les gusta la Edad Media, lean cualquier otro del autor, bonaerense de 1910, todos son excelentes.

Luis Miguel Sotillo Castro

jueves, 20 de agosto de 2020

LA QUINTA ESQUINA. Izrail Métter

“Él (Stalin) lo veía y lo oía todo, con los ojos y los oídos de los delatores. De ser una ocupación secreta y vergonzosa, la delación pasó a convertirse en un honorable deber cívico”

Hay que agradecer a Libros del Asteroide el rescate de novelas que se editaron hace tiempo pero que pasaron inadvertidas, quizás por mala traducción, quizás por falta de promoción. No hay duda que las nuevas editoriales tienen un gran aliado en las redes sociales para dar a conocer autores que de otro modo se quedarían en oscuros almacenes o, todo lo más, en la estantería de algún caprichoso erudito. Pero no ha sido este el caso. Su descubrimiento se debe, una vez más, a mi labor arqueológica en biblioteca pública (es lo que tiene la deformación profesional).

Aviso ya que La quinta esquina, título enigmático e incitador, no es una novela al uso, ni por su concepción ni por su forma, algo que la hace aún más apetecible al lector curioso con ganas de nuevas experiencias. A medio camino entre la autobiografía (a ratos inventada, a ratos realidad descarnada), la reflexión desde la vejez y el género epistolar, Métter nos narra la extraña vida de Boris, un judío ruso de grandes dotes intelectuales al que las leyes estalinistas le impiden estudiar por pertenecer a la “quinta categoría”, dado que su padre fue comerciante privado antes de la revolución. Eso no ahogará sus ansias de aprender y buscará mil triquiñuelas para llegar a ser lo que desea, profesor de matemáticas (el autor lo es y también de formación autodidacta), desvelándonos en ese camino lo inhumano, atroz y sádico del régimen Estalinista, sin caer en ningún momento en el victimismo o en el ajuste de cuentas. Antes al contrario y por increíble que nos pueda parecer, el humor, cínico, negro, judío, no desaparece del fondo del paisaje del párrafo.

Pero por encima de todo La quinta esquina es una historia de amor. Un amor demente, desgarrador, “fou” entre Boris y la voluble Katia que se sostiene y arrastra durante más de 20 años por situaciones impensables dentro de la antigua URSS.

Pensaréis que con estos ingredientes es difícil no conseguir una novela de éxito, pero puede que la complicada estructura, sin una cronología concreta, basada  en los retazos de memoria traída al presente a través de los diálogos entre el yo anciano de la actualidad y el yo joven, insensato y ciego de amor, a los que se suman las cartas de la viuda del mejor amigo de la infancia desde la lejana Samarcanda a la que Boris nunca conoció, empañe el brillo de este diamante escondido.

No os acobardéis por ello. La prosa de Métter, limpia, jovial y profunda (y bien traducida) te lleva en volandas por un libro que te engancha desde las primeras páginas y que, sin ningún resquicio de duda, es para leer y releer. ¡Se aprende tanto, emociona tanto!

No quiero terminar sin llamar atención sobre el título. Tiene un significado sobrecogedor. Lo entenderéis en el último tercio del libro.

Sybilalibros@YoLibro

CARRETERAS SECUNDARIAS. Ignacio Martínez de Pisón

Con todo el dolor de mi corazón he tenido que abandonar esta prometedora lectura por culpa de uno de sus protagonistas, el adolescente tocanarices. Me resultó tan incómodo, tan desagradable, tan falto de gracia que ni el entrañable desastre que es su padre, el otro protagonista en esta novela de carretera, ni el buen hacer narrativo de su autor consiguieron que aguantara más allá de la mitad.

Creo que también ha influido el buen recuerdo de la película de Martínez Lázaro protagonizada por Resines y F. Ramallo, que compone un Felipe más dulce que el del libro, siendo el guionista del film el propio Martínez de Pisón, curiosamente.

A pesar de mi tropiezo os dejo sinopsis de la novela porque creo que merece mucho la pena y puede interesar a alguno de nuestros lectores.

Felipe, un adolescente quinceañero, y su padre viajan por la España de 1974 en un Tiburón que es su única posesión. Su vida es una continua mudanza por cutres apartamentos de la costa española en temporada baja. En cada estadía, algún acontecimiento o inesperado encuentro va desentrañando aspectos de la vida del padre de Felipe que él no comprendía y de alguna manera, los involucran en nuevos problemas que les empujan a una  huida hacia delante en la que se suceden los tropiezos con otros perdedores, los negocios más o menos clandestinos, mientras Felipe va descubriendo el mundo y el amor.

Sybilalibros

CRIATURAS DE LA NOCHE. Lázaro Covadlo

 Premio de novela café Gijón del año 2004, contiene un planteamiento ingenioso, divertido y mefistofélico que su irregular desarrollo no termina de cuajar por culpa de una trama débil que se deja arrastrar por lo que va pasando por la mente del escritor sin apenas filtro.

El argumento es muy curioso: Dionisio, un mindundi metepatas con ínfulas de rico empresario, vive en la pobreza y el desamor por su incapacidad para cerrar la boca a tiempo.

Una noche de pesadillas oye una voz que le llama. En su búsqueda es mordido por algo que lo deja sin sentido. Al despertar resulta que tiene instalada en el oído como inquilina una Pulga fastidiosa que, a cambio de un poquito de su sangre, promete hacerle rico y exitoso con las féminas si sigue los consejos que va dictándole en la trompa de Eustaquio.

Lo que ocurre es que la Pulga, que cuenta con un currículum de huéspedes eminentes a lo largo de la Historia, tiene unos caprichos y exigencias digamos un poco extravagantes que convertirán la existencia de Dionisio en una continua zozobra.

Mientras nos divertimos con las perversiones del parásito canalla, en el trasfondo hallamos una metáfora de nuestro mundo contemporáneo en el que el triunfo a toda costa (sexo, dinero y poder) nos empuja a vender nuestra alma al diablo.

No había leído nada de este autor, es mi primer acercamiento a él y a pesar de contar con un buen cartel entre los lectores, no me ha calado. Se me hace difícil de entender la concesión del premio más allá de su originalidad, aunque me comentan que no es su mejor escrito. Habrá que probar con sus cuentos para juzgar con más criterio.

Entretenida y procaz, con un estilo narrativo entre la sencillez casi infantil de la fábula y la reflexión adulta, sirve para pasar un buen rato.

Sybilalibros@YoLibro

 

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