jueves, 26 de noviembre de 2020

LOS HERMANOS ASHKENAZI. Israel Yehoshua Singer

 

Estamos ante uno de esos libros que hay que leer sin prisas, entre otras cosas porque son más de 600 páginas y con sustancia, calentándolo en el butacón de orejeras como si de una copa de coñac se tratara. En la órbita de las “Memorias de un europeo” de Zweig, pero novelada, es de esas lecturas que te enseñan muchísimo sobre la historia contemporánea europea sin que te enteres. Una historia además muy desconocida para los que no ofician en la materia, ya que la mayoría sólo sabe de Polonia por su desgraciado protagonismo durante la 2 G.M.

Singer nos relata precisamente el período anterior a la invasión nazi, desde los albores de la revolución industrial hasta el período de entreguerras a través de las vicisitudes de una saga familiar, estructura muy querida a los escritores judíos, protagonizada por unos hermanos gemelos nacidos en el intransigente jasidismo, los eternos Caín y Abel trasladados a Lodz, la ciudad industrial más pujante de ese no-estado, no-nación que fue Polonia hasta 1918.

Lo de hermanos del título es casi un decir, porque el ochenta por ciento del peso de la novela recae sobre el intrigante, ambicioso, astuto, desalmado, déspota y egoísta Simjat Meir, mientras que el noblote, simple, directo y casi primario Yankev Bunnem sólo asoma de vez en cuando en desacuerdos y enfrentamientos con su desnaturalizado hermano. La vileza, las traiciones y la perversidad para con los suyos serán las losas que construirán el camino que conduce a Simjat de renegar de las directrices paternas que lo condenaban a una vida de estudioso jasidí a convertirse en el empresario más poderoso de Lodz.

Esta agitada vida no es más que el hilo conductor para una interesantísima recreación novelada del proceso de industrialización en Lodz, desde sus comienzos con los telares manuales hasta la introducción del vapor, sazonado con una rica mezcla poblacional que incluía judíos, rusos, alemanes, polacos; los primeros movimientos obreros, los abusos del capital, la sempiterna traición de la burguesía, el paulatino ascenso del marxismo de la mano de los judíos precisamente, para terminar en los pavorosos efectos de la I GM y la Revolución Rusa sobre esta importante población y por ende sobre toda Polonia.

Y todo desde la óptica de alguien que conoció algunos de esos sucesos de primera mano, y que, al igual que los protagonistas, renegó de los anquilosados y  excluyentes valores ortodoxos de su familia jasidí y optó por ser un ciudadano del mundo sin dejar de ser judío ni de reivindicar el yiddish, su lengua y en la que escribe sus obras.

No es mucho lo que se sabe de Israel Singer, eclipsado por la figura de su hermano, el premio Nobel Isaac Bashevis Singer,pero sí conocemos de la pertenencia a la izquierda judía de su país, Polonia, de su viaje a la URSS para conocer de primera mano el ansiado paraíso socialista y de su horrorizado desencanto al presenciar la barbarie a la que se entregó el proletariado. Aunque su principal labor la desarrolló como periodista en Europa y EEUU, sus experiencias, ideas y opiniones han quedado también plasmadas en sus novelas.

          Para mí ha sido un auténtico placer descubrir una sociedad tan rica, heterogénea y a la vez tan pisoteada como la polaca en este período histórico, confinada habitualmente a su papel de estado-tapón entre Rusia y Alemania y vapuleada por ambas potencias. Conmueve hasta el tuétano ver cómo esa Polonia castigada, a la hora de constituirse por fin en estado con el nacionalismo por bandera, comete las mismas e incluso peores tropelías contra su pueblo, en particular contra los judíos, para así tener la ansiada entidad propia dentro de Europa. La descripción del pogrom realizado en la ciudad de Lvov pone los pelos de punta. Nada que envidiar los de los nazis ni los estalinistas que sufriría después en la II GM.

Y a pesar de algunos síntomas de cansancio tras su ingente número de páginas, me he emocionado con el excelente final, tan inteligente, tan coherente como poco agradador con el lector buenista. Ahí es donde se percibe la talla de un escritor.

Absolutamente recomendable como testimonio vivo de la historia europea, para cura de racismos, nacionalismos y demás sarampiones que afectan a los que desconocen su propia historia o se tragan la que le enseñan envuelta en nubes de azúcar.

