lunes, 22 de noviembre de 2021

EL UNIVERSO DE GENE TIERNEY. Varios

Eres un preadolescente enamorado. Ella. Intocable, tan lejana como una estrella; pero su brillo deslumbrante tan próximo convierte tu pupila mental en una cabeza de alfiler, que te clavas en el pecho una y otra vez.

Pasa el tiempo, tus veinte años, también. El amor es otra cosa ya, que incluye el cine. Un buen día, ves una peli policiaca y eres ese poli soso fascinado, estupefacto, porque te enteras con él de que Laura vive, no es intocable, el mundo existe; ya, existía antes, quieres decir que el mundo importa. Vuelves a tener trece años y Laura es la belleza, es lo único que has deseado siempre. Laura viva te hace creer que mereció la pena nacer.

 Gene Tierney es Laura, El diablo dijo no, El fantasma y la señora Muir, Que el cielo la juzgue.

 La belleza y el tiempo son enemigos. Siempre gana la guerra el tiempo. El cine y la vida son enemigos, siempre gana la guerra el cine. Lo demás, sólo es la realidad.

La primera foto en estas páginas es de Tierney en su esplendor; la segunda, es ella con sus nietos. A continuación, un breve prólogo amoroso de uno de sus nietos. Después, toda su filmografía, película por película, con textos oportunos de varios autores. Luego, un “índice de conceptos”; textos sobre acontecimientos y personas que fueron relevantes en su vida, con pequeñas biografías de estas. Todo entreverado con fotos maravillosas, claro.

Preciosidad de libro, con los cotilleos y desgracias irremediables sobre su vida privada; pero, principalmente, es un volumen sobre el cine y la belleza. Edita Notorius, en 2020, año orwelliano; escóndanse en un cine.

 

Luis Miguel Sotillo Castro.

 

domingo, 14 de noviembre de 2021

GULAG. Anne Applebaum

¿Por qué el comunismo, siendo más letal que el nazismo, tiene presencia y prestigio en 2021? Por lo mismo que nos impresiona más un veneno repentino en un anillo que matar a alguien, a lo largo de semanas, con pequeñas dosis de arsénico; esto último parece menos atroz, por estar diluido en el tiempo. Los nazis son la destilación y condensación de la maldad humana. Aprovecharon sus doce años para demoler todas las fantasías sobre la bondad; para apagar, con gases invisibles, los brillos de las miradas infantiles.

 El comunismo no tiene prisa. Lleva un siglo largo oprimiendo, robando, matando a la gente. En circunstancias económicas y culturales diferentes, en cuatro continentes, el comunismo ha sido y es sangre y miseria. Es la Peste, que en Carnaval se disfraza de indígena, ecologista, feminista y se mezcla con el pueblo. Muchos burgueses intelectuales vestidos de obreros les ríen las gracias y contribuyen al engaño. Que tipos como Jean Paul Sartre, Bertolt  Brecht, Máximo Gorki, gocen de prestigio intelectual, cuando fueron avalistas de crímenes contra la humanidad, da una idea de la rendición de las democracias. La autora de este libro nombra a los tres como cómplices.

 Tras Carnaval viene Cuaresma. En el miércoles de ceniza comunista  se hace la señal de la hoz y el martillo en la frente del pueblo  con las cenizas de los expoliados, asesinados, por el Partido.

 

Este libro es riguroso, exhaustivo, documentado, ordenado. Primero, los antecedentes bolcheviques, desde 1917. Hay que recordar que Lenin no controla el Parlamento nuevo, tras la destitución del Zar, de manera que lo cierra por la fuerza, simplemente. Desde entonces, la necesidad de reprimir será imprescindible. El sistema de campos de concentración y trabajo esclavo será una de las herramientas para sostener la tiranía. El 13 de octubre de 1923 es clave: Dzerzhinski convence al Gobierno de la necesidad de crear el primer “campo de importancia especial” y ponerlo bajo el mando de la CHECA. El sistema GULAG empieza.

 

La primera parte del libro se titula Los orígenes del Gulag, 1917-1939. Impresionan los trabajos forzados para construir el canal del mar Blanco, en el Ártico. Esta época incluye los años 1937 y 38, los del “gran terror” staliniano.

La segunda es La vida y el trabajo en los campos. Nos cuenta minuciosamente lo que el título indica.

La tercera y última parte se llama El auge y la caída del complejo industrial de campos, 1940-1986. El Gulag durante la guerra, bajo Stalin y los demás hasta Gorbachov.

 Una constante del Gulag, en épocas más duras y menos para los presos, era la preocupación por el rendimiento económico. Los jefes de campo estaban obligados a sacar beneficio a sus trabajadores esclavos. Estos podían ser delincuentes comunes o políticos, o gente que había caído allí a lo Kafka, sin saber el motivo. Si reventaban a la gente a trabajar, desprotegida ante el frío ártico o siberiano, mal alimentada, era para obtener beneficios. Si mejoraban las condiciones de los presos, era para obtener beneficios. El ser humano en sí, nada importaba. No voy a regodearme en sucesos terribles, anécdotas sangrantes, humillaciones y heroicidades increíbles. Lean.

