Le
Goff, francés que vivió entre 1924 y 2014, goza de gran prestigio como
medievalista. Reconoció generosamente a sus maestros y es alabado por sus
numerosos discípulos. Este libro recoge cuatro de sus ensayos.
Primero,
Tiempo y trabajo. Analiza la obra del maestro Michelet, historiador que vivió
en el XIX. Me faltan conocimientos para disfrutar esta parte. Luego nos habla
de la concepción del tiempo de los medievales, asunto apasionante enlazado con
el trabajo, los gremios, el comercio, la usura… ¿Es lícito prestar y cobrar
intereses? ¿No es eso una apropiación del tiempo, que el paso de los días
encarezca el préstamo? Por otra parte, ¿Qué oficios son honorables, cuáles degradantes?
Analiza las influencias grecorromanas, judeocristianas, bárbaras, en todo ello.
Segundo,
Trabajo y sistema de valores. Estudio sobre las universidades, la de Padua, por
ejemplo; sus relaciones con el poder político. Quién estudiaba en ellas, qué se
estudiaba, cómo se financiaban.
Tercero, Cultura erudita y cultura popular.
Aborda asuntos concretos, franceses, que no me interesan gran cosa, salvo las
leyendas sobre Melusina. El gran Manuel Mujica Láinez tiene una novela al
respecto de esta mujer hada y serpiente, El unicornio.
Cuarto,
Hacia una antropología histórica. La investidura feudal. ¿Qué hay detrás del
célebre “yo te armo caballero”? Ritual del vasallaje, sus antecedentes y
consecuencias.
Siendo
el libro de interés irregular, en mi pobre opinión de aficionado, tiene una
virtud grande: Pone a pensar y enseña.
Los
de Alfonso el Batallador, Urraca de León, Isidoro de Sevilla, Menéndez Pidal,
Ordoño IV y Claudio Sánchez Albornoz son los nombres españoles que podemos
leer; entre cientos de personajes, franceses, principalmente. De ahí que el
subtítulo “Tiempo, trabajo y cultura en OCCIDENTE” me parezca, bueno,
exagerado. Comprendo que bastante compleja es la Historia de la Edad Media
europea como para meterse a fondo en las peculiaridades de una península
ibérica con reinos cristianos y musulmanes en conflicto. Pero quizá se podría
ser menos pretencioso titulando.
Me
gusta la reivindicación de la etnografía, por su comprensión de que sin la
cultura popular, sin la historia corriente de la gente menuda, no hay Historia.
El gran Julio Caro Baroja estaría de acuerdo.
La
edición original es de 1978. Leo la segunda edición de Taurus, de 2020. 516
páginas.
Luis
Miguel Sotillo Castro.
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