-Qué bonitas son las cristaleras. Pues las vidrieras no son para
tanto, oscuras y sucias. Cómo harían esto, sin máquinas, cómo
subirían las cosas tan alto. Yo espero fuera, no pago para ver
piedras.- Es habitual escuchar estas cosas paseando cerca de una
catedral.
Si le rechina como masticar vidrio que llamen cristaleras a las
vidrieras, que no sepan que se aprecian mirándolas desde dentro
del templo; que en la Edad Media sí había máquinas y andamios,
que el dinero no está sólo para chuches, físicas e intelectuales,
puede interesarle este libro.
El autor toma como guía y ejemplo la construcción de la catedral de
Salisbury, Wiltshire, Inglaterra, comenzada en 1219, para
mostrarnos cómo se edificaron estas iglesias. Con referencias a
templos alemanes, españoles e italianos, se centra en las obras
francesas e inglesas.
La primera lección que aprendemos es que la simplificación en
fechas de los estilos es grosera. Románico y Gótico conviven
durante los siglos XII y XIII, hasta que el segundo se impone. No
sólo eso. Veamos dos ejemplos de antecedentes lejanos, en el
tiempo y la geografía. “El principio del arbotante era conocido en
Bizancio antes del siglo X, cuando se añadieron varios a la fachada
occidental de la catedral de Santa Sofía, en Constantinopla, del
siglo V.” “La tradición de flanquear con torres gemelas una fachada
imponente en el extremo oeste de una gran iglesia existía en Siria
ya en el siglo V.”
El libro sigue un orden lógico, no se empiezan por el tejado iglesias
ni buenos libros. Primero nos cuenta acerca de la financiación,
después sobre el trazado de la planta, la cimentación, los muros, las
soluciones a las cargas que estos deben soportar, las cubiertas, las
torres, la decoración, la pintura –eran templos coloreados- , las
vidrieras, las esculturas.
224 páginas, con apéndices oportunos, eficaz y bellamente
ilustradas. Leo la primera reimpresión de Akal, de 2015. El original es del 2012.
Luis Miguel Sotillo Castro
miércoles, 26 de junio de 2019
INSTRUCCIONES PARA UNA OLA DE CALOR. MAGGIE O’FARRELL
Hacía tiempo que
andaba detrás de este libro pero no estaba en el fondo de la biblioteca.
Casualmente, entre las variadas ofertas de Amazon de libros en lengua
extranjera, lo hallé junto con otras bicocas. Soy muy kamikaze cuando se trata
de leer en otro idioma. No me planteo su dificultad sino que me apura la
curiosidad de cómo sonará en su lengua original. Y he de decir que me he pasado
de atrevida, porque la narración de O´Farrell no es compleja en sí, pero las
descripciones de las emociones, enlazadas con las de los recuerdos que
sobrevienen a trazos, o con el paisaje doméstico, me han obligado a releer más
de una vez un párrafo hasta aprehender todos los matices. Esto, más que echarme
para atrás me afianza en la buena opinión que tengo sobre esta autora, sobre
todo a la hora de crear personalidades más que personajes.
Aun tratando el
tema recurrente sobre el que gira la producción de O´Farrell, las siempre
conflictivas pero jugosas relaciones familiares, es una novela más compleja que
La desaparición de Esme Lennox, en cuanto al abordaje de caracteres y su
desarrollo. De hecho, la trama no es más que una excusa para sacar los trapos
sucios de una familia fuera de lugar en muchos aspectos: irlandesa, católica e
inmigrante en Inglaterra, a la que la segunda generación le ha salido más
inglesa de lo que a la agitada, parlanchina, agotadora Gretta, a la sazón madre
y cabeza visible de esta reunión familiar, le hubiera gustado.
Londres, verano
del 1976, plena ola de calor, Robert Riordan, jubilado padre de familia,
taciturno y más rutinario que un atasco en hora punta, sale de su casa una
mañana para no volver más. No hay señales violentas ni notas explicativas ni
amigos que den noticia de él. Gretta recurre a sus desperdigados y mal avenidos
hijos para encontrarlo: el mayor, Michael Francis, un amargado profesor de
instituto cuyo matrimonio hace aguas; Monica, la guapa y abnegada mártir de la
familia, favorita de sus padres, a pesar de haber cometido el terrible pecado
del divorcio; y la pequeña y extravagante Aoife, que escapó a N.Y para no
sufrir más la incomprensión del clan. El reencuentro y la obligación de colaboración
mutua son dignos de Tennessee Williams: los rencores producen tal energía que
podrían iluminar el árbol del Rockefeller Center por sí solos.
Hipocresía
sostenida por la educación en el silencio, secretos de familia, personajes disconformes
que se rebelan a su manera contra los valores tradicionales que la omnipresente
madre pretende a toda costa mantener, aun cuando hace tiempo que se han
derrumbado los cimientos sobre los que se habían construido. En definitiva, una
olla a presión muy bien narrada gracias a la enérgica e infatigable prosa de la
autora.
Un solo pero: el
final. Creo que no está a la altura de las expectativas creadas. Pecata minuta
para una novela de indudable calidad narrativa.
