miércoles, 19 de febrero de 2020

TODO. Kevin Canty


Me gusta cuando encuentro por sorpresa, sin opiniones previas, a un autor que me trastoca el lenguaje sin ser un pedante, que me habla de temas de siempre pero con palabras disparadas a quemarropa.

Ambientada en un pueblecito de Montana, dominado por las Rocosas, los ríos trucheros y los infinitos lagos alrededor de los cuales se han aposentado millonarias mansiones que vulgarizan el paisaje y desplazan a los lugareños a carreteras de neón, Todo nos narra un momento en la vida de cuatro personajes, apoltronados en la deriva, a los que les salta una chispa circunstancial que les hace plantearse un cambio de rumbo:
RL,  prototipo del cincuentón mal divorciado, que aplica el “laissez faire” hogareño y con las amistades,  al que sólo preocupan las truchas y su hija, por este orden, retoma una vieja aventura de juventud al acoger en su casa a Betsy, enferma de cáncer, que vive en medio de las montañas en una utopía naturista. Sin preguntas, sin esperar nada a cambio, sólo sentirse bien el uno con el otro, ambos intentarán una relación que no les conduzca de nuevo al fracaso. 

Layla, la hija de RL de 19 años, lucha contra su alma dividida entre  la llamada de la naturaleza salvaje en la que se ha criado o la universidad en Seattle donde la espera un novio intelectualoide y progresista, amigo de las relaciones abiertas.
Y la que hasta entonces era una referencia de estabilidad para padre e hija, June, amiga de la familia, decide librarse del ancla de viuda inconsolable y vender la casa que la ata a su difunto marido.

A ellos habría que añadir un quinto protagonista, majestuoso, potente, rebelde, tan relacionado con los estados de ánimo de los personajes que una nevada o un extraviado viento cálido en marzo cambian la dirección de la novela: el paisaje. Su descripción, evocadora y brillante, me ha recordado a Stegner o MacLean. Puro goce.

Presentada como la novela de las segundas oportunidades, creo que es más que eso, que es el relato de la fuerza regeneradora de las mujeres, de su capacidad para reinventarse, mientras los hombres que aparecen no hacen más que dejarse llevar por la corriente de sus compañeras, incapaces a veces de comprender los cambios que pululan en sus cabezas.
Áspera, ruda en sus diálogos, emotiva en los sentimientos no expresados, desconcertante en las fugas desesperadas (¿qué fuga no lo es?), exultante en la naturaleza, Canty disfruta con los juegos de palabras, las reflexiones contradictorias y dejando que sus criaturas actúen y hablen por impulso.
Hay una frase de June en el libro que define perfectamente el sentido de éste: “Ni siquiera sé joder mi vida de la manera correcta”.
Voy a darle una vuelta a esto a ver si por lo menos jodo mi vida bien, nos viene a decir.

Me ha gustado bastante, he disfrutado mientras leía y lo recomiendo porque siempre es bueno abrir las ventanas y respirar otros aires literarios, sobre todo si son tan frescos como este.

Sybilalibros

lunes, 10 de febrero de 2020

BOWIE. Una biografía. María Hesse, Fran Ruiz

Tendría yo unos trece años cuando descubrí a Bowie. Su imagen
impactante en revistas como Popular 1, sus canciones en emisoras
de radio minoritarias, las portadas de sus discos. Una buena
distracción de entonces era ir a las tiendas de discos a ver
portadas, raramente podía comprar. Conservo desde entonces el Lp
Aladine sane. Han pasado cuarenta y cinco años. Él nunca supo
que yo lo consideraba mi amigo íntimo, que seguía su carrera, sus
publicaciones, ilusionado.
Cuando una mañana invernal de 2016, apenas despierto, me
enteré de su muerte -el día anterior había comprado Blackstar, su
última obra de arte-, volví a la cama. Esperaba despertar más tarde
y que hubiese sido una pesadilla. Los días siguientes quedó claro
que se había ido, porque los medios españoles le dieron tratamiento
de estrella, lo que nunca habían hecho. Necrofilia con vestimentas
teñidas de hipocresía chillona.
Es este libro amoroso por el texto de Fran Ruiz, bello por las
ilustraciones de María Hesse. Nos cuenta la vida de Bowie a
grandes rasgos, de manera poética; va dirigido al corazón, no a las
vísceras del cotilleo. Se agradecen el cariño, el respeto, la alegría
nostálgica y la emoción. Imprescindible para los fans de Bowie,
interesante para los que sientan admiración o curiosidad por él
desde la lejanía.
Leo y miro la segunda reimpresión de LUMEN, noviembre de 2018;
167 páginas enamoradas y bienhumoradas.

