viernes, 15 de octubre de 2021

EL PERDÓN DE LOS PECADOS. Antonio Fontana

Sigo en mi agotadora búsqueda de autores españoles actuales que valgan la

pena y debo confesar otra decepción. Y eso que viene avalado por Acantilado y premio Café Gijón. 
De fondo (y que no falte) tragedia en la España profunda de posguerra, discapacidad familiar incluida.
Cansino, pesado, trasnochado, vulgar de puro visto y leído por más que el autor quiera darle tono cosmopolita copiando párrafos enteros de Rebeca de Du Maurier. Comparar Manderley con villorrio castellano de cerrado y sacristía es un sacrilegio. 
Vuelvo a preguntarme en qué piensan los miembros de jurados de premios literarios. Aunque sabiendo que la inefable R. Regás participaba en éste, debería haber hecho caso a mis justificados recelos.
No pierdan el tiempo.


Novelilla construida sobre un monólogo que entona un "mea culpa" tan repetitivo que un mantra tibetano tiene más letra. 



Sybilialibros


viernes, 8 de octubre de 2021

EL SENTIDO DEL DOLOR. Invierno para el comisario Ricciardi. Maurizio de Giovanni

Sigo descubriendo noirs italianos. Parece que se les da bien. Como dice mi amiga Julia, el género policíaco es el nuevo costumbrismo, revestido de investigación policial para hacerlo atractivo. Y claro, de costumbrismo tenemos en el Mediterráneo para dar y tomar. 

Giovanni cumple con la norma: detective y ciudad donde trabaja son uno, pero difiere del resto de novelas actuales al alejarse del mundo contemporáneo y ambientarla en Nápoles durante los año 30, donde un Fascismo recién estrenado añade aún más contradicciones a la ya de por sí caótica esencia napolitana, pues en una ciudad fascista (al igual que en sus homólogas comunistas) no pueden existir crímenes, suicidios, violaciones o robos porque el infalible Estado es el garante de la seguridad. Por supuesto, la realidad y el comisario Ricciardi se encargan de contradecir la mentira totalitaria.


Una ambientación diferente merece un detective diferente y Giovanni dibuja un protagonista extraño: al contrario que sus colegas, sobre todo los norteamericanos, que son casi más “bajofonderos” que los criminales que investigan, Ricciardi es de origen noble. No necesita trabajar para vivir pero lo hace porque lo empuja “El Hecho”, una carga que no puede compartir con nadie, que determina su oscura personalidad y lo sume en un dolor abrumador constante. Es taciturno, esquivo y poco amigable para el lector que, sin embargo, queda atrapado por sus ojos verdes sin sombrero y no puede dejar de leerlo. 


En ese muro de soledad sólo les está permitida la entrada, y restringida al atrio de la “sfogliatella” en el Gambrinus, a su fiel segundo el brigadier Maione, al racional forense Modo y al informante travesti Nenita. Meras comparsas en esta primera novela. 

El único personaje que habla de tú a tú a Ricciardi es Nápoles, la ciudad del autor que mima en sus descripciones. Es la Nápoles de los burgueses del Vomero y de los pobres de los Quartieri Spagnoli, de los “scugnuzzi”, los niños de la calle, y de la suntuosidad del teatro San Carlo, donde se desarrolla la acción de esta primera entrega:

Arnaldo Vezzi, divo de la ópera de talento infinito, amado por mujeres y reverenciado por el mismísimo Duce, aparece muerto en extrañas circunstancias justo antes de “vestire la giubba” de Pagliacci. Su carácter caprichoso y tiránico lo hace acreedor de multitud de enemigos por lo que la investigación parece inabarcable. Pero la contumaz perseverancia de Ricciardi, impulsada por un profundo conocimiento de los sentimientos humanos (“el delito es el lado oscuro de los sentimientos” dice Giovanni) irá levantando los pesados telones, de amor unos, de hambre otros, que cubren el crimen.