Recomendación encarecida para buenos lectores.
Sybilalibros@YoLibro
miércoles, 19 de junio de 2019
TODO LO MEJOR. César Pérez Gellida
Sigo en la búsqueda
de autores españoles actuales que me permitan tomar el pulso de la nueva
narrativa patria y salvo poquísimas excepciones, sigo decepcionándome (o será
que no miro en los sitios adecuados). Esta vez con Pérez Gellida, aunque con
matices.
“Todo lo mejor” cuenta
con el gancho de la novela policíaca y tiene un punto de partida muy atractivo
(qué novela ambientada en el Berlín dividido no lo es): unos inexplicables
asesinatos de niños con extrañas marcas de haberles extraído sangre hallados en
la DDR, donde se supone que no existen estas cosas, despiertan la curiosidad
del jefe de la Kripo, Otto Bauer, honesto policía y homosexual. Ante la
ausencia de pistas, será ayudado por un despiadado detective de la URSS,
Lavrov, entrenado en la crueldad del KGB soviético y, para rizar el rizo, hijo
de un brigadista vasco que decidió por ideología quedarse en la URSS tras la II
GM, que está destinado en Berlín oriental para investigar a “topos”
del servicio secreto occidental. En medio de ambos, la temible Stasi.
La intriga está
servida y juega a su favor tanto la buena ambientación de la época como la
agilidad de la narración, sin puntos muertos en ella. ¿Qué es lo que falla con
tan buenos presupuestos? Para empezar el apresuramiento y la falta de reposo
que hubiera elevado la calidad narrativa: demasiadas e innecesarias perífrasis
y una adjetivación sobreactuada en repetidas ocasiones; por otro lado, la
construcción de los personajes, entre el cliché y las concesiones a la
actualidad, con un lenguaje tan castizo que más que de Berlín parecen de Vallecas.
No conocí a ningún alemán oriental pero estoy segura de que no se expresaban
así. Más le hubiera valido situar la novela en España que hubiera quedado más
creíble.
También chocan lo
buenísimos que son los personajes de la DDR mientras que los espías de la
Alemania occidental son unos fascistas. Intuyo un tufillo ideológico en el
asunto.
En resumen, creo
que hay maneras en Pérez Gellida pero se pierden en la inmoderación. Quizás un
mejor asesoramiento por parte de su editorial lograría un aprovechamiento más
acertado de su habilidad para contar. Conste que esta opinión se basa únicamente
en esta novela, ya que desconozco el resto de su obra.
Sybilalibros@YoLibro
lunes, 17 de junio de 2019
LOS PÁJAROS. Daphne du Maurier
Reunión de seis relatos extraordinarios, estupefacientes. Tengo la
impresión, siempre que leo a esta mujer, de disfrutar con una
pionera, en cierto modo. Cosas que me parecieron originales en su
día ya las había expresado ella, según voy descubriendo.
Daphne de Maurier, 1907-1989, londinense, amó y vivió Cornualles,
escenario de varias de sus historias. Recomiendo, además de las
obras citadas en este comentario, las novelas “La posada de
Jamaica” y “Mi prima Rachel”.
Lo que este libro contiene:
“Los pájaros”, menos de 40 páginas. Celebérrimo por la película de
Hitchcock. Esta no es fiel al relato, pero da una idea aproximada.
Hay personajes distintos en un país distinto y los hechos no son los
mismos; el horror, sí. Aprovecho para recomendar la lectura de
“Rebeca”, cuya versión fílmica sí es fiel, salvo en el destino de la
señora Danvers.
“Monte Verità”, 70 páginas. Este extraño monte, que se nos
desvelará poco a poco entre las nieblas, con el arte grande de la
autora dosificando los avances del lector, recuerda a veces Xanadú;
mejor, Shangri- La. Pero, como leerán, lo de Maurier es todo lo
contrario que el “Horizontes perdidos” del gran cineasta Frank
Capra.
“El manzano”, 40 páginas. Cuando el horror ominoso que uno siente
proviene de objetos, seres, objetivamente inocentes, indiferentes,
es que el horror surge del interior de uno.
“El pequeño fotógrafo”, 40 páginas. El tedio de la clase alta que
paga la baja. Vacaciones en el mar, amorosas y culpables. La
inconveniente relación entre una marquesa y un fotógrafo cojo.
“Bésame otra vez, desconocido”, 25 páginas. Un hombre tímido
corre el riesgo de perderse por una mujer fascinante y extraña.
¿Qué lo hemos visto muchas veces? No con este talento, esta
capacidad de sorprender.
“El anciano”, 10 páginas. Obra maestra. No se puede decir, evocar,
provocar más sentimientos e ideas con menos. Sorprendente
colofón a un libro excelente. Publicado en 1952, leo una edición de
1987, de Orbis. Un euro en mercadillo solidario.
Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.
impresión, siempre que leo a esta mujer, de disfrutar con una
pionera, en cierto modo. Cosas que me parecieron originales en su
día ya las había expresado ella, según voy descubriendo.
