jueves, 29 de agosto de 2019

LA FAMILIA KARNOWSKY. Israel Yehoshua Singer


“Los Karnowsky de la Gran Polonia eran conocidos como hombres obstinados y polemistas, aunque también estudiosos y cultivados, sin duda unas mentes de hierro.”
Así comienza la novela. Gente sólida a la que veremos derrumbarse por el pecado de ser judía.
 David Karnowsky, a finales del XIX, discute sobre ortodoxia en su sinagoga polaca y decide trasladarse con su esposa a Berlín. Considera Alemania la cumbre de la civilización y la cultura, donde están además los judíos más sabios en la Ley. Confía en ser judío entre judíos, alemán entre alemanes.
 Georg, hijo de David. Cirujano capitán del ejército alemán durante la Gran Guerra, se casa con una cristiana, apenas pisa la sinagoga. Integración. ¿Qué puede salir mal?
 Yegor, hijo de Georg. Vive en la escuela el ascenso de los nazis (palabra que no aparece en la novela; son “los de las botas altas”, definición tan imprecisa como inconfundible, como en una pesadilla.) y su conquista del poder. Convencen a los alemanes de que la derrota en la guerra y el desastre económico fueron causados por los judíos.

 Los tres Karnowsky y familia consiguen emigrar a Estados Unidos. Porque al principio los nazis dejaban huir a los judíos, tras confiscarles sus propiedades; puente de plata negra. En la tercera parte de la novela veremos si Yegor, el más joven y débil de los tres, consigue superar su trauma de medio cristiano, medio judío.
 Novela maravillosamente escrita. Vemos el alma atormentada de los personajes; las geografías urbanas de Berlín y Nueva York, con sus distintas clases raciales y sociales. Nos llama la atención, si cometemos el error de considerar igualados a los judíos por su condición de víctimas, la disputa entre ellos. Prejuicios de judíos alemanes contra polacos y rusos y viceversa, el rencor del instalado hacia el inmigrante reciente.
 Israel Singer termina la novela en 1941, se publica en el 43, él muere en Nueva York, 1944. Nos apena que no viviese la muerte de Hitler. 553 páginas, incluyen un glosario, breve, de palabras arameas, hebreas y del yiddish de uso cotidiano por los personajes; no estorba la lectura e instruye. Leo la tercera reimpresión de la segunda edición, noviembre de 2017. Otro acierto de Acantilado.
Luis Miguel Sotillo Castro

JULIO CÉSAR. El proceso clásico de la concentración del poder. Jérôme Carcopino


Un hombre es asesinado a puñaladas. Cercano a sus sesenta años, tiene proyectos grandiosos; inteligencia, energía y medios para realizarlos. Unos se alegran de su muerte, otros la lamentan. El asunto se debate… durante dos mil años. Casi veinte siglos después de su vida y muerte, algunos de los monarcas más poderosos del mundo usan su nombre como título real: Kaiser, Zar, significan César.
 Además de su importancia política e histórica -¡Cuántos historiadores han escrito sobre él!- está la cultural. Esculturas, pinturas, obras teatrales, novelas, películas han tratado y retratado a Cayo Julio César a lo largo de los siglos. Millones de personas han aprendido latín, hasta hace poco, traduciendo sus obras, De bello gallico, De bello civili.

 Yo mismo he leído a César y sobre él, a historiadores antiguos y modernos. ¿Por qué otro libro sobre Julio? Por Cneo Pompeyo. Me intriga que este, general victorioso repetidamente, rico, adulado con el apodo de Magno, poderoso, con todo el poder de la República en sus manos, hiciese frente a César tan mal.
 Según Carcopino (1881-1970, historiador francés especializado en la época tratada.)  Pompeyo era irresoluto y César decidido, aquel lento y este veloz de pensamiento y obra; Cneo prudente con asomos de cobardía, Cayo osado con ribetes de temeridad. Mientras César era jefe inapelable y querido, Pompeyo era estorbado por los senadores que le rodeaban. César era más y mejor político. Fue el único de los triunviros –él, Pompeyo y Craso- que no cometió estupideces.
 Aunque destacó tarde en la política, por ello parece joven ante Pompeyo, que sólo le llevaba cinco años, Carcopino opina que César aspiró desde siempre  a la monarquía. Entre nobles y plebeyos, senadores y tribunos de la plebe, sólo él tuvo un plan claro a largo plazo para hacerse con el poder. Todo acabó en los idus de marzo, mes de la guerra.

 Carcopino piensa que el Imperio era inevitable, pues la República no podía gestionar la variedad y vastedad de las conquistas romanas. Es discutible, como su fe en la fisonomía, que comparte con otros historiadores. Libro recomendable, en todo caso. Por el conocimiento de la vida romana, en hogar, foro y ejército y territorios. 
La buena ordenación en capítulos e índices lo convierten en libro de consulta fácil, de hechos y fechas. 650 páginas, ediciones RIALP, 1974, la publicación original es de 1965.
Luis Miguel Sotillo Castro

martes, 6 de agosto de 2019

EL LEGADO DE EUROPA. Stefan Zweig

Así como de las estrellas del pop se sacan discos después de muertas, con algunos escritores celebérrimos sucede algo parecido.
Aparece una grabación que el roquero descartó en su día; hoy, sus herederos incumplen su voluntad sacándola al mercado. Negocio. Yo no sé si Zweig hubiese aprobado esta publicación. No son inéditos, luego el autor estaría satisfecho de estos textos en su día. Pero el agrupamiento en libro, su selección y orden, no se deben a él.

