jueves, 9 de noviembre de 2023

El jardín de los Finzi-Contini. Giorgio Bassani

 "Yo, igual que ella, carecía de ese gusto instintivo que caracteriza a la gente corriente [...] más que el presente, contaba el pasado; más que la posesión, su recuerdo. Frente al recuerdo, toda posesión sólo puede ser decepcionante, banal, insuficiente…¡Cómo me entendía! 

Mi ansiedad por que el presente se convirtiera “inmediatamente” para poder amarlo y soñarlo a mi manera igual que la suya, idéntica a la suya. Se trataba de “nuestro” vicio: ir siempre hacia delante con la cabeza vuelta hacia atrás.”


Este párrafo encierra todo el sentido que anima la obra de Bassani: la obsesiva posesión de los recuerdos como aliento de vida.


Si el universo cupiera en un jardín, sería del de los Finzi-Contini. Si el espacio-tiempo tomase forma terrenal, sería una pista de tenis tras los muros agrietados de Corso Ercole. 

Si Velázquez pintó el aire en las Hilanderas, Bassani lo detuvo y lo dejó suspendido en un paseo en bicicleta, una fracción de segundo que dura una melancólica historia de amor en los años de entreguerras. 


Cuando me encuentro ante novelas tan bellas como esta siento que reseñarla es como romper de nuevo la nariz de la Piedad de Miguel Angel. ¿Para qué escribir sobre una obra de arte cuando todo lo que diga empañará su belleza? Prefiero que la leáis, os dejéis llevar en los brazos del tiempo y os quedéis a vivir en su memoria como hace el protagonista/narrador al visitar las tumbas etruscas de Cerveteri que le evocan, como cantos de sirenas, el cementerio judío de Ferrara.


Para los que necesitan meter el dedo en la llaga para convencerse, transcribo parte de la sinopsis que ofrece Acantilado en la contraportada:

Ferrara, mientras la comunidad judía sufre las leyes antisemitas del gobierno fascista, los Finzi-Contini—una familia de abolengo aparentemente inmune a dichas leyes—continúan su vida decadente aislados en una lujosa villa, rodeada por un jardín majestuoso. Alberto y su hermana Micòl, los hijos de la familia, deciden invitar a algunos amigos a su casa, después de que hayan sido expulsados del club de tenis de la ciudad. El protagonista de la historia, un joven judío de clase media, accede así a esta hermética comunidad en cuyas reuniones convergen las discusiones políticas, las literarias y el amor mientras fuera de los muros de la casa grande, el mundo se derrumba a ritmo de intolerancia”. 


Sybila

viernes, 27 de mayo de 2022

LAS BUENAS INTENCIONES. Amity Gaige

De esas veces que sacas un libro de la biblioteca sólo porque la temática te parece interesante y actual y luego resulta una pequeña obra maestra en la construcción de personajes y manejo de subtramas. Y por si fuera poco, incita de manera natural y espontánea a un debate ameno, porque a pesar de la gravedad de la situación que narra, lo hace con tal soltura que te ríes en la tragedia y caes rendida ante ese desastre humano que es Eric Kennedy.


“Las buenas intenciones” se presenta en forma de carta justificativa que el protagonista, Eric, escribe desde un centro de detenciones para su esposa Laura, con la que se encuentra en plena batalla por la custodia de su hija Meadow de 6 años. La causa, haberse llevado a la pequeña de viaje sin pedir permiso a la madre. ¿Un error? No desde el punto de vista de Eric, que con esa excursión pretende demostrar que es buen padre y que ama a su hija. Incongruente, sí, pero hay que escuchar a Eric.


En la carta-novela no sólo relata las etapas de su aventura, los momentos únicos y divertidos que comparten padre e hija, los tropiezos y las ocasiones de angustia que estrechan los vínculos entre ambos, como si de una “road movie” se tratara, sino que también sale a la luz la verdadera historia de Eric, alguien con un inquietante problema de identidad que justificaría su comportamiento errático. Al final, asistimos entre saltos de tiempo y capas de argumentos a un espectáculo brillantemente construido de mentiras dentro de mentiras que paradójicamente encierran una verdad: el miedo a perder lo que se ama.


A pesar de algunos hechos poco creíbles, la novela se lee con gusto y del tirón, gracias a la prosa sencilla y ágil de la autora y a la ternura que confiere a sus personajes de forma que desde el principio estás del lado del ingenuo, desventurado, estrafalario Eric a pesar del delito que comete.


La verdad es que lo he disfrutado tanto, me ha parecido tan original, divertido y trágico a la vez, y tan entrañable que recomiendo su lectura, ideal para el verano.

Añadir que la autora se inspiró en un suceso real para escribir el relato.


Sybilalibros




miércoles, 25 de mayo de 2022

LA CHICA DE OJOS VERDES. Edna O'Brien

Continuación de Las chicas de campo, del que ya hice reseña, consigue no bajar el listón de la primera historia que nos dio a conocer a esas chicas irlandesas, Baba y Caithleen, que se asfixiaban en el mundo rural pero que finalmente conseguían su objetivo de ser independientes y huir a Dublín. Este libro trata de sus aventuras en la gran ciudad, sus primeros empleos, la estrafalaria pensión en la que viven, pero sobre todo, del amor fou que vive Kate con un extravagante director de cine. La lucha interior de la joven e inexperta protagonista entre si entregarse o no al amado sin pasar por vicaría domina gran parte del libro. 

