“Romance en París” es el diario de un esteta, de aquella
especie de antes de la Gran Guerra nacido al calor de la Belle Époque, ciudadanos
del mundo que (re) fundaron París como su capital, una ciudad donde no importaban
ni credos ni ideologías ni lugar de procedencia porque la única nacionalidad
era el Arte.
Es también el diario de la nostalgia de la ciudad amada escrito
por un alemán que vivió en ella como extranjero siempre para no perder la
admiración por su belleza ni el contacto con el verdadero pueblo parisino, el
de los salones de madamas, teatros de varietés y dulces cocottes versadas en el
arte de las pipas de opio.
Esta Arcadia feliz termina cuando estalla la guerra y las
olvidadas fronteras surgieron de la nube de gas mostaza como notarios con sus
pesadas firmas declarando enemigos a los en otro tiempo amigos.
En la soledad de la trinchera, Wätcher siente la necesidad
de abrir su dolorido corazón y escribe cartas a su amigo Claude en las que añora
los alegres momentos vividos juntos y se atreve por fin a desvelar su loca
pasión por una deliciosa colegiala alemana, Lotte, enviada a París para
perfeccionar el francés. Wätcher, dueño de los secretos del Sena, será profesor
y guía de la joven en un fascinante paseo iniciático por la Ciudad de la Luz
que arrastra desde las primeras líneas al lector y no lo suelta hasta que
finaliza el libro.
Siguiendo el formato epistolar, al más puro estilo Zweig,
con una prosa cuidadísima, exquisita, que mima cada palabra como a la encantadora
Lotte, Hessel nos atrapa en ese momento mágico suspendido entre las hojas
caídas en el parque Monceau y el sonido de un coche esperado sobre los
adoquines mojados para enseñarnos el arte del “flâneur”, el paseante ocioso y solitario que callejea sin rumbo para aprehender los rincones de la ciudad y que ensalzara Baudelaire, mientras nos cuenta una historia de amor insensato,
desprejuiciado como sólo podría ocurrir antes de la guerra, entre el “bon vivant”
arruinado y la ninfa incostante, que diría Cabrera Infante.
Leeréis en la contraportada de la maravillosa edición de
Errata Naturae que esta novelita es el germen de la famosa película de Truffaut
“Jules et Jim”, interpretación libre del triángulo amoroso entre los escritores
Hessel, Henri-Pierre Roché y Lotte. Pero yo os pediría que olvidarais el film,
disfrutarais de este libro y si no podéis despegaros de estos personajes
adorables, que leyerais la novela de Roché “Jules y Jim” editada en Debate.
Creo que no hace falta decir que me he enamorado apasionada,
inconsciente e instintivamente de esta novela y de su autor. La cantidad de cosas que se puede decir de ella es interminable, tal es el despliegue de temas, sentimientos, arte, metaliteratura, filosofía que encierra que la reseña se haría extremadamente larga. Sólo me queda animaros vivamente a su lectura porque es literatura con mayúsculas. Pocas veces se encuentra uno con tantas novelas dentro de una.
Sybilalibros