También en la narración es diferente Giovanni. Su prosa es pausada, floreada en algunas ocasiones (no lo puede evitar siendo napolitano), más atenta a los sentimientos y a hurgar en los tortuosos pensamientos del comisario Ricciardi que a la acción, lo que a mi modo de ver hace que se resienta el desarrollo de la investigación. La ambientación es maravillosa, los personajes bien descritos y el planteamiento muy atractivo, pero de desinfla un poco a mitad del libro y al final comete uno de los peores delitos que puede perpetrar un escritor de novela policíaca según mi amigo y colega Luis: sacarse de la manga un personaje crucial para la resolución del caso, lo que hace menos creíbles los motivos del crimen. 

A pesar de esta pequeña decepción, continuaré leyendo la saga de Ricciardi, dividida en estaciones (como los primeros de Mario Conde), porque me ha gustado el personaje y mucho más Nápoles. Sí, lo recomiendo porque se sale de lo común, y en concreto para los amantes de la Ópera porque van a disfrutar como enanos.


Lo he leído en italiano donde he podido apreciar la riqueza del lenguaje de Giovanni, al que agradezco no atiborrar el discurso con el dialecto napolitano, sólo unas pinceladas.

En español lo edita Lumen y lleva como título El invierno del comisario Ricciardi.


Sybilalibros


miércoles, 6 de octubre de 2021

ASESINOS SIN ROSTRO. Henning Mankell

Tanto oír hablar de Wallander que tenía que probar para opinar.

Vaya por delante que no soy nada fan de la moda del policíaco nórdico, pero he dejado de lado las suspicacias para su lectura. 

Pues han vuelto ellas solitas por derecho propio. 

Leeeeeeeento, aburrrriiiido, trama regular llevada y el tan afamado carácter atormentado e introspectivo de Wallander me parece de lo más cargante. Nula conexión con el detective protagonista y para colmo de males, total ausencia de una mínima dotación de personalidad al resto del equipo investigador que te permita ir más allá de un nombre extraño que aparece de vez en cuando en escena.

No sé si es porque se trata del primer libro de la serie y no está cuajado, si luego mejora, si...Creo que no, que no voy a perder mi tiempo con este señor habiendo otros mucho más interesantes esperando a entrar en mi vida. No se ofendan sus seguidores, es cuestión de empatía con el protagonista y no ha asomado por ningún lado.


Sybilalibros


domingo, 3 de octubre de 2021

LAS INQUIETUDES DE SHANTI ANDÍA. Pío Baroja

Gratamente sorprendida con este amenísimo libro. No me lo esperaba de D. Pío. Una tenía aún el recuerdo agridulce del Baroja colegial, aquel de "El árbol de la ciencia", pesado y sombrío para una edad en la que todo era futuro. Pero Shanti Andía le ha dado la vuelta a la tortilla.


Excelente novela de aventuras marinas, al más puro estilo Verne y Salgari, pasado por tamiz vasco: piratas, negreros, tormentas, motines y tesoros. No le falta ni la enredada historia de amor para cumplir con los cánones del folletín decimonónico. Eso sí, este, con el pedigrí de Baroja: escritura rápida, personalidades  atractivas con las que te identificas desde la primera página, el habitual estilo desmañado y la marca de la casa: el amor por el mar y lo vasco como razón de ser y sentir, sin atisbos de nacionalismo talibán.


Lo recomiendo con verdadera alegría, para cualquier paladar. 

Yo me lo he bebido en 4 días, he disfrutado como los indios, me ha tocado el corazón con la parte ambientada en el Cádiz del XIX, me ha hecho soñar con las velas desplegadas al viento (eso sí que era navegar) y lo mejor, me ha reconciliado con D. Pío. Tiene varios dedicados al mar como maestro de iniciación a la vida adulta. Irán cayendo.


He leído una edición baratita de El mundo que andaba por casa, pero recomiendo la anotada por Caro Baroja de Cátedra. Otro nivel.


Sybilalibros


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