 Sybilalibros

 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

LA BUSCA. Pío Baroja

La Busca, primera parte de la excepcional trilogía “La lucha por la vida” (las siguientes: Mala hierba y Aurora Roja) narra la progresión descendente de Manuel Alcaraz, un chico de provincias que va a la capital a buscarse la vida, pero sólo le sale al encuentro la mala. Su apatía natural hace que se deje llevar por las circunstancias y  por gente de mal vivir aunque no tenga alma de maleante.

Así que toca arremangarse las enaguas, ajustarse el mantón y ceñirse el chalequillo.

Viviremos en pensiones tan estrechas y oscuras que sorberemos el cocido a tientas en el pasillo.

Dormiremos en suelos de corralas apretujados contra golfos y modistillas. No habrá qué comer, pero sí calentaremos nuestras tripas con aguardiente de navajas en tabernas del Manzanares.

Si habemos dos duros, tomaremos café en el Lisboa y luego iremos al baile de las Vistillas con la Rabanitos y la Fea. Si los bolsillos están carpantas, apandaremos unas tiras de encaje o un fardo de crespón con los randas Vidal y el Bizco, a ver si lo colamos al trapero del Rastro.

Si hay que najarse (¡moler!), a pasar la noche en las cuevas del Cerro de los Santos y ya mendigaremos a las “marquesas” de la Doctrina un mendrugo tan duro como su corazón.

Aprenderemos un oficio en el que se cobra en desprecio, sufriremos hambre, frío, traición y abandono, pero habremos conocido el verdadero Madrid de la Restauración.

Y mientras, reprimiremos las ganas de darle un zamarreón a Manuel y decirle que espabile, porque no son más que el reflejo de la maestría de Baroja a la hora de retratar a sus personajes y abocarlos a las más sórdidas de las situaciones para luego dejarles respirar unos minutos fuera del cieno.

Cualquier autorzuelo actual megaventas llenaría 500 folios regodeándose en palabras vacías para construir una novela así. Don Pío, con cuatro pinceladas vibrantes, un léxico riquísimo, un conocimiento verdadero de los suburbios de Madrid (pues los vivió de cerca) y de su habla, nos regala una obra maestra de 190 páginas en la que palpita ese impulso Regeneracionista tan característico del autor como de la Generación del 98.

ABSOLUTAMENTE IMPRESCINDIBLE para los madrileños que se sientan orgullosos de serlo, para los que amamos de lejos esa Villa y Corte de los Milagros; para los amantes de la literatura con mayúsculas, los curiosos del habla de los bajos fondos y de los cambios sociales de la España de finales del s. XIX. Toda una amena y fiel lección de historia. 

Y a los que se pirran con el jamón york de Dickens, les invito a que prueben el realismo social “pata negra” patrio. Ni punto de comparación.

¡No se pierdan las continuaciones!

 ADENDA: Yo he leído una edición infame de El Mundo que andaba por casa, con más fallos de tipografía que la carta de un loco. Si tienen oportunidad, háganse con una buena edición porque la obra lo merece.

Sybilalibros

 

 

 

CARPE DIEM. Saul Bellow

Tenía grandes expectativas con este renombrado autor norteamericano, Nobel por más señas, pero este primer contacto no las ha colmado.

Carpe Diem (Seize the day en inglés) narra la desesperación de un típico hombre fracasado, Tommy Wilhem, que ha perdido trabajo, familia y estima, por tomar el último tren, aquel donde se cifran todas las esperanzas marchitas.

Condensada la acción en un sólo día en el Nueva York de posguerra, somos espectadores de los patéticos esfuerzos de este grandullón, sobrepasado por los reveses de la vida como un párvulo, por conseguir el respeto y el apoyo de su padre, eminente doctor judío cuya única fe es el trabajo y el dinero, pero del que sólo obtendrá desprecio y lástima. Eso le llevará a tirarse en los brazos del primero que enciende una luz para su oscuridad: el inefable profesor Tamkin, supuesto psicoanalista que le ofrece la pastilla del “carpe diem” en la Bolsa.

