miércoles, 3 de marzo de 2021

TODOS NUESTROS AYERES. Natalia Ginzburg

 

¿Por qué se conoce tan poco a la mamma de la literatura italiana del s. XX en España y se lee a petardas de culebrón napolitano?

Misterios sin resolver.

“Todos nuestros ayeres” (bello título) nos cuenta la historia de dos familias en una ciudad del Norte de Italia antes y después de la guerra: una rica y la otra medioburguesa. El modo de vida despreocupado prefascista, salpicado de absurdos problemas y discusiones banales, donde los coqueteos amorosos conducían a peligrosos flirteos políticos, convulsiona con el estallido de la II GM. Las muertes de miembros de ambas familias arrastran a los supervivientes a un vacío de sueños rotos cuando no a un exilio más abrumador que la nada, extrayendo de cada uno su verdadero ser, o quizás el loco que llevaba dentro y no lo sabía.

 
Ginzburg ofrece una visión de la 2 GM en Italia distinta, una vez pasado el primer momento de ira de “Y eso fue lo que pasó”, su novela de 1947, al borde mismo del fusil. Aquí nos habla desde la distancia de un pueblucho de los Abruzos, desde la clandestinidad, desde la cooperación fascista, desde la soberbia de los ricos, desde la ingenua revolución de los pobres, desde la cotidianidad de la pastilla de jabón hasta el novio tras la reja, desde un inconcebible humor en la miseria. Pero siempre como ella escribe, sin juicios de valor, dejando a sus personajes a su albedrío, con elegancia, con sabiduría ancestral.

La biografía de Ginzburg está siempre en el trasfondo de sus novelas: librepensadora, hija de intelectuales antifascistas, casada con Leone Ginzburg, cofundador de la prestigiosa editorial Einaudi, sufrirá la persecución de Mussolini por ser judíos y contrarios al Duce. Empujados con sus hijos a un destierro siempre alerta en esa estepa siberiana italiana que son los Abruzos, el hostigamiento acabará con la prisión y tortura hasta la muerte del marido en la tristemente famosa cárcel de Regina Coeli.

Mientras lees “Todos nuestros ayeres” percibes entre líneas el desarraigo, el miedo a ser diferente, la desolación y, sobre todo, una tristeza muy íntima que Ginzburg traslada a sus personajes, sus seres queridos.

De todas las obras que le he leído es la que más me ha gustado. Sigo sintiendo esa afinidad confortable cuando la leo que me hace sentir en casa.

Os animo a acercaros a su obra; Lumen la tiene muy bien editada. Si conectáis con ella, tendréis una amiga para toda la vida.

Sybilalibros



jueves, 25 de febrero de 2021

EL SENTIDO DE UN FINAL. Julian Barnes

 

A Barnes le gusta deconstruir recuerdos para construir historias, esparcir las cenizas de información para que el lector reviva, cual Dr. Frankestein, el alma que subyace escondida en el dolor latente. Y por eso me fascina cada libro suyo que leo.

Hay quien tacha “El sentido de un final” de sinsentido, de poca enjundia, de divertimento menor. Pero a mí me ha parecido todo lo contrario, una joya en miniatura.

Narrada en primera persona por Tony Webster, un inglés apaciblemente acomodado en su sesentena al que las preguntas dejaron de acosar hace mucho tiempo, es un ejercicio de memoria que nos retrotrae a sus años adolescentes, en los que el grupo de amigos es la verdadera familia y admitir uno nuevo y además brillante, supone una apuesta arriesgada que tardará 40 años en cobrarse en forma de una carta de su antigua novia Verónica en la que le lega una herencia inesperada. Mientras indaga en los porqués, Tony reconstruirá su pasado desde un ángulo diferente al que estaba cimentado.

La verdadera historia de lo que sucedió está fragmentada en la mente de Tony y por ende en la del lector, que tiene que dejarse guiar por él, sentir por sus engañosas emociones mientras intuye otra realidad que nuestro protagonista no se atreve a mirar, cuando el mundo era de un grupo de chavales arrogantes con todas las respuestas gracias a la Filosofía que convivía con los colores psicodélicos de los 60/70.

Recomiendo disfrutar de esta novela y cualquier otra de Barnes, un autor asombroso y fuera de lo común, no sólo por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta. Su estilo claro, preciso, con un fino humor que no abandona incluso en las situaciones más difíciles hace que la lectura se deslice por las palabras como en un tobogán de ingenio y clase. El cariño con el que dibuja a sus personajes, lo indulgente que se muestra con sus debilidades sin esconderlas genera la inmediata conexión con el lector, que se los lleva a casa para seguir charlando con ellos una vez terminada la novela.

“El sentido de un final” nos dice que ni los acontecimientos históricos, ni las ideologías, ni los grandes argumentos filosóficos son los arquitectos de nuestro pasado sino las emociones que dan vida a los recuerdos:

La historia son las mentiras de los vencedores, pero también las mentiras con que se engañan a sí mismos los vencidos”

¡Leed a Barnes! Escritor con mayúsculas que también brilla en este libro sobre el Tiempo, tema constante en su obra.

NOTA BENE: Tiene adaptación cinematográfica protagonizada por el extraordinario Jim Broadbent y Charlotte Rampling que, a servidora, adicta y adepta del cinema británico, gustó mucho.

Sybilalibros

 

 

miércoles, 24 de febrero de 2021

EL GRUPO. Mary McCarthy

 

Ambientada en la Gran Depresión, cuenta la salida al mundo adulto de un grupo de chicas recién egresadas de la prestigiosa y moderna universidad de Vassar (donde por cierto estudió la autora), cada una de diferente extracción social y con unos valores familiares que se van a ver trastocados (o no) por el sentimiento de pertenencia a una institución y a una generación especiales, aquella que decidió poner a trabajar sus estudios, aunque no lo necesitaran.

 Leeremos sobre una nueva idea de matrimonio, de las diferentes maneras de relacionarse con los hombres, sobre la normalización de los anticonceptivos, del menosprecio de los jefes masculinos, de la traición a la amistad; y viviremos la concienciación política, en la que la izquierda intelectual norteamericana tuvo tanto peso, de las herederas de las sufragistas. Un espléndido fresco narrado a múltiples voces en el que cada personalidad es descrita con mimo, pues representa los distintos argumentos a favor y en contra de esta nueva sociedad.

He de decir que es un libro que necesita paciencia al principio, pues la escena inicial en la que se van presentando Kay, Dottie, Helena, Lakey, Libby y las demás acapara demasiadas páginas a mi modo de ver, con gran cantidad de datos que confunden al lector. Una vez pasado este ecuador primero, la narración corre fluida gracias a una prosa vibrante, plagada de momentos íntimos y de diálogos que invitan a la reflexión.

Mary McCarthy se me ha revelado como una autora que derrocha inteligencia, cultísima, dotada de una gran lucidez a la hora de analizar la sociedad de su país, los EE. UU., un referente en la esfera del pensamiento crítico y, por si fuera poco, amiga de la gran filósofa judía Hannah Arendt.

 Habitual del The New Yorker o Harper´s tanto en ensayo como en artículos, McCarthy plasma en esta gran novela coral una fina y elegante crítica al modelo de mujer imperante en el primer tercio del s. XX.

 400 páginas que merecen mucho el tiempo que se pasa con ellas.

 Por último, por favor, haced caso omiso de la horrible portada que ha perpetrado la editorial con esta joya. No tiene nada que ver ni con el espíritu de la novela ni con sus protagonistas. Si no fuera porque me lo recomendó una buena amiga lectora, no lo hubiera leído jamás.

 Sybilalibros

 

 

 

martes, 9 de febrero de 2021

LA LLUVIA AMARILLA. Julio Llamazares

 

Entre la metáfora dolorida y el homenaje pirenaico a “Mientras agonizo” de Faulkner, así transcurre este monólogo del último habitante del pueblo abandonado de Ainielle, en el Pirineo aragonés.

Mientras Andrés yace acosado por los fantasmas de las estaciones, únicas residentes en este esqueleto de poblado, su enfebrecida mente evoca, en un siniestro juego de la memoria, a todos los que se han ido: esposa, vecinos, el hijo exiliado con el que cortó lazos.

De una manera errática, confundiendo recuerdos con temporales de nieve, muertes con lluvias amarillas de octubre intenta encontrar las huellas que le conduzcan al momento único en el que era él, antes de que el deshielo de la muerte lo arrastre en una colada informe de barro.

Inspirado en los pueblos obligados a desaparecer en la España interior, la prosa poética de Llamazares conforma un relato estremecedor de soledad, crueldad, locura, naturaleza enérgica y primigenia, para hablarnos del paso del tiempo, el de pisadas mullidas, el de zancadas torrenciales. La lluvia amarilla sería una metáfora de todo ello:

aquella era la lluvia que oxidaba y destruía lentamente, otoño tras otoño y día a día, la cal de las paredes y los viejos calendarios, los bordes de las cartas y de las fotografías, la maquinaria abandonada del molino y de mi corazón”

Sin duda uno de los relatos que más me han impactado en los últimos años a pesar de las sensaciones contradictorias que provoca: la tremenda pena y desolación que encogen el corazón mientras lees, que te obligan a interrumpir la lectura porque ya no puedes más (al menos en mi caso), contrastan con la bella prosa de Llamazares que te empuja a continuar.

Absolutamente vigente a pesar de haber sido escrito en 1988, recomiendo su lectura para la que hay que armarse de una más que notable presencia de ánimo.

Sybilalibros

 

 

viernes, 5 de febrero de 2021

LA CRIPTA DE LOS CAPUCHINOS Joseph Roth

 


LA CRIPTA DE LOS CAPUCHINOS

Joseph Roth

 

Roth es víctima, testigo y relator de la caída del imperio austrohúngaro. ¿Responsable también? En la medida en que los hombres corrientes somos responsables de lo que pasa, supongo. Yo tiendo a absolverle. Nos machacan y creemos tener la culpa. Los individuos somos arrastrados por acontecimientos cuya génesis se nos escapa, nuestra participación en ellos nos parece mínima, la de hombres estúpidos o malvados, enorme.

Joseph Roth es judío de Brody, Galitzia. Esa región torturada pertenecía al imperio austrohúngaro, su territorio se lo reparten hoy Polonia y Ucrania. Otro galitziano, más famoso y más feliz, la vida nos dispara al nacer sabe nadie hacia donde, es Billy Wilder. Nace Roth en 1894 y muere en París en 1939, a las puertas apocalípticas de la guerra mundial que hizo necesario numerarlas; en la primera sirvió en el ejército austriaco, sin padecer en el frente.

 Recomiendo sus novelas “La marcha Radetzky”, “Hotel Savoy”, “Zipper y su padre” y “La leyenda del santo bebedor”.

 

En la cripta de los capuchinos, Viena, yacen los restos de multitud de habsburgos; el penúltimo emperador austrohúngaro, Francisco José, muerto en 1916, entre ellos. Aquí nuestro protagonista echará una última mirada a su mundo derruido.

 

Conocimos a la familia Trotta en La marcha Radetzky. Estirpe de eslovenos ennoblecida a mediados del XIX por Francisco José. El protagonista de La cripta de los capuchinos es un joven Trotta  vienés en 1913, tradicionalista que se define a sí mismo como anticuado. Su padre, partidario del imperio, de la plena integración en él de los eslavos, le puso al hijo Francisco Fernando. Moriría antes de saber del asesinato del heredero tocayo de su vástago.

 Pertenece nuestro protagonista a la juventud acomodada que vive de noche en los cafés vieneses y duerme la mañana sin preocupaciones. Sobre ellos caerán la Gran Guerra que acabará con su mundo, la postguerra de los perdedores y la anexión nazi de Austria. La novela termina ante la inminencia de este triunfo de Hitler.

 Un guardia que deja el fusil en el paragüero cuando entra en la taberna, así de confiado; veinticinco años después el dueño de un café lo abandona y huye, es judío. Entre medias, la vida del joven Trotta en la paz y en la guerra, en el Imperio y en Rusia, prisionero de guerra, en el amor y la soledad.

Roth es un creador de personajes contundentes, inolvidables incluso, no sólo los principales. Es un pintor preciso y poderoso.

Todo esto en una novela breve maravillosamente escrita.

Leo la quinta reimpresión, abril de 2018, de Acantilado, 219 páginas.

Comentario de Luis Miguel Sotillo Castro.

 

 

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