lunes, 16 de julio de 2018

TODO LO QUE HAY. James Salter

Un mosaico romano, celebrando tesela a tesela las estaciones coloridas del año; la alegría de la vida, su discurrir. Un cuadro sin luz de Brueghel el viejo, su multitud de personajes vivos y muertos. Mezcla estas dos visiones y te sale esta novela.
Comienza en la guerra del Pacífico, las batallas por las islas, camino de Japón. Recuerdo La delgada línea roja, esa película. La incertidumbre por la propia reacción ante el primer combate, el miedo a morir, comprobar que la muerte es cierta, tenemos veinte años.
Tras la guerra ganada, la vida corriente. Desde los años cuarenta hasta los ochenta. Las aspiraciones laborales, sociales, amorosas; incertidumbre y miedo ma non troppo. Ya no tenemos veinte años.
Muchos personajes, neoyorkinos y virginianos, principalmente. El contraste entre los modernos de Nueva York, del mundo de la edición de libros, principalmente, y los ricos de Virginia, esa nobleza un tanto hortera y tradicionalista. Algunas figuras tienen sólo unos párrafos, que bastan para retratar tipos creíbles y variados.
Hay escenas inglesas, francesas, italianas y españolas; Madrid, Toledo, Sevilla, Antonio Machado, Lorca.
Muy bien escrita. Ejemplo de ingenio imaginativo sin rebuscamientos: "El venía de ese mundo y lo había dejado atrás, pero continuaba existiendo como la marca que queda sobre el papel cuando se escribe en la hoja de encima." Como posibles pegas, allá cada lector, mucho sexo explícito; un final nada rotundo, que podría haberse producido cinuenta páginas antes o después. Muy muy recomendable, en todo caso. Es de 2013. La edición e book tiene 384 páginas.
 Este comentario se debe a Luis Miguel Sotillo Castro, segundo de a bordo.

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