Vuelve Edna O'Brien a poner su magnífica prosa al servicio de la denuncia del opresor catolicismo irlandés, de unos valores rurales caducos, de la batalla de la mujer irlandesa de posguerra por ser dueña de su cuerpo y su destino. 
Siempre es un placer leer a esta autora que maneja los sentimientos y la palabra como sólo los autores de la verde Erín saben hacer. Muy recomendable


Sybilalibros

lunes, 23 de mayo de 2022

EL PENTATEUCO DE ISAAC. Angel Wagenstein

Angel Wagenstein ha llevado una de tantas vidas nómadas inherentes a su condición judía. Búlgaro sefardí, vivió su infancia exiliado en Francia por la militancia comunista de su familia. Amnistiados tras la IGM, regresó a su país donde formó parte de una organización clandestina antifascista. Durante la IIGM fue internado en un campo de trabajo del que se evadió para engrosar las filas partisanas. Capturado y condenado a muerte en 1944, logró eludir la sentencia gracias a la entrada de los soviéticos en Bulgaria.


Si traigo aquí parte de su interesante biografía es para resaltar que todo lo que cuenta y anima su trilogía de los judíos en el s.XX que abre esta novela se ha vivido en primera persona. Como muestra, un botón genial:


“-¡Así es, he conocido distintos países! exclama Isaac Blumenfeld, Austria-Hungría, Polonia, la URSS, Alemania…

      -¿Ah sí? ¿Has visitado todos esos rincones? Se sorprende Mendel.

       -¡Qué va, yo no me he movido de mi pueblo!”


En tres líneas queda plasmada la historia del s. XX europeo.


Aunque el autor subtitula este libro “Sobre la vida de Isaac Jacob Blumenfel durante las dos guerras, en tres campos de concentración y en cinco patrias”, para mí sería “Del Holocausto al Gulag con una sonrisa”. 

Creo que no hace falta añadir nada más como adelanto de sinopsis. Sólo resta hacerse una cafetera para doce, proveerse de una caja de galletas de dos pisos, abrir el libro y seguir las andanzas de Isaac como si de un libro de aventuras (macabras) se tratara. 


Isaac es un sastre judío de Galitzia que nace súbdito del imperio austro-húngaro y por mor del baile de fronteras bélicas, pasa a ser polaco, alemán, soviético y finalmente austríaco. Junto a él sufrimos las dos grandes guerras con humor e ingenio, encontramos amigos para luego perderlos en las peores circunstancias, soportamos los más infames designios divinos con ironía y con la ayuda inestimable de la ancestral sabiduría del rabino y sobrevivimos a los campos de concentración con chistes que te retuercen de la risa. 


Aunque a algunos lectores les pueda parecer inconcebible, el horror y el humor duermen en el mismo colchón, como han demostrando casi todos los autores judíos del siglo pasado. Es algo que forma parte de su idiosincrasia, un mecanismo de supervivencia para conjurar el terror que ha permitido a este pueblo llegar hasta aquí conservando su esencia.


Esta novela, aparte de una factura clásica, unos personajes entrañables y una escritura tan ágil como amena, es un prodigio de tolerancia y un canto a la vida. Rezuma humanidad en cada palabra y lo mejor, te hace reflexionar y aprender con una carcajada: una frase del Rabino vale por cien sesiones de psicoterapia.


Leedlo, que vais a haceros el mejor favor que habéis recibido en mucho tiempo.


ADENDA: Sólo he leído el primer libro de la trilogía. Me comentan fuentes cercanas y muy fiables que los siguientes no están a la altura del primero.


Sybilalibros


jueves, 19 de mayo de 2022

CASA DE VERANO CON PISCINA. Herman Koch

Sigue Koch empeñado en mostrar el lado menos amable y más hipócrita de la progresista sociedad holandesa como ya hiciera en La Cena. 

Los mismos mimbres y casi el mismo tipo de personajes (bueno, hace el esfuerzo de cambiarles el oficio): profesional liberal (médico) que representa el espíritu crítico frente al profesional de éxito (actor) que encarna la moral elástica. Ambos de mediana edad, con hijos a los que adoran, felizmente casados con mujeres súper interesantes a las que no tienen empacho de engañar y viceversa  porque entra dentro de los usos del matrimonio en una sociedad liberal.

La trama, el mismo guión que en La cena: circunstancia desgraciada en torno a los hijos adolescentes  de ambas parejas que desencadena una sucesión de cambios en las conductas de los protagonistas así como una subversión de la moralidad que desemboca  en un episodio de inusitada e incomprensible arbitrariedad por parte de uno de los adultos (¡¡Otra vez!!).

Si no se leyó La Cena, el neófito hallará un libro de lectura entretenida, rápida, de escritura fluida, con múltiples guiños a la cotidianeidad contemporánea, con situaciones que mueven fácilmente a la empatía sobre todo si se es padre o madre y con la recurrente baza con la que juega Koch: provocar el debate a base de  temas espinosos y la eterna pregunta ¿Tú qué hubieras hecho?

Para los lectores reincidentes, salvo que sean fanáticos de Koch, más de lo mismo, pero sin intriga ni sorpresa (al menos para mí, que ya estoy muy leída y reviento todos los finales).

De cualquier forma, merece la pena leer a Koch, cualquiera de los dos que he comentado. Pasarán un rato distraído y tendrán tema de conversación para reunión con amigos.

Sybilalibros


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