jueves, 12 de diciembre de 2019

LAS SIETE COLUMNAS. Wenceslao Fernández Flórez


Fernández Flórez nació en La Coruña, en 1885, murió en Madrid en 1964. Un libro suyo le salvó la vida en 1937. En él elogiaba a Holanda, país cuya embajada,  que conocía el escrito,  presionó al gobierno del Frente Popular para que dejase salir de España al escritor, retenido en Valencia.

 A su vuelta a España, declaró a favor del ministro de Gobernación republicano socialista, Julián Zugazagoitia, sometido a un Consejo Sumarísimo. No sirvió su testimonio, fue fusilado el político en 1940.

 Fácil es comprender, con sus vivencias, que sea un pesimista, pero, sobre ello, es un gran humorista, compasivo. Principalmente, un gran escritor. Tiene menos fama de la merecida por su actitud política anti marxista, conforme con el franquismo. Gracias a algunas películas no está totalmente olvidado: “Volvoreta”, “El malvado Carabel” y “El bosque animado” han sido llevadas al cine. Recomiendo también “Las gafas del diablo”, “El hombre que compró un automóvil” y “El toro, el torero y el gato”. Humorismo fino, absurdo en el buen sentido, escritura para disfrutar.

Escribe “Las siete columnas” en 1926. Estas columnas son los siete pecados capitales. Mejor la primera parte que la segunda, donde razona en serio para que todo cuadre. Impagable la relación entre el Diablo y el anacoreta. Títulos de capítulos como “En el que, a pesar de ocurrir muchos graves sucesos, el personaje más interesante es un gusano”, o “De cómo Oliván rechazó un trono y se conformó con un empleo”, dan idea de lo que nos traemos entre manos.

 Es el libro más flojo del autor pero incluso así merece una lectura sonriente. Leo la quinta edición en Renacimiento. No trae fecha, pero el copyright es de 1928 y la editorial quebró en 1931.
 (No pongo la foto de la portada porque esta tiene colores similares a aquellos papeles pintados que se ponían en las paredes hogareñas, sin ninguna letra ni palabra en ella.)

 Luis Miguel Sotillo Castro

jueves, 5 de diciembre de 2019

LA TEJEDORA DE SOMBRAS. Jorge Volpi


Era el primer libro que leía de Volpi, del cual tenía inmejorables referencias y no me ha dejado buen gusto, no por su escritura, que se intuye rica, atrevida y llena de matices, sino por la estructura elegida para contar tan apasionante historia.

Bajo un título ensoñador y absolutamente idóneo para la protagonista (¡qué difícil es intitular bien!) se despliega la convulsa y novelada biografía de Chistiana Morgan, una mujer de mediados del S.XX que luchó toda su vida por escapar del estereotipo asignado a las féminas usando sus mejores armas: la inteligencia y el manejo de los sentimientos, dando un vuelco a las relaciones amorosas establecidas.

 Casada pero infeliz, sin que la llama de la maternidad arda en su vientre, Christiana se enamora de su amigo Henry Murray, psiquiatra, también casado. La fogosa y atormentada relación que se establece entre ambos y que arrastra a sus consentidoras parejas, se complicará con la irrupción de un tercero en discordia, nada menos que Carl Jung. A partir de ese momento, será el psicoanálisis el que determine los derroteros de esta demente y descoyuntada historia de amor, celos, búsqueda del ser, sueños, anhelos de trascendencia, descenso a los infiernos del subconsciente y de sexo tan ritual como brutal, bajo el espectro blanco de la ballena-Leviatán de Melville, obsesión de Murray.

La novela, que comienza con el suicidio de Christiana, se construye a base de continuos e innecesarios saltos en el  tiempo que dificultan enormemente su lectura, convirtiendo la ya de por sí compleja trama en un desafío para las mentes más aguzadas.

Creo que el autor no acierta con esta composición para la reconstrucción biográfica de tan potente personaje. Si ha tenido la intención de acomodar el estilo de la narración al comportamiento errático y obsesivo de la protagonista, a las introspecciones del psicoanálisis, como si cada capítulo  fuera una sesión de diván, pienso que ha fracasado en su objetivo, porque la novela carece de cuerpo y sentido. Y es una pena, teniendo en cuenta que el autor, como documenta al final del libro, tuvo acceso a los archivos personales de Christiana Morgan en Harvard, donde trabajaba con Murray, así como a su diario personal y a los dibujos de sus trances, producto de las sesiones con Jung.