 

Este trabajo  es de 2003. Applebaum aporta informaciones, documentos, testimonios, a los que no tuvo acceso Alexander Solzhenitsyn para su Archipiélago Gulag en 1973; libro del que abominó la intelectualidad europea ¿demócrata?, por eso de “no hacer el juego al capitalismo”.

Leo la segunda reimpresión, de mayo de 2020,de Debate. 671 páginas equilibradas, con mapas, fotos, notas y bibliografía oportunas.

 

Luis Miguel Sotillo Castro.

jueves, 11 de noviembre de 2021

REFLEJOS EN UN OJO DORADO. Carson McCullers

MCCULLERS. Así, en mayúsculas. De respeto, admiración, devoción, agradecimiento por cada página suya, y de amor sin fisuras. Pocos autores me mueven tanto como ella.

Tenía vagos recuerdos de una película extraña, vista a una edad en la que la historia y la manera de contarla eran difíciles de asimilar; por eso cuando el libro cayó en mis manos, el ansia de comprender y saber qué  pluma había pergeñado aquello hizo que lo devorara en una sola noche que adquirió tintes sádicos, entre la angustia por lo que leía y el inmenso placer que me proporcionaba.


Como una sibila antigua, Mccullers me iba envolviendo en la atmósfera asfixiante del cuartel sureño donde se iba a desarrollar un drama latente durante largos años, pausadamente, sin estridencias, con esa prosa suya tan serena que hace estragos, hasta hacerme cómplice de su “voyeurismo”, adentrándome en cada casa, persiguiendo a cada personaje, viéndolos sufrir desde la distancia que la autora siempre marca en sus obras, para terminar en una catarsis turbadora.


Catarsis, porque “Reflejos en un ojo dorado” es una tragedia griega en prosa, rigurosamente clásica en su estructura de tres actos, cuyos personajes encarnan las pasiones humanas más antiguas: el comandante Penderton y el deseo homosexual reprimido, su esposa Leonora la insatisfacción, el coronel Langdon, la traición, su esposa Alison, la locura, y el cabo Williams, la fuerza indómita de la naturaleza desencadenante del drama.


 McCullers conoce la magia del teatro, su poder para hablar de lo que la realidad calla, pero no maneja sus recursos como su compatriota Tennessee Williams así que lo traslada al mundo del relato donde es maestra. Desde su prosa limpia de adjetivos onerosos consigue construir un escenario hermético y denso, donde los personajes apenas se mueven, lastrados por el peso de sus almas, reacios a salir de su prisión familiar sin sospechar que el peligro no viene del enemigo sino que acecha en su ventana. El aire se hace irrespirable, sólo el fino bisturí de la palabra de McCullers, delicada, casi amorosa, casi inocente, es capaz de cortar el sofocante vapor y desvelar las enfermedades que corroen la salud de Norteamérica.


Desde la página uno de este pequeño y extraño libro se cierne sobre el lector la sensación de una fatalidad inminente. Las obsesiones de los personajes cierran la puerta a toda esperanza y la soledad, esa vieja amiga que McCullers retrata como nadie, se erige en la nueva diosa griega que juega con los humanos.


La capacidad universal del drama fue tan contundente que la novela generó un escándalo desmesurado en la pacata sociedad norteamericana cuando se publicó en 1941 por atentar contra una institución sagrada para el país como es el ejército y más en esas fechas. No lo olviden, Estados Unidos acababa de entrar en la 2ª GM. 


Público y crítica no esperaban esta provocación de la autora tras el éxito de “El corazón es un cazador solitario” y machacaron a McCullers hasta el punto de no reeditarla, como cuenta Tennessee Williams en el epílogo a la edición de Seix Barral que he leído.


En 1967 John Huston lleva el relato al cine con nada menos que Marlon Brando y Liz Taylor como protagonistas. Sin embargo, alguna maldición cassandrina impide que sea el éxito que se espera de semejante conjunción. 


Yo lo he disfrutado muchísimo, a pesar de la terrible traducción de esta edición (y parece que no hay otra en español, por desgracia). Tiene poco que ver con el resto de la producción de McCullers y a la vez lo tiene todo; es un experimento devastador y brillante que recomiendo apasionadamente. Eso sí, vayan con la mente abierta y el corazón inocente.


Sybilalibros


miércoles, 10 de noviembre de 2021

MORRIÑA. Emilia Pardo Bazán

A mediados de los setenta, en el colegio, de Emilia Pardo Bazán había que saber que era gallega, entre el XIX y el XX, pertenecía a la corriente literaria del Naturalismo y escribió Los Pazos de Ulloa. No es mucho, pero estaba ahí. Debo decir que sin prestigio, todos queríamos modernidades en los setenta, incluso los profesores,  también en los libros; lo del Naturalismo sonaba a aburrido y viejuno, al lado de la sempiterna modernidad de Valle Inclán, Lorca, etc.

