Prefiero bajo a bajista como batería a baterista. Cuando era chaval llamábamos así al bass y al drums de una banda de Rock. Flea, nacido en 1962, es el bajo de los Red hot chili peppers desde la formación de la banda, en 1983, hasta hoy. Digo en seguida que este libro no es una historia ni un anecdotario de los Red hot, aunque los cita en alguna referencia al futuro. Estas memorias terminan antes de la creación de la banda. Sí hablan bastante del amigo de adolescencia de Flea, Anthony Kiedis, juntos darán forma al grupo.
Michael Balzary, Flea, merece y recibe un
poema de la gran Patti Smith para abrir su libro de memorias, primer punto a su favor. “Mi vida entera ha sido una
búsqueda de mi ser más elevado y un viaje a las profundidades del espíritu”,
dice en la introducción. ¿Cómo se compadece esto con las tribulaciones de esta
cabra, delincuente juvenil, drogadicto, criado en Australia, Nueva York y Los
Angeles? Pues muy bien, porque muy bien lo explica. Es un chaval rabioso, un
cachorro ansioso de amor y juego pero, por suerte, el talento musical hará que
se sobreponga a las gamberradas, los colocones y las fantasías desarboladas que
conducen a tantos a ninguna parte.
Tiene
el libro partes divertidas, en un Los Angeles
bullicioso, callejera y culturalmente. Abundan los pensamientos
espirituales, en parte herencia del hippismo orientalizante de los sesenta, reflexiones vitales y emotivas también. La más
tremenda entre estas últimas se debe al sentimiento de culpa por la muerte,
drogas, del que sería el primer guitarra de los Red hot, Slovak. Su pobre padre
le preguntó a Flea: ¿Por qué no me dijiste nada? Refiriéndose a la adicción a
la heroína del hijo. Cada uno hacía lo que quería y a nadie se le ocurría
buscar ayuda para los amigos que se pasaban de rosca. Las drogas tienen
prestigio, la culpa la tenemos muchos, demasiados, políticos, artistas, tipos
corrientes. Sólo el sida le quitó aura poética al pico. No hay que irse a
Estados Unidos para conocer a jóvenes alegres, emporrados y pastilleros, que
dejan tirados a amigos caídos por la aguja. Muchas víctimas, muchos
colaboradores, por acción u omisión.
En
fin. Libro muy atractivo, por la sensibilidad, las vivencias y la prosa. Ojalá
se anime el figura, un tío sanote hoy, a escribir una segunda parte, que incluya
la vida de los Red hot, a quienes tantos buenos ratos debemos.
Edita
Libros Cúpula, de Planeta, en 2021, el original en inglés es de 2019. 455
páginas, contiene fotos del artista, su familia y amigos, siempre adecuadas en libros
de memorias.
Luis
Miguel Sotillo Castro.