Sólo recomendaría esta novela a los muy interesados en el  psicoanálisis, que también tengan nociones sobre antropología, pues si no, se perderán en un remolino de alusiones vacías de contenido.
Creo que tendré que optar por otra obra para apreciar el talento (que lo tiene) de este autor.

Sybilalibros@siyofueralibro


lunes, 2 de diciembre de 2019

SOFÍA O EL ORIGEN DE TODAS LAS HISTORIAS. Rafik Schami


Una ciudad milenaria, Damasco, que en sí misma es un zoco desordenado; dos historias que se entrecruzan en mil revueltas, se detienen en angostos adarves, se esconden en casas de cien puertas y huyen por callejuelas cómplices, pero sin llegar a ningún destino porque el principio y el fin es Damasco.

Schami, siguiendo la más pura tradición oriental, mezcla en su shisha el dulce erotismo de las 1001 noches con el amargo tabaco del exilio para narrarnos la historia de Salman, un opositor al régimen de los Al Asad huido a Italia, donde ha formado una nueva familia mientras la suya, la de sus antepasados, vive perseguida en Siria, el país de todas las religiones donde una cristiana, Aída, y un musulmán, Karim, van a vivir una historia de amor apasionada en su solitaria madurez.

Con esta jugosa combinación podría haber resultado un relato fascinante. Sin embargo, con lo que topa el lector es con una narración caótica, morosa, que se pierde en el color local para resurgir lúcida a ratos, lo cual es una lástima porque los personajes son entrañables, la descripción de la vida cotidiana y costumbres sirias son muy interesantes y porque hubiera sido una excelente forma de aprender la historia contemporánea de este otrora gran país que desgraciadamente sólo es conocido por sus apariciones en el telediario sino hubiera pasado de puntillas por acontecimientos vitales.

Tras todo ese batiburrillo de tenderete oriental lo único que no es baratija es el Amor como la única fuerza capaz de derribar dictaduras, la amistad verdadera que se sobrepone a religión y política; y, por último, la familia como la razón de ser de un pueblo y una nación.

Añadir que la condición de exiliado del propio autor está omnipresente durante todo el relato, si bien tampoco se puede decir que se trate de una autobiografía en puridad. Rafik Schami, que significa “amigo de Damasco” es seudónimo de Suheil Fadél, un doctor en Químicas sirio-alemán perteneciente a la más que minoritaria confesión cristiano-aramea, reconvertido a escritor y defensor de la paz entre israelíes y palestinos.

A pesar de que me ha costado terminar las 500 páginas de las que consta (y de las que le sobran más de 200) me atraen tanto Siria y sus gentes que creo que le daré otra oportunidad al autor con “El lado oscuro del amor” de la que dicen es su mejor novela.

Sybilalibros @siyofueralibro

viernes, 29 de noviembre de 2019

CANCION DULCE. Leila Slimani


Fenómeno editorial del año, premio Goncourt 2016, miles de lectores ¿Qué tiene este libro?

Un thriller psicológico de calidad, un tema tan cercano como con quién dejamos nuestros hijos cuando vamos a trabajar; una escritura fresca, ágil, alejada de los plúmbeos thrillers nórdicos; un ritmo constante, intrigante “ma non troppo”, que te mantiene pegada a las páginas hasta el final. De hecho, me lo terminé a las 6 de la mañana, como en los viejos tiempos, porque no podía soltarlo. ¿Duro? Sí, pero no escabroso y sin casquería.

Pero esta novela no es sólo el relato de un abyecto crimen infantil. Es la historia de una obsesión devoradora, de la agonía de la soledad, del grito desesperado de ayuda en una sociedad sorda, de la urgencia de ser alguien; en definitiva, de la necesidad de ser desesperadamente necesitado.

El marco donde se desarrolla es algo habitual en la sociedad occidental: pareja joven interracial con hijos que encarna los valores pequeño-burgueses, incluidas jornadas laborales titánicas por mor de una carrera de éxito, se ve obligada a delegar en una desconocida el cuidado y la educación de su prole, con gran suerte para ambas partes pues Louise resulta una cuidadora tan dedicada y amorosa que pronto se convierte en un miembro imprescindible de la familia. Lo que nadie sospecha es que el milagro para solución de los problemas se transformará  poco a poco en una trampa.