Hoy se lee mucho a doña Emilia y es alabada. Se debe a dos motivos, uno práctico: al no cobrar nadie derechos de autor por su obra, se puede leer gratis en un Kindle. Por otra parte, se ha convertido en cartel feminista, ocultándose sus aspectos conservadores y el destino terrible de su hijo (Según la Wikipedia, fue fusilado durante la guerra civil, no se dice por quién. Supongan). Me alegro, en cualquier caso. Su talento para la novela y el relato es enorme, también su penetración para comprender la sociedad.

 Morriña es una novela madrileña de 1889, como Insolación, obra  más que moderna esta, fuera del tiempo, que es mi elogio preferido. De los vecinos de san Bernardo (Calle que atraviesa la Gran Vía hoy) habla Morriña. Los coches de caballos, el servicio, los visiteos formales y cotillas entre conocidos, jueces severos todos de la prosperidad ajena, ocultadores de las penurias propias.

Una dueña de su casa, su hijo estudiante, una criadita gallega, los tertulianos, entre talludos y ancianos, diletantes aburridos, que la doña recibe, son los personajes principales.

Doña Aurora, viuda gallega, es reina de su casa con aspiraciones a Emperatriz del barrio. Su hijo Rogelio, es estudiante en la universidad de San Bernardo, en el barrio; aprendiz de calavera, niño mimado, con tanta personalidad como un tipo de ojos vendados en el laberinto de la vida. Esclavitud es una moza gallega que viene a Madrid a servir; sus antecedentes familiares son vergonzantes, su capacidad de trabajo, admirable. Todos los personajes compartirán techo y vida, en ese Madrid de asturianos, gallegos, españoles de todas partes, incluso hijos capitalinos.

El título no deja de ser irónico, en cuanto que lo que hace desgraciada a la galleguita Esclavitud no es la tristeza por la lejanía de su tierra, si no la cerrazón de la gente, las habladurías, la importancia social de la impostura y la buena imagen.

Doña Emilia saja la sociedad con su bisturí pero, con la otra mano, tapa la hemorragia, a base de humor compasivo, galdosiano. Novela recomendable. Se lee rápido por el interés del cuento  y por el español claro, certero, de la autora, como siempre en ella.

 

Luis Miguel Sotillo Castro.

domingo, 7 de noviembre de 2021

POR OTRA EDAD MEDIA. Jacques Le Goff

Le Goff, francés que vivió entre 1924 y 2014, goza de gran prestigio como medievalista. Reconoció generosamente a sus maestros y es alabado por sus numerosos discípulos. Este libro recoge cuatro de sus ensayos.

 Primero, Tiempo y trabajo. Analiza la obra del maestro Michelet, historiador que vivió en el XIX. Me faltan conocimientos para disfrutar esta parte. Luego nos habla de la concepción del tiempo de los medievales, asunto apasionante enlazado con el trabajo, los gremios, el comercio, la usura… ¿Es lícito prestar y cobrar intereses? ¿No es eso una apropiación del tiempo, que el paso de los días encarezca el préstamo? Por otra parte, ¿Qué oficios son honorables, cuáles degradantes? Analiza las influencias grecorromanas, judeocristianas, bárbaras, en todo ello.

 Segundo, Trabajo y sistema de valores. Estudio sobre las universidades, la de Padua, por ejemplo; sus relaciones con el poder político. Quién estudiaba en ellas, qué se estudiaba, cómo se financiaban.

  Tercero, Cultura erudita y cultura popular. Aborda asuntos concretos, franceses, que no me interesan gran cosa, salvo las leyendas sobre Melusina. El gran Manuel Mujica Láinez tiene una novela al respecto de esta mujer hada y serpiente, El unicornio.

 Cuarto, Hacia una antropología histórica. La investidura feudal. ¿Qué hay detrás del célebre “yo te armo caballero”? Ritual del vasallaje, sus antecedentes y consecuencias.

 Siendo el libro de interés irregular, en mi pobre opinión de aficionado, tiene una virtud grande: Pone a pensar y enseña.

 Los de Alfonso el Batallador, Urraca de León, Isidoro de Sevilla, Menéndez Pidal, Ordoño IV y Claudio Sánchez Albornoz son los nombres españoles que podemos leer; entre cientos de personajes, franceses, principalmente. De ahí que el subtítulo “Tiempo, trabajo y cultura en OCCIDENTE” me parezca, bueno, exagerado. Comprendo que bastante compleja es la Historia de la Edad Media europea como para meterse a fondo en las peculiaridades de una península ibérica con reinos cristianos y musulmanes en conflicto. Pero quizá se podría ser menos pretencioso titulando.

Me gusta la reivindicación de la etnografía, por su comprensión de que sin la cultura popular, sin la historia corriente de la gente menuda, no hay Historia. El gran Julio Caro Baroja estaría de acuerdo.

La edición original es de 1978. Leo la segunda edición de Taurus, de 2020. 516 páginas.

 

Luis Miguel Sotillo Castro.

Destacado

El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani

 " Yo, igual que ella, carecía de ese gusto instintivo que caracteriza a la gente corriente [...] más que el presente, contaba el pasad...