jueves, 14 de mayo de 2020

ROMANCE EN PARÍS. Franz Hessel


“Romance en París” es el diario de un esteta, de aquella especie de antes de la Gran Guerra nacido al calor de la Belle Époque, ciudadanos del mundo que (re) fundaron París como su capital, una ciudad donde no importaban ni credos ni ideologías ni lugar de procedencia porque la única nacionalidad era el Arte.

Es también el diario de la nostalgia de la ciudad amada escrito por un alemán que vivió en ella como extranjero siempre para no perder la admiración por su belleza ni el contacto con el verdadero pueblo parisino, el de los salones de madamas, teatros de varietés y dulces cocottes versadas en el arte de las pipas de opio.
Esta Arcadia feliz termina cuando estalla la guerra y las olvidadas fronteras surgieron de la nube de gas mostaza como notarios con sus pesadas firmas declarando enemigos a los en otro tiempo amigos.

En la soledad de la trinchera, Wätcher siente la necesidad de abrir su dolorido corazón y escribe cartas a su amigo Claude en las que añora los alegres momentos vividos juntos y se atreve por fin a desvelar su loca pasión por una deliciosa colegiala alemana, Lotte, enviada a París para perfeccionar el francés. Wätcher, dueño de los secretos del Sena, será profesor y guía de la joven en un fascinante paseo iniciático por la Ciudad de la Luz que arrastra desde las primeras líneas al lector y no lo suelta hasta que finaliza el libro.

Siguiendo el formato epistolar, al más puro estilo Zweig, con una prosa cuidadísima, exquisita, que mima cada palabra como a la encantadora Lotte, Hessel nos atrapa en ese momento mágico suspendido entre las hojas caídas en el parque Monceau y el sonido de un coche esperado sobre los adoquines mojados para enseñarnos el arte del “flâneur”, el paseante ocioso y solitario que callejea sin rumbo para aprehender los rincones de la ciudad y que ensalzara Baudelaire, mientras nos cuenta una historia de amor insensato, desprejuiciado como sólo podría ocurrir antes de la guerra, entre el “bon vivant” arruinado y la ninfa incostante, que diría Cabrera Infante.

Leeréis en la contraportada de la maravillosa edición de Errata Naturae que esta novelita es el germen de la famosa película de Truffaut “Jules et Jim”, interpretación libre del triángulo amoroso entre los escritores Hessel, Henri-Pierre Roché y Lotte. Pero yo os pediría que olvidarais el film, disfrutarais de este libro y si no podéis despegaros de estos personajes adorables, que leyerais la novela de Roché “Jules y Jim” editada en Debate.

Creo que no hace falta decir que me he enamorado apasionada, inconsciente e instintivamente de esta novela y de su autor. La cantidad de cosas que se puede decir de ella es interminable, tal es el despliegue de temas, sentimientos, arte, metaliteratura, filosofía que encierra que la reseña se haría extremadamente larga. Sólo me queda animaros vivamente a su lectura porque es literatura con mayúsculas. Pocas veces se encuentra uno con tantas novelas dentro de una. 

Sybilalibros






miércoles, 13 de mayo de 2020

IRSE DE CASA. Carmen Martín Gaite


Mi abuela querida murió en 1995. Antes, digo antes por coherencia y otros motivos más o menos evidentes en los que no me entretengo ahora, paseaba con ella. Caminando por Madrid, Colón, donde el teatro de la Villa y la fuente sonora y refrescante, me cuenta que en la vida no ha hecho otra cosa que trabajar; me angustio un poco. Entonces nos miramos unos segundos una señora que pasa por allí y yo. Gorro, pelo canoso y mirada inteligente, buena. Pienso: algún día leeré algo suyo, mujer igual de respetable pero que ha vivido, a la vez que ella, en un mundo diferente al de mi abuela. Es Carmen Martín Gaite.
Como soy un tipo sin prisa, más de veinticinco años después leo “Irse de casa”.

Solos no somos nada. Verdad que emana de la dedicatoria y las dos citas, de Aldous Huxley y Clarice Lispector,  que abren la novela y que esta confirma. Consecuentemente, la protagonista está acompañada por muchos personajes que son personas. Gran logro.