Leila Slimani, periodista y escritora, ejemplifica la integración y la diversidad cultural en la Francia actual donde los hijos de las colonias han dejado atrás la fase “pied noir” para devenir en ciudadanos franceses  de pleno derecho sin abandonar sus raíces magrebíes. Y este libro le sirve de vehículo para criticar a la sociedad francesa progresista que al final cae en los mismos valores pequeñoburgueses que desprecia a la par que trasluce su feminismo militante (“La maternidad es una cuestión política” ha afirmado en alguna entrevista).

Extraordinariamente editada por Cabaret Voltaire y traducida por Malika Embarek López, es una buena novela aunque para mi gusto le falta profundidad, poso escritor, al menos para el Goncourt obtenido. Creo que la academia francesa, para evitar quedar anquilosada y seguir vendiendo, se ha subido al carro de la plaga de novela negra que nos invade y para no desprestigiarse demasiado, ha escogido uno de buena factura y rabiosa actualidad pero sin calado literario.

Pecata minuta para un relato absolutamente recomendable, que te atrapa desde el minuto uno y consigue que te identifiques con la historia sin sentirlo.

Sybilalibros@siyofueralibro





martes, 26 de noviembre de 2019

CUERPOS EXTRAÑOS. Cynthia Ozick



        
  “Qué difícil es cambiar la propia vida, qué tremendamente fácil es cambiar la de los demás”

Llegué a Ozick por el prólogo a un libro del gran Saul Bellow y me llamó la atención su manera de adentrarnos en la lectura.
Luego, me vinieron noticias excepcionales con su estremecedora y reconocidísima obra “El chal” sobre mujeres supervivientes de un campo de concentración y quedé conmocionada.
Finalmente, hallé en la biblioteca esta novela (la única), en una fase de hambre por querer saber más de una autora tan especial, más ensayista que novelista y escasamente publicada en España.

“Cuerpos extraños” es tan rara como pregona el título.
Bea, una mujer de mediana edad, amargada y sola, humillada por su exmarido y manipulada por su despótico hermano Marvin, recibe el singular encargo de su hermana de ir a París en busca de su hijo pródigo Julian, que lleva una vida bohemia en la ciudad de la luz, totalmente inaceptable para la tradicional familia norteamericana.
Este viaje desencadenará un terremoto que agitará los cimientos familiares ya en bastante mal estado.

Novela de emigrantes de posguerra en París, de judíos que huyen de su origen, de caprichosos estadounidenses en busca de aventuras existencialistas (estamos en 1952; hace nada que Camus ha publicado La Peste), de desamor, de música, de egoísmos y mentiras (muchas mentiras), es un homenaje a “Los embajadores” (que aún no he leído) de Henry James, el autor más admirado de Ozick.

En la novela de James, el protagonista viaja a París donde vive el hijo de su prometida con una mujer mayor que él para convencerle de su error y de que vuelva a los Estados Unidos con el fin de hacerse cargo del negocio familiar. Ozick adapta el argumento al momento revuelto europeo, le confiere una visión femenina y aporta su condición judía para hablarnos de su desamparo tras la guerra.

Así, el viaje de Bea se convierte en una suerte de revelación, de sacudida para tomar las riendas de su vida y cerrar historias pasadas que la tienen atrapada en un presente opresivo simbolizado por el piano de su exmarido, un protagonista más. Y París será el revulsivo para que el resto de los personajes encerrados en esa habitación decorada con profundos rencores y donde se esconden del tío Marvin/Tío Sam se enfrenten a sus temores.

Obra compleja, porque su estructura se basa en el viaje interior de  cada personajes, dando continuos saltos temporales que hacen difícil seguir el hilo y que, sin embargo, sirven para que pares y reflexiones sobre lo que está contando y cómo, porque el estilo narrativo de Ozick es un ejercicio poético, evocador, donde hablan los sentimientos y los detalles que aparecen en escena.
 Sus protagonistas son oscuros, imprevisibles, volubles y muestran tal desgana hacia la vida que se pasean por las páginas como si no existiera una autora que los alienta, dejándote un sabor amargo tras la lectura.

Aunque he disfrutado muchísimo la escritura de Ozick, puro deleite poético, creo que a la obra le falta un poco más de fondo y desarrollo, pues al final te queda la impresión de mera excusa como ofrenda al maestro. Aun así, la recomiendo, como el resto de su obra.
Editada por Lumen.

Sybilalibros@siyofueralibro



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