Daphne de Maurier, 1907-1989, londinense, amó y vivió Cornualles,
escenario de varias de sus historias. Recomiendo, además de las
obras citadas en este comentario, las novelas “La posada de
Jamaica” y “Mi prima Rachel”.
Lo que este libro contiene:
“Los pájaros”, menos de 40 páginas. Celebérrimo por la película de
Hitchcock. Esta no es fiel al relato, pero da una idea aproximada.
Hay personajes distintos en un país distinto y los hechos no son los
mismos; el horror, sí. Aprovecho para recomendar la lectura de
“Rebeca”, cuya versión fílmica sí es fiel, salvo en el destino de la
señora Danvers.
“Monte Verità”, 70 páginas. Este extraño monte, que se nos
desvelará poco a poco entre las nieblas, con el arte grande de la
autora dosificando los avances del lector, recuerda a veces Xanadú;
mejor, Shangri- La. Pero, como leerán, lo de Maurier es todo lo
contrario que el “Horizontes perdidos” del gran cineasta Frank
Capra.
“El manzano”, 40 páginas. Cuando el horror ominoso que uno siente
proviene de objetos, seres, objetivamente inocentes, indiferentes,
es que el horror surge del interior de uno.
“El pequeño fotógrafo”, 40 páginas. El tedio de la clase alta que
paga la baja. Vacaciones en el mar, amorosas y culpables. La
inconveniente relación entre una marquesa y un fotógrafo cojo.
“Bésame otra vez, desconocido”, 25 páginas. Un hombre tímido
corre el riesgo de perderse por una mujer fascinante y extraña.
¿Qué lo hemos visto muchas veces? No con este talento, esta
capacidad de sorprender.
“El anciano”, 10 páginas. Obra maestra. No se puede decir, evocar,
provocar más sentimientos e ideas con menos. Sorprendente
colofón a un libro excelente. Publicado en 1952, leo una edición de
1987, de Orbis. Un euro en mercadillo solidario.
Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.
CABALLOS LENTOS. Mick Herron
Primera novela de
la serie del detective Jackson Lamb y su grupo de “apestados” del MI5, el
servicio secreto británico.
Para todos
aquellos que disfrutaron de los locos de La brigada de Anne Capestan, que sepan
que la autora copió la idea de Herron (que publicó esta novela años antes) dándole
un tono más divertido y menos oscuro.
La originalidad
de Herron reside en ofrecer algo distinto a las novelas policiales al uso,
confiriéndoles un toque de humor ácido y bastante negro, para lo cual retuerce
la imagen mítica que teníamos de los Smiley, Bond y demás eminencias del
servicio secreto de Su Majestad y crea
una brigada de desechos del cuerpo, con historiales tan oscuros como las
nieblas del canal, en los que brillan meteduras de pata clamorosas, vicios
inasumibles por la intelligentsia británica y una poco deseable tendencia a no
respetar la jerarquía.
Esta banda de
desheredados, a los que llaman “caballos lentos”, convive odiándose en
unas oficinas clandestinas llamadas “La casa de la ciénaga” bajo el mando del
irreverente, sarcástico,repulsivo e inmoral Jackson Lamb, un digno descendiente
del Quinlan de Orson Welles en Sed de Mal y tiene por excelsa ocupación la más
absurda burocracia del servicio secreto hasta que el secuestro de un joven por
una banda extremista que amenaza con su asesinato en directo al modo yihadista
se cruza en su camino. Se desencadena así una carrera entre los “caballos
lentos” de Lamb, que han topado con una pista de chiripa, y la cúpula del MI5,
deseosa de colgarse una medalla, por resolver el caso.
Intereses ocultos,
espionaje interno, zancadillas y luchas de poder, periodistas caídos en desgracia
que juegan a 4 bandas, nacionalismos isleños, la necesidad de rehabilitación de
algunos “caballos lentos” hacen de la trama un puzzle interesantísimo en el que
nada es lo que parece y todos juegan al despiste.
Aunque tarda en arrancar,
porque se detiene en demasía en el análisis y presentación de cada miembro de
la Ciénaga, llegado a la mitad el libro se desboca en una acción trepidante digna
del Grand National que no deja respirar al lector.
Hábilmente construida,
muy bien escrita, con un estilo cuidado al modo Oxford: inteligencia al
servicio de la crítica social sazonado con un humor cáustico a veces difícil de
apreciar por un público poco habituado.
Lo recomiendo
vivamente y pido a los lectores que se acerquen a este libro que le den el
tiempo necesario aunque la primera mitad les resulte lenta como sus
protagonistas. El disfrute posterior merece mucho la pena.
Sybilalibros@YoLibro
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Destacado
El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani
" Yo, igual que ella, carecía de ese gusto instintivo que caracteriza a la gente corriente [...] más que el presente, contaba el pasad...
-
“Hay 32 maneras de contar una historia y yo las he probado todas; pero en realidad, solo existe una trama. Las cosas nunca son lo que parece...
-
“Pero el destino no tendría la reputación que tiene si se limitara a hacer siempre lo que parece que va a hacer” Una fábula a la strogo...
-
Menos cáustica que sus otras obras, “Las señoritas de escasos medios” es una muestra más del fino, inteligente y mordaz genio literario ...