Novela corta, de apenas 160 páginas, estructurada como una espiral descendente, conjuga  en sí varios géneros: la fábula filosófica para mostrar la soledad existencial de la gran ciudad donde pululan oportunistas ávidos de jóvenes huérfanos de referentes tras la pérdida de valores que supuso la II Guerra Mundial; la crítica acerada al modo de vida judío (Bellow es judío) basado en la excelencia por encima de todo y el retrato íntimo de almas angustiadas. Esta diversidad de planos hace que la lectura se detenga a menudo en párrafos que te hacen ausentar de Broadway un rato para deambular por tu propio interior:

"Hay algo que debería tener claro a estas altura: ganar dinero es un acto de agresión. Eso es todo. La explicación funcional es la única que vale. La gente va a la Bolsa a quitar de en medio a sus rivales. Dicen: Me los voy a cargar a todos. No es casual. Sólo que no tienen valor para cargarse de verdad a alguien, y lo hacen simbólicamente. El dinero. Matan con la imaginación"

Carpe Diem, auténtica apología del perdedor con final sobrecogedor, no termina de cuajar en el corazón del lector, a pesar de la inteligencia escritora de Bellow. Supongo, ya que es la única que he leído de él, que se debe a su juventud en el corpus del autor, como si fuera un ensayo de otras novelas suyas posteriores que han alcanzado el Olimpo de la Literatura.

Aún así, me ha dejado el suficiente regusto como para querer acercarme a otras obras de Bellow y para, desde esta humilde tribuna, recomendar su lectura.

Sybilalibros

 

 

 

sábado, 7 de noviembre de 2020

LA BRISCA DE CINCO. Marco Malvaldi

 

Me acerqué a Malvaldi por la serie de televisión «Los asesinatos del bar Lume» porque me hacían mucha gracia los personajes y el dialecto toscano. Además, las opiniones acerca de los libros en internet eran muy alentadoras.

Sin embargo, he de confesar que me ha decepcionado un poco. No me he divertido con el libro como esperaba.

Varios factores confluyen en esta percepción. Primero, por qué no decirlo, la expectación creada. Reconozco que lo cogí con muchas ganas, pero me fui desinflando según transcurrían los capítulos, aunque al final remonta.

Segundo: se trata de la primera novela de una serie y en estos casos la estructura suele estar un poco confusa y los caracteres de los personajes aún sin conformar, excepción hecha del cuarteto de jubilados que funciona como un coro griego deslenguado maestro del incordio así como la personalidad cínica y amargada de Massimo, el barista/detective a su pesar.

Pero un lenguaje mordaz y procaz no es suficiente para atrapar al lector. El caso criminal es casi insustancial y previsible y apenas ocupa unas páginas en comparación con el espacio dedicado a los rifirrafes entre personajes, con lo que el atractivo del suspense y de una investigación fatigosa se queda en agua de borrajas. Prima la atención al costumbrismo y a pesar de ello, desde mi punto de vista, falta ambiente, apenas recreado por los intercambios verbales. No me ha angustiado el asesinato de una jovencita cuyo cuerpo ha sido abandonado en un contenedor ni he apagado la luz comiéndome la cabeza por averiguar el asesino.

Las comparaciones son odiosas, pero creo que el autor no está tocado con el don de la gracia, algo que fluye natural en Camilleri y su escritura carece de la fuerza de Manzini, por poner dos ejemplos de la actual novela negra italiana más conocidos por el gran público.

Para pasar un rato entretenido y nada más. Me gusta más la serie de televisión. Creo que los abundantes diálogos ganan en gracia y sentido cuando los incorporan los actores.

He leído la novela en su versión original en italiano publicada por Sellerio. La edición en español corre a cargo de Destino.

  Sybilalibros

 

 

viernes, 6 de noviembre de 2020

COMO UNA NOVELA. DANIEL PENNAC

 

Pennac es como un alter ego de “bas quartier”, mi compi de oficio enseñante y quien me cuenta las historias más estrafalarias y divertidas en la serie de la familia Malaussène, que recomiendo vivamente.

Este libro nace precisamente de la vocación docente del autor como respuesta a la eterna pregunta de por qué no leen nuestros jóvenes. El resultado es un breve pero amenísimo ensayo sobre el hecho de leer, pero, sobre todo, una conmovedora arenga por las libertades de la Lectura.

Si sois lectores de vocación, ocasionales o transeúntes; de verano o de Navidades, de metro o de sofá; o lo fuisteis y perdisteis las ganas en algún rincón del estrés diario: leedlo.

Si leíais a vuestros hijos en la cama pero ya no leen, si compartís lecturas con ellos o con amigos: leedlo.

Leedlo para vosotros, en silencio; en voz alta, comentando; discutidlo, subrayadlo, regaladlo. Pero ¡LEEDLO!

Sybilalibros

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