 España es citada, poco, como lugar de tópicos negativos; Italia es valorada, más, sólo por el lejano Renacimiento. La Europa deseada, unida, ejemplar de este libro es, en realidad, Alemania y Francia. No creo a Zweig tan simple, por eso pongo reparos a esta compilación de la que él no se pudo defender.
 Nos enfrentamos a 31 trabajos, nada menos, escritos a lo largo de varias décadas, la mayoría sobre personajes notables en su día. Son conferencias, artículos, ensayos. El primero es el más largo, ocupa un cuarto del libro. Es el último trabajo del autor, un ensayo sobre Montaigne muy interesante. La admiración de Zweig por el bordelés está en cada página, pero, curiosamente, algunos aspectos de la personalidad de Montaigne resultan antipáticos. Dos artículos sobre Las mil y una noches y Tagore nos alivian de tanto francés y alemán, en buena parte olvidados hoy. Mi escrito preferido es el dedicado al gran Joseph Roth, su amigo.

 289 páginas de interés irregular, como queda dicho. Eso sí, el amor de Zweig por la libertad, por una Europa sin guerras ni autoritarismos, llega a emocionar, por la tristeza de los ideales destrozados. Recién acabada la Gran Guerra, Zweig ya ve síntomas que pueden conducir a la Segunda. Sus últimos escritos, ya en plena Segunda Guerra Mundial, constatan que acertó, para la desgracia de todos.

 Otras lecturas recomendables de Zweig, sin reserva alguna, en lo que llamamos no ficción: “El mundo de ayer”, “Castellio contra Calvino”.

Luis Miguel Sotillo Castro

MISERY. Stephen King

Por elitismo o esnobismo, yo me acuso, soy reticente a leer bestsellers. Empecé a leer a King hace un par de años, tras resistirme.
Me gustó mucho Mr Mercedes, también Cementerio de animales.
Misery es mi tercer King.
Este libro es, literalmente, la relación de un escritor de éxito con una fan psicópata, sádica. Ambos pierden. Pude leerse como una historia de miedo y horror, con suspenso, violencia extrema y asco.
Puede interpretarse también como la relación, con sus miedos y tiranías, entre autores, editores y lectores, su interdependencia.
Nunca desvelo casi nada del argumento cuando comento ficción.
Creo que no debo jalonar el camino de cada lector con avisos ni indicaciones; cada uno de ustedes es más inteligente, si no más
curioso que yo. Sí les digo que merece la pena la lectura de estas
436 páginas; interesan los personajes, la peripecia, la conclusión
satisface.

Luis Miguel Sotillo Castro

viernes, 19 de julio de 2019

PAISAJE DE OTOÑO. Leonardo Padura

Cuarta novela con el teniente de policía habanero Mario Conde. Es
otoño en el Caribe. No se espera la caída mansa de la hoja, viene
un huracán para arrancarla violentamente. Están en el aire,
literalmente, las viviendas, los árboles, el presente, las ilusiones,
todo.

Conde, a unos días de cumplir 36 años, deberá salir de su inacción
autocompasiva para investigar un nuevo asesinato, aunque tiene
decidido abandonar la policía. Ser un investigador honrado y eficaz,
tras una purga en su departamento es obligación y salvación
personal. Dolorido por lo que fue, lo que es, desesperanzado con el
porvenir –lo único seguro es el próximo viento destructor- , quedan
los amigos y el trabajo.

Tras la revolución castrista de 1959, buena parte de la burguesía
cubana huyó de la isla o, quedándose, perdió sus posesiones. Sus
bienes fueron estatalizados, en beneficio del pueblo, se supone. En
esta entrega el Conde investiga el tráfico de bienes expropiados, el
súbito enriquecimiento de algunos revolucionarios bien situados en
la construcción del socialismo. Como siempre, Padura no ataca
directamente el régimen revolucionario hereditario de su país. No
hace falta, basta con describir la realidad cotidiana para sentir su
fracaso.
La Habana se siente vieja, está herida, pero es hermosa y quiere
vivir. Lo mismo puede decirse de los personajes de la novela, con
los que bebemos ron, valorando la lealtad y la amistad, mientras lo
mismo escuchamos a los Credence que a Formula V, porque la vida
es un disparate contradictorio del que, a veces, gozamos.

260 páginas editadas modesta y correctamente por Tusquets. Leo
la octava edición de julio de 2018; la acción de la novela transcurre
en 1989, fue escrita en 1998.

Luis Miguel Sotillo Castro

Destacado

El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani

 " Yo, igual que ella, carecía de ese gusto instintivo que caracteriza a la gente corriente [...] más que el presente, contaba el pasad...