Presentación
de Renée Ballard como protagonista. Es una detective con catorce años de
veteranía en el departamento de policía de Los Angeles, relegada al turno de
noche por haber osado denunciar a un superior por acoso sexual. Se crió en
Hawai, hija de un surfero con mal destino. En Los Angeles vive con su perro junto
al mar.
Siempre me ha llamado la atención que el
Pacífico sea irrelevante en las novelas de Connelly protagonizadas por el
angelino Harry Bosch; parece que en esta serie nueva con Ballard el mar va a
ser un personaje habitual, me gusta. Bosch y Ballard coincidirán en “Noche
sagrada”, novela de 2018; esta “Sesión nocturna” es de 2017.
Como pasa siempre con Connelly, uno de los
méritos de la novela es la credibilidad. La descripción de la policía angelina,
no sólo en su acción investigadora y represora del crimen, también de la
política condicionante y su funcionamiento administrativo, hacen que te creas
todo, sin que las explicaciones minuciosas ralenticen las peripecias ni
distraigan de ellas.
Un problema de Renée Ballard es que debe
traspasar sus investigaciones inacabadas al turno de día, al fin de su jornada;
esto supone que deba abandonar casos, iniciados por ella o heredados. Contra el
parecer de su compañero de sesión nocturna, intentará quedarse algunos sin
transferirlos, lo que supone trabajar fuera de su turno y violentar las reglas.
Dejo al lector que averigüe lo demás.
Teniendo en cuenta la edad avanzada de Harry
Bosch, retirado ya de la policía angelina, protagonista de más de veinte
novelas, supongo que Connelly nos va a entretener con más novelas de Ballard.
Las espero con ilusión.
Luis Miguel Sotillo Castro
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