 Amparo regresa a su ciudad natal tras cuarenta años. Partió joven del hogar provinciano a la desmesurada  Nueva York. Todos hemos creído estar en Nueva York, en las series de televisión, las películas y porque nos conforta el conocimiento superficial. Creemos comprender el lago viéndolo, sin sumergirnos en él. Conocemos las ciudades provincianas, sin enterarnos de gran cosa pues vivimos soñando con otras. Partimos y llegamos quién sabe a dónde; por el camino nos entretenemos, vivimos. En ocasiones, nos es dado volver al puerto de origen. Los riesgos del regreso son variados, temibles. ¿Te darás dos besos al encontrarte contigo mismo? ¿Te romperás la cara, nariz contra la misma nariz? Yo, de natural alegre, opto por la segunda opción. El regreso es desasosiego, en el mejor de los casos. La felicidad antigua es memorable pero no revivible, la desgracia se complace en repetirse. La memoria es un martillo inclemente.

 Amparo tiene hijos, varón y mujer que, como cada actuante en la novela tienen sus problemas, alegrías, personalidades, avatares. Al hilo del hijo, guionista y director cinematográfico, recorre la novela una comparación atinada entre la vida y el cine. Todos intentamos escribir un guión, con aciertos, errores y dudas, para realizar la película que es nuestra vida. Mención aparte merecería el personaje de Olimpia, si esto fuese algo más que una incitación breve a la lectura.
 La sensación que nos queda tras la novela es alegre. La vida es complicada, pero eso mismo la hace atractiva. Amparo, esta mujer mayor, no anciana, acaba su andanza por el libro decidida y con proyectos.

No suelo hablar de las contraportadas. No las soporto en los libros de ficción. Me quieren convencer de lo que ya he decidido, leer el libro; a menudo, me lo destripan. Hace mucho que no pico, sólo las leo tras terminar la novela. Debo decir que esta es muy buena, debería venir firmada.
Novela escrita entre 1996 y 98. Leo la edición correcta de ANAGRAMA de 1998.  349 páginas muy bien escritas en las que nunca decae el interés.


Luis Miguel Sotillo Castro

viernes, 8 de mayo de 2020

VEINTICUATRO HORAS EN LA VIDA DE UNA MUJER. Stefan Zweig


Una de las novelas más conocidas y reseñadas de Zweig, por la intensidad de las emociones narradas en espacio tan breve, por la exquisita manera de plasmarlas en el texto, por la brillante descripción de la Riviera francesa de principios del s. XX y, por supuesto, por su intrigante protagonista femenina, Mistress C, una mujer viuda que durante un día decide olvidar familia, estatus y normas sociales  para  dejarse arrastrar por la locura de la pasión hacia un joven diplomático polaco encantador pero con una inclinación perversa hacia el juego, que la hace caer así en el estigma femenino de su tiempo.

Pero al leerla (y releerla, porque me dejó tan conmovida que volví a empezarla de nuevo nada más terminarla) me di cuenta de que no sólo era la novela del secreto inconfesable de una mujer, no sólo era la novela sobre la destructiva pasión del juego, era la novela de las manos. Zweig, el alquimista de los detalles elocuentes entiende que, en un entorno de casinos, las manos son las que hablan, miran, pecan, odian, aman, lloran, hacen daño, perdonan, luchan y acaban rindiéndose. Por eso las eleva a la categoría de protagonistas, tan culpables como los deseos refrenados.

Así describe a las manos del protagonista tal y como las ve Mistress C:
“dos manos convulsas que, como animales furiosos, se acometían una a otra, dándose zarpazos y luchando entre sí de tal modo que las articulaciones de los dedos crujían con el ruido seco de una nuez cascada”
Ya está presentado el personaje, no necesita más.

Haciendo uso de su habitual recurso de historia desvelada por un desconocido al autor, Zweig, cosmopolita como pocos, nos sitúa en la Riviera francesa para hablarnos del paraíso de los jugadores, el decadente ambiente de los casinos, bellas damas en busca de fortunas, matrimonios aburridos que coinciden sólo en mesas de hotel, locuras pasajeras que empiezan y terminan en Montecarlo, y de la soledad que reúne a extraños compañeros de viaje.
Los acontecimientos giran enloquecidos al ritmo de la ruleta, en las descripciones de los estados de ánimo manda la luna y los protagonistas se juegan su alma en una mesa de bacarrá. El lector apenas puede respirar en esta insensata carrera contra la banca del Amor.
¿Qué más se puede pedir?
Sólo poder seguir leyendo a Zweig.

NOTA CINÉFILA: Se han hecho varias adaptaciones al cine de esta novela, pero sólo he visto una francesa de 1968 que sinceramente no le hacía justicia. Tampoco he podido ver la adaptación teatral de hace un par de años, pero creo que mucho mejor el libro.

 Sybilalibros

miércoles, 6 de mayo de 2020

¿QUIÉN TE CREES QUE ERES?. Alice Munro


The beggar maid es el título original. Beggar es mendiga en inglés y maid doncella o criada. Tanto para libros como películas, a menudo hay un español listo que se cree más sabio que el autor; con la autoridad pancha de su autoestima cambia el título. Irritante. Cierto es que los autores suelen cobrar y no protestan. “Quién te crees que eres?” Es el nombre de uno de los diez capítulos; otro es “La mendiga”, que supongo se corresponde al título escogido por la autora para el volumen.
 Esta es canadiense de Ontario, nacida en 1931. Se crió en una granja y en malos tiempos económicos, circunstancias que condicionan sus relatos. Recomiendo “Demasiada felicidad”, selección de cuentos, además del libro que nos ocupa.

De este libro se puede decir al tiempo que es una novela y una colección de relatos. Los capítulos pueden leerse sueltos, como historias pequeñas, pero lo mejor es leerlos seguidos tal como los encontramos. Nos cuenta la vida y pensamientos de Rose, su relación con Flo, su madrastra; pero mucho más, a lo largo y ancho de varias décadas. La galería de personajes es amplia sin que ninguno sea descartable. Vivimos las aspiraciones y la realidad dura de la gente humilde; la violencia en el hogar, la escuela, la calle. Amores crueles y amistades turbulentas.  Los prejuicios. La falta de solidaridad entre gente que, en el fondo, no es tan desigual como cree: en cuanto vivo un poco mejor que tú te miro por encima del hombro. Hanratty es la población de Ontario en la que la mayoría de los personajes viven; su norte, en sentido real y figurado, es Toronto, la gran ciudad de los triunfos.

 Llama la atención, dentro de la gran ambientación general, tan vívida, la importancia de los hogares, su descripción; la decoración dice mucho de la gente, lo que quiere ser y lo que es, lo que tiene y lo que desea.
 Munro escribe muy bien, no sin humor en ocasiones, aunque prima la profundidad desengañada, la comprensión del miedo ante la vida.
 Leo la primera edición de Lumen, abril de 2019, 308 páginas femeninas.

Luis Miguel Sotillo Castro

lunes, 4 de mayo de 2020

SESIÓN NOCTURNA. Michael Connelly


Presentación de Renée Ballard como protagonista. Es una detective con catorce años de veteranía en el departamento de policía de Los Angeles, relegada al turno de noche por haber osado denunciar a un superior por acoso sexual. Se crió en Hawai, hija de un surfero con mal destino. En Los Angeles vive con su perro junto al mar.

 Siempre me ha llamado la atención que el Pacífico sea irrelevante en las novelas de Connelly protagonizadas por el angelino Harry Bosch; parece que en esta serie nueva con Ballard el mar va a ser un personaje habitual, me gusta. Bosch y Ballard coincidirán en “Noche sagrada”, novela de 2018; esta “Sesión nocturna” es de 2017.

 Como pasa siempre con Connelly, uno de los méritos de la novela es la credibilidad. La descripción de la policía angelina, no sólo en su acción investigadora y represora del crimen, también de la política condicionante y su funcionamiento administrativo, hacen que te creas todo, sin que las explicaciones minuciosas ralenticen las peripecias ni distraigan de ellas.
 Un problema de Renée Ballard es que debe traspasar sus investigaciones inacabadas al turno de día, al fin de su jornada; esto supone que deba abandonar casos,  iniciados por ella o heredados. Contra el parecer de su compañero de sesión nocturna, intentará quedarse algunos sin transferirlos, lo que supone trabajar fuera de su turno y violentar las reglas. Dejo al lector que averigüe lo demás.

 Teniendo en cuenta la edad avanzada de Harry Bosch, retirado ya de la policía angelina, protagonista de más de veinte novelas, supongo que Connelly nos va a entretener con más novelas de Ballard. Las espero con ilusión.



Luis Miguel Sotillo Castro

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