Luis Miguel Sotillo Castro

martes, 21 de enero de 2020

UN ESPÍRITU REBELDE. Herbjorg Wassmo


Wassmo es una novelista noruega nacida en 1942. “La casa del mirador ciego”, “La habitación muda” y “El cielo desnudo” forman la trilogía sobre la muchacha Tora, editada en español por Nórdica. Me encantó, desde entonces busco algo más suyo. Encontré esta novela en el Rastro madrileño, inopinadamente; momento mágico de lector compulsivo.

“Dinas bok” es el título original. Lo de “un espíritu rebelde” es tan apropiado como vestir a un potro con smoking, que además le quede corto y estrecho. Cosas de Círculo de Lectores, editorial cuya lápida debería rezar: Con mis libros llené de maravillas vuestros hogares grises.
 Ante Dina, la protagonista,  Lucrecia  Borgia  es una simple, Escarlata O’Hara una muchacha discreta y sensata. A Robert Graves, masoquista de género, en cuyas obras los varones son peleles a merced de las mujeres, le habría encantado esta novela.
Dina es el Norte, duro y ártico. Monta a pelo un caballo negro, tan poderosa como infeliz. Pasa resuelta del aislamiento temeroso al dominio misántropo sobre los otros. Si se relaciona, manda. Mandar es destruir la libertad ajena, siempre.
 La muerte terrible de la madre durante su niñez marca a Dina. El Destino, frío como la Biblia luterana cuyas citas encabezan los capítulos, graba su marca al rojo vivo, entre nieves, sobre la piel infantil; quiebra su alma con el peso gélido del sentimiento de culpa. Huye del remordimiento hacia delante, tocando quieta el violonchelo entre sus piernas  o galopando temerariamente por caminos invernales imposibles; acumulando culpas nuevas, como nieves recientes sobre el paisaje helado.

 ¿Por qué leer novela tan tremenda? Por lo bien que nos hace vivir el norte de Noruega en el siglo XIX, mucho antes de la prosperidad petrolífera. Por unos quince personajes perfectamente creados, con verosimilitud y claridad. Porque a menudo he leído el mismo párrafo varias veces, por puro placer lector.

 Leo la edición de Círculo de lectores de 1994, la original es de 1989.

Luis Miguel Sotillo Castro

ASTRONAUTAS. Stanislaw Lem


Stanislaw Lem es fenómeno curioso, como un planeta errante; una estrella mundial de la ciencia ficción sin ser anglosajón. Lean su obra más significativa: “Diarios de las estrellas”, con el viajero estelar Ijon Tichy  a los mandos de la nave.

Uno mira con simpatía los teléfonos fijos con cordón, las grandes radios pegadas a la pared sobre una repisa de madera. Sin ellos, hoy no pasearíamos con toda la información inútil del mundo dentro de un gusano en la oreja.
 Uno mira con simpatía a los pioneros de la ciencia ficción, pasados de moda, ingenuos, pero cimientos del fantástico edificio que vino después. Lem tiene la peculiaridad de ser polaco, algo casi exótico en un género de triunfadores mayoritariamente estadounidenses. En una Polonia bajo la bota soviética, las aventuras en Marte y el humor podían eludir la censura y sus arenas movedizas.

Lem intentaba publicar una novela contemporánea, pero las autoridades le ponían reparos, como que no resaltaba suficientemente el papel positivo del Partido Comunista en la Historia. Harto, necesitado, se pasó a la ciencia ficción, género en el que ya tenía alguna experiencia. “Astronautas” resultó un éxito inesperado, también en el extranjero, hablamos de 1951. Su carrera se encaminaba hacia el futuro.

 Salvo la densa “Solaris”, sus novelas se caracterizan por el humor, a menudo sarcástico. El éxito de “Astronautas” en Polonia se debe al contraste con el realismo socialista en boga; en el extranjero, tal vez a su apariencia científica, pero no enrevesada. Lem imagina en “Astronautas” un origen marciano del famoso meteorito siberiano de 1908, sabios cercanos  y un Marte civilizado y agresivo.
 Debo decir que la novela queda hoy anticuada. La leerán con simpatía los aficionados al género.
 Leo la Edición de Impedimenta, marzo de 2016. 373 páginas.

 Luis Miguel Sotillo Castro

lunes, 16 de diciembre de 2019

EL CELOSO EXTREMEÑO. Miguel de Cervantes

Leo y releo mucho a Cervantes. No suelo contarlo porque la reacción de la gente suele ser extraña: te miran como si fueras una pedante amargada sin vida social dispuesta a soltarles un discurso. Creo que es por desconocimiento del autor, porque se asocia con la obligada lectura de El Quijote en el bachillerato y el rechazo que ello suponía, amén de la dificultad que conlleva nuestro castellano del siglo de oro para muchas personas.

Y es una pena, porque se pierden un autor amenísimo, divertido, ocurrente a más no poder, nada prolijo como los tostones del XIX, creador de unos personajes tan geniales como auténticos, con un dominio de la lengua... No sigo que me desparramo 😄

Llevo una temporada con poco tiempo para leer, así que echo mano de los audiolibros de la biblioteca pública para mi diaria dosis de "lectura" (el mono lo llevo fatal) mientras realizo otras tareas para las que los clásicos son el complemento ideal (voz humana. De sintetizador para clásicos, un horror).
Y claro, me estoy poniendo tibia con las Novelas Ejemplares, que aunque ya las he leído (algunas en varias ocasiones) me fascinan, sobre todo las que tienen por marco la ciudad de Sevilla como esta del Celoso Extremeño, que nada más por su comienzo, en el que describe al personaje y la Sevilla del XVI con la lengua coloquial de aquel entonces, vale más que cien sesudos ensayos de Historia. ¡Qué maravilla!

Os lo trascribo:
"NO HA MUCHOS años que de un lugar de Estremadura salió un hidalgo, nacido de padres nobles, el cual, como un otro Pródigo, por diversas partes de España, Italia y Flandes anduvo gastando así los años como la hacienda; y, al fin de muchas peregrinaciones, muertos ya sus padres y gastado su patrimonio, vino a parar a la gran ciudad de Sevilla, donde halló ocasión muy bastante para acabar de consumir lo poco que le quedaba. Viéndose, pues, tan falto de dineros, y aun no con muchos amigos, se acogió al remedio a que otros muchos perdidos en aquella ciudad se acogen, que es el pasarse a las Indias, refugio y amparo de los desesperados de España, iglesia de los alzados, salvoconduto de los homicidas, pala y cubierta de los jugadores (a quien llaman ciertos los peritos en el arte), añagaza general de mujeres libres, engaño común de muchos y remedio particular de pocos.
En fin, llegado el tiempo en que una flota se partía para Tierrafirme, acomodándose con el almirante della, aderezó su matalotaje y su mortaja de esparto; y, embarcándose en Cádiz, echando la bendición a España, zarpó la flota, y con general alegría dieron las velas al viento, que blando y próspero soplaba, el cual en pocas horas les encubrió la tierra y les descubrió las anchas y espaciosas llanuras del gran padre de las aguas, el mar Océano."
Y de aquí se sigue trama entre galante y engañosa, moral y costumbrista, para "exiemplo de doncellas virtuosas e maridos celosos".

Perdedle el miedo a Cervantes. Si os cuesta la lengua cervantina (que para mí es el mayor deleite de su lectura), hay ya en el mercado versiones adaptadas, aunque pierden el 80% del valor y el encanto en mi modesta opinión.
Sybilalibros@siyofueralibro

Destacado

El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani

 " Yo, igual que ella, carecía de ese gusto instintivo que caracteriza a la gente corriente [...] más que el presente